Pablo Neruda e Insetti


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Ximénez - Las historias ... (1)

POPOL VUH

INCOMINCIANO LE STORIE DELL'ORIGINE DEGLI INDIOS DI QUESTA PROVINCIA DEL GUATEMALA,

TRADOTTE DALLA LINGUA QUICHÉ AL CASTIGLIANO PER MAGGIORE COMODITÀ DEI I MINISTRI DEL S. VANGELO.

DA
IL R. P. F. FRANCISCO XIMENEZ,
CURATO PARROCCHIALE DEL REALE PATRONATO DEL PAESE DI SANTO THOMAS CHUILA.

PROLOGO

Il Prologo comincia con le parole: "Esta mi opera e trabaxo.."

Si trova nell'opera originale di Ximénez e nell'opera di Scherzer.

Non ne esiste traccia nell'opera di Brasseur ed in quella di Recinos.

- _ - _ - _ - _ - _ - _ - _ - _ - _ -

dall'opera orignale di Ximénez.

traduzione di Antonio Giannotti

dall'opera di Scherzer

dall'opera di Brasseur

dall'opera di Recinos

PROLOGO.

Esta mi obra, ytrabaxo discurro, q’aura muchos q’ la tengan por la mas
futil y vana delasq’ he trabaxado, así lo pensaran muchos; y yo lodiscurro
al contrario, porq’ entiendo ser la mas util, y necesaria q’ he trabaxado
pues ademas de sacar aluz lo q’auia en la antiguedad entre estos indios
cosa enq’ en todas las naçiones de el universo hangastado mucho tiempo, y
trabaxo hombres grandes rastreando los vestigios de la venerable an
tiguedad; sereduçe esta mi obra a dar luz, y notiçia de los herrores, q’ tu –
vieron, en su gentilidad, y q’ todavia conservan entre si. quise trasladar to –
das las historias alaletra de estos indios, y tambien traduçirla en la lengua
Castellana, y ponerle los escolios q’a la fin van puestos, q’son como anotaçi –
ones dela historia en q’seuan declarando las cosas de los indios, porq’ dis –
curro q’ haura muchos curiosos, q’quieran saberlas, ycon eso sino saben la
lengua tendran façilidad, enpoderlo saber. y tambien para desengañar
a algunos aquienes he oydo hablar deesta materia, q’ oya sea por no
saber la lengua, o porq’ lo han oydo, en relaçion adulterada, de voca de
otros juzgan de estashistorias, ser cosa muy conforme arazon, y a nu –
estra Sta. fee como yo mesmo lo he oydo de voca de un religioso graue
y q’ ano estar yo enterado ya por auerlo visto, y leydo me persuadiera
al mesmo sudictamen por la grande autoridad desupersona, y de
las personas q’md refirio auerselo dicho. aquien procure disua –
dir de sudictamen, conla verdad de el caso, y prometiendo, q’ quanto
antes pudiese tomaria esta materia entre manos, para desengaño de
muchos, q’se hallan engañados como he dicho o por ignorar lalengua, y no
entienden loq’leen, ó por las falsas relaçiones q’les han dado.
Es verdad q’desde suprinçipio, yq’empieza atra tar de Dios di –
çe cosas tan conformes ala Sta. escritura, y fee catholica, aludiendo aloq’
sabemos por revelaçion de el espiritu Sto. en las Sanctas escripturas, pe –
ro como quiera q’estos sehallen embueltas en mil mentiras, y quen –
tos, no se le deue darmas credito q’elq’tiene el Pe. de mentiras satanas
quien fue su Autor, sinduda, para engañar, yperder a estos misserables
saliendo tan impuras las verdades catolicas comolo es la fuente de ado
proçeden. como las q’ procura dar por voca de Arrio, lutero, caluino, Mahv –
ma, y otros heresiarcas, para perder el christianismo; q’ aunq’ sea asi
q’ embuelban tantas verdades catolicas en sus desatinos como sehallan
viçiados defalsas inteligençias, yopiniones contrarias a loq’ N.Sta.Me
Yglesia, tiene y cree, yenseña,de ay es q’no se puede dar credito al
guno asemejantes embaydores.

P R O L O G O.

Questo mia opera, e lavoro credo, che ci saranno molti che la consedereranno la più futile e vana tra quelle che ho lavorato, così lo penseranno molti; ed io credo il contrario, perché capisco essere la più utile e necessaria, che ho lavorato perché oltre a portare alla luce quello che c'era nell'antichità tra questi indios cosa in cui tutte le nazioni dell'universo hanno speso molto tempo, e lavorato uomini grandi inseguendo le vestigia della venerabile antichità: si riduce questa mia opera, a dare luce e notizia degli errori, che ebbero, nella loro idolatria, e che ancora conservano tra loro. Volli trasportare tutte le storie di questi indios alla lettera, ed anche tradurle nella lingua Castigliana, e mettergli i commenti che alla fine vanno posti, che sono come annotazioni della storia che si vanno dichiarando le cose degli indios, perché credo che ci saranno molti curiosi, che vogliano saperle, e con questo se non sanno la lingua, avranno facilità, per poterlo sapere. Ed anche per disingannare alcuni che ho sentito parlare di questa materia, che o già sia per non sapere la lingua, o perchè l'hanno sentito in relazione artefatta da bocca di altri giudicano queste storie, essere cosa molto conforme alla verità, ed alla nostra Santa fede come io stesso l'ho sentito dalla bocca di un religioso serio, e che se non stessi io informato per averlo già visto, e letto mi persuaderei allo stesso giudizio per la grande autorità della sua persona, e delle persone che mi si riferirono averlo detto. Che cercai di dissuadere dal suo giudizio con la verità del caso, e promettendo, che quanto prima potessi, avrei preso questa materia tra le mani, per delusione di molti, che si trovano ingannati come ho detto o per ignorare la lingua, e non capiscono quello che leggono, o per le false relazioni che hanno dato loro.
È vero che dal suo principio, e che incomincia a trattare di Dio, dice cose tanto conformi alla Santa scrittura, e fede cattolica, alludendo a quello che sappiamo per rivelazione dello spirito Santo nelle Sacre scritture; ma come voglia che questi si trovino avvolti in mille bugie, e racconti che non si deve dar più credito che quello che ha il Padre delle bugie, satana, che fu il suo Autore, senza dubbio, per ingannare e perdere questi miserabili uscendo tanto impure le verità cattoliche, come lo è la fonte da dove procedono, come quelle che cercò di dare per bocca di Arrio, lutero, calvino, Maometto, ed altri eresiarchi, per perdere il cristianesimo, che nonostante che sia così che avvolgano tante verità cattoliche nei loro destini come si fanno viziati di false intelligenze, ed opinioni contrarie a quello che la Nostra Santa Madre Chiesa, ha e crede, ed insegna, da lì è che non può darsi credito alcuno a simili ambasciatori.



P r ó 1 o g o.

Esta mi obra y trabajo, discurro, que habrá muchos que la tengan por la mas sutil y vana de las que he trabajado, asi lo pensarán muchos; y yo lo discurro al contrario, porque entiendo ser la mas útil y necesaria, que he trabajado; pues ademas de sacar á lux lo que habia en la antigüedad entre estos indios, cosa en que todas las naciones del Universo han gastado mucho tiempo y trabajado hombres grandes, rastreando los vestigios de la venerable antigüedad:
se reduce esta mi obra, á dar luz y noticia de los errores que tuvieron en su gentilidad, y que todavía conservan entre si, quise trasladar todas las historias á la letra de estos indios, y también traducirla en la lengua castellana, y ponerle los escolios que al fin van puestos, que son como anotaciones de la historia que se van declarando las cosas de los indios, porque discurro que habrá muchos curiosos que quieran saberlas, y con eso si no saben la lengua, tendrán facilidád en poderlo saber; y tambien para desengañar á algunos á quienes he oido hablar de esta materia, que ó ya sea por no saber la lengua, ó por que lo han oido en relacion adulterada de boca de otros, juzgan de estas historias, ser cosa muy conforme á razon, y á nuestra Santa fe, como yo mismo lo he oido de boca de un religioso grave, y que á no estar yo enterado ya por haberlo visto y leido, me persuadiera al mismo su dictamen, por la grande autoridad de su persona, y de las personas que me refirió haberselo así dicho: á quien procuré disuadir de su dictamen con la verdad del caso, y prometiendo que cuanto antes pudiese, tomaría esta materia entre manos, para desengaño de muchos que se hallan engañados como he dicho, ó por ignorar la lengua, y no entienden lo que leen, ó por las falsas relaciones que les han dado.
Es verdad que desde su principio, y que empieza á tratar de Dios, dice cosas tan conformes á la Santa Escritura y fe catolica, aludiendo á lo que sabemos por revelacion del Espíritu Santo en las Santas Escrituras; pero como quiera que estas se hallen envueltas en mil mentiras y cuentos que no le debe dar mas crédito, que el que tiene el Padre de mentiras, Satanás, quien fué su tutor, sin duda para engañar y perder á estos miserables, saliendo tan impuras las verdades católicas, como lo es la fuente de adonde proceden, como las que procuró dar por boca de Arrio, Lutero, Calvino, Mahoma, y otros heresiarcas, para perder el cristianismo, que aun que séa así que envuelvan tantas verdades católicas en sus destinos, como se fallan viciados de falsas inteligencias y opiniones contrarias á lo que nuestra Santa Madre Iglesia tiene y crée y enseña, de ahí es que no se puede dar crédito alguno á semejantes embaidores.


ESTE ES EL PRINCIPIO DE LAS
antiguas hitorias aqui en el quiche.
Aquí escribiremos y empezaremos las
antiguas historias, su principio, y comienzode
todo lo que fue hecho en el pueblo de
el quiche, su pueblo de los indios quiches;
y de aqui tomaremos su ser declarado y
manifestado, y su ser relatado, la esconde
dura y aclaradura, por el formador, cri –
ador madre, y Padre q’así se llaman, hun
ahpu vuch. hun ahpu vtiu. Zaquinima tzÿz
tepeu. gucumatz. vguxcho. vguxpalo. (rom –
bres , o atributos. q’significan; vn tirador tacu –
azín. vn tirador coyote. blanco pizote. Sor.
fuerte culebra. corazon de la laguna. co –
razon de el mar.) el de el verde cagete, el
de la verde hícara son llamados. y junta
mente es dicho, y hablado. de aquella abu –
ela, y abuelo q’sellamaban: xpiyacoc, y
Xmucane. nombres propios. amparado –
res, y cubridores dos vezes abuela, y dos
vezes abuelo son dichos en las historias qui –
chées. q’comunicaron. todo con los q’hizi–
eron después en el estado de la claridad
y en la palabra de clarídad. Esto escri –
uiremos ya en la ley de Díos, en la cris –
tiandad, lo sacaremos porq’ ya no ay lí –
bro comun, original donde verlo. dela
otra parte de el mar es venido donde se a
visto; q’es dicho su ser enseñada nuestra
obscuridad con la míradura dela clara
vida. antigua mente avía libro original
q’se escrivío antigua mente; síno q’es –
ta escondido alq’ lo míra, y alq’ lo piensa.
grande es su venida, y su ser enseñado.
q’ seacabo de formar todo el cielo, y la
tierra, su ser cuadrado, su ser repartido
en cuatro partes, su ser señalado, su ser
amojonado con estacas, su ser medido a
mecates, o cuerdas, y su ser estirada la
cuerda en el zielo, y en la tierra; q’es di –
cho de cuatro esquinas, y cuatro lados
por el formador, y criador. su Me. y su Pe.
de la vida. y de la creazíon. q’da respira
zion, y resuello, paridos, y cuídados, de
la paz claridad de los híjos, pensador, y en –
fine Folio 1 recto
tendedor detodahermosur a q’ay en el zielo, tirra,
lagunas y mar.
ESTE ES SV SER DICHO QVANDO
estaba en suspenso, en calma, en silenzío, sin
moverse, sin cosa sino vazío el zielo.

I esta es la primera palabra, y eloquençía.
aun no avía hombres, animals, pajaros, pescado,
cangrejo, palo, piedra, hoyo, varranca,
paja, ní monte; síno solo estaba el cíelo.
no se manifestava la haz de la tierra; sino q’
solo estaba el mar represado, y todo lo de el
cielo; aun no avía cosa alguna junta, ní
sonaba nada, ní cosa alguna se meneaba, ní
cosa q’hízíera, mal. í cosa q’hízíera, cotz. estoes
ruído, en el cielo. ní avía cosa q’ estuvíese,
ní q’estuviese parada empie; solo el
agua represada, solo la mar sosegada, so
lo ella represada, nícosa alguna avía q’estuviese;
solo estaba en sílencio, y sosiego, en la
obscuridad, y la noche; solo estaba el críador
y formador, Sor. culebra fuerte, las madres, y
Pes. estan en el agua, en una claridad aabierta
y estaban cubiertos en plumas verdes, por
eso se llama qucumatz grandes sabíos, y
de grandes entendimientos su ser. y así poreso
esta el zielo, y ay tambien su corazon
de el zielo, este es su nombre q’se le dize
a aquel ídolo.
Y entonzes vino aquí su palabra, víno
con los Ses. tepeu, qucumatz aquí en obscuridad,
en la noche, y abló con tepeu
qucumatz. y dixeron, qo
consultaron, y
qo pensaron, se juntaron, hízíeron consejo,
qo se declararon, y pensaron vnos
a otros. y en entonzes parezíeron las críaturas,
qo consultaron la hechura, y crea
zíon, de los palos, mecates, y la hechura
de la vida, y de la creazíon, en la obscu
ridad, y tinieblas, por el corazon de el
zielo, q’se llama huracan. (esto es de
un píe nombre propío). el primero se
llama: caculha huracan. (nombre pro
prio q’dize: rayo de vna píerna.) el
Segundo: chípa caculha. (nombre proprio
q’dize el mas pequeño de los rayos)
fine Folio 1 verso
y el tercero: raxa caculha. (nombre proprío 2
q’dize: verde rayo) con q’suertes aquel su co –
razon de el cielo, q’vinieron con tepeu, gu –
cumatz, entonzes se consulto la vida, y la creazion;
pues como se sembrara
(vds. nota 8), y aclarar, quí –
en sera hecho alimentador, y sustentador, dad
vuestro voto. esta agua salga, desembaraze
para q’se produzca la tierra, y sea su juntu –
ra, y así se siembre
(8), y aclare el zielo, y la
tierra, y así no les sera embarazo a las cría –
turas, y nuestras hechuras, qo fueren cria –
dos los hombres críaturas, y formaduras, y
dixeron qo
se formo la tierra por ellos, de
solo dezirlo se hizo la tierra, y estuvo su ser
formada. tierra dixeron, y luego al instan –
te fue hecha. así como la neblina, y como
nube su ser formada, en retazos qo se puso
como cangrejo sobre el agua el zero fue –
hecho. solo por milagro, y maravilla fue
hecho, y en vninstante juntamente se
formo su produzir zipreses, y pínabetes en
su haz. y así se alegro gucumatz, estabien
tu venida corazon de el zielo, tu huracan,
y tu chípi caculha, raxa caculha, se per
izionara, nuestra obra, y criaturas dixe –
ron. prímeramente se crío la tierra, los –
montes, y llanos. se dividieron los camínos
de el agua, y anduvieron muchos arroyos
entre los zeros y en señaladas partes se
paro, y detuvo el agua, y entonzes se
mostraron los grandes zerros. y así su ser .
formada la tierra, qo se crío por aquellos
q’se llaman el corazon de el zielo, y el cora
zon de la tierra, y esto es lo primero q’ dís–
currieron estando el zielo y la tierra den
tro de el agua, y así su ser discurrído a
quello q’ discurrieron, qo pensaron suser
perfizionado, y suser hecho por ellos

fine Folio 2 recto
Y despues discurrieron los animals de el mon
te guardianes suyos de los montes todos, sus crí–
aturas de el monte, el venado, el paxaro, el
leon, el tigre, la culebra, la vívora, el cantí
guardas de los mecates. y dixo el criador sí
solo ha de estar en silencio, o an de estar en
suspension debaxo de los palos, y mecates? y so
lo ha de estar bueno el q’aiga quien los guar –
de; dixeron qo lo consultaron, y parlaron
y luego fueron produzidos venados, y paxa –
ros, y entonzes les repartieron sus casas
alos venados, y a los pajaros. tu venado en
los caminos de el agua; y en las varrancas
dormíreís. aqui estaras, en la paja, y en las
yervas, en el monte de multíplícaras. en
cuatro pies andaras, y en cuatro pies te pa –
raras les fue dícho qo seles afírmo su mora
da. a los grandes, y pequeñospaxaros. voso –
tros, vosotros paxaros sobre los palos, y me
cates hareís casas, y habitazíon, y allí mul –
típlícareís, os sacudíreís sobre las ramas de
los palos, y mecates les fue dicho alos ve –
nados ypa xaros qo
hizieron sus obras. to –
dos tomaron sus dormitories, y sus habita
ziones. y así seles dio la tierra por casa
por el criador. y ya estando acabados
todos los venados y paxaros.
Entonzes seles dixo otra vez por el criador
y formador alos venados, y alas aves: ha
blad, gritad, nohagaís íol, íol. no gríteís.
hablad cadavno en su espeçie, en cada
diferencia, seles fue dicho alos venados
y pajaros, alos leones, tígres, y culebras
dezíd nuestro nombre, alabadnos, dezid
q’somos vuestras madres, y vuestros Padres.
huracan, chípí caculha, raxa caculha
vquxcah, vquxuleu, formadores, cría
dores, madres, y Padres. hablad, ínvo –

Folio 2 verso
cadnos, saludadnos seles fue dicho. y no pu
dieron hablar como los hombres; síno q’chí –
llaron, y cacaraquearon, y grítaron dizí –
endo voh, voh. no aparezío su habla, sino q’
cadavno gríto, y chíllo diferentemente
y cuando los formadores oyeron q’ no ha –
blaron dixeron otra vez entresí, no se pudo
acabar q’díxesen nuestro nombre, porq’
somos nosotros sus formadores, y críadores
no estabíen dixeron entresí aquellos for –
madores. y seles fue dicho sereís trocados
porq’ no
pudísteís hablar, y así mu
damos nuestra palabra, vuestra comída
pasto, y vuestro dormitorío, y habitazíon
seran las barrancas, ymontes, porq’ no a
cabasteís de saludarnos, no nos ínvocas –
teís, todavía ay quíen nos invoque, hare
mos o travez quíen nos obedezca. tomad
este o ffo. vuestra carne sera mascada
y de eso servíreís. se les fue dicho qo se les
notifíco a todos los animals chicos y gran
des q’ay sobre la tíerra. y entonzes quí –
síeron otra vez probar su día, y quísíe –
ron reprobar otra vez, y
quisieron
juntar otra vez, su salutazíon, y ya no
se entendíeron su habla entresí mes –
mos, de nínguna suerte se ajusto, ní se
pudo hazer, y así fueron vltrajados
y desechadas sus carnes, tributaron, fue –
roncomídos todos y muertos todos los
animales q’ay aquí sobre la tíerra
yasí probaron otra vez otras críaturas
por el críador, y pruebese otravez, ya
se azerco la sembradura, y amanezímí
ento, hagamos sustentador nuestro, y
mantenedor nuestro. como seremos
ínvocados, y q’se acuerden de nosotros
sobre la tierra, ya pro bamos nues tras
prímeras hechuras, y formaduras, y
fine Folio 3 recto
nosepudo componer q’ nos alabaran, y nos
aclararan, y así probemos suser hecho vo
bedezedor, sustentado nuestro dixeron
qo fue formado y hecho la tíerra lodo fue he
cho su cuerpo, y no pareció bien, sino que q’se
desbarataba, y estaba blando, y apelmaza –
do, y desmadexado, y sedesmoronaba,
y se humedezía, no se movía su cabeza
síno q’ en vna parte se estaba su cara, era
cíego, y no miraba pa atras, aunq’habla –
ba, no tenía entendímíento, síno q’se re
benía en el agua, no era fuerte. y díxe –
ronotra vez los hazedores, y formadores
sera peor despues, y no andara, y no
se multíplícara qo fuere hecho, solo
desu entendímíento lo dixeron, y en
tonzes lo desbarataron, y lobolbíeron
a amasar su formadura, y fabríca, ydi –
geron como loharemos otravez q’pueda
alabarnos, eínvocarnos, dixeron qo con
sultaron otravez lo diremos a la xpíya
coc, y a xmucane, y a hun ahpu vuch
y a hun ahpu vtíu. probemos otrávez nu –
estrodía, su serformado, xdixeron vnos
aotros los formadores, y fabrícadores. y
entonzes lo dixeron ala xpíyacoc, y a
xmucane. y despues su serdicho aque –
llo alos adívínos, abuela de el día, osol,
y dela luna q’asíeran llamados por los
hazedores, y fabrícadores, y estos eran
los nombres de xpíyacoc, y xmucane.

y díxeron aquel huracan, con tepeu
y gucumatz qo ledixeron al de el sol, o
adivino, al formador adívíno alcan –
zo, yse vnío de ello otra vez se haga nu –
estro hombre formado, y nuestro hom –
bre edífícado ota vez sustentado, y
alímentado, q’nos ínvoque, y q’seacu –
erde de nosotros. entrad en la consul –
ta abuela, y abuelo nuestro xpíya –
coc, y xmucane, como se podra sem –
brar y aclarar, nuestroser ínvocado,
fine Folio 3 verso

nuestro ser adorado, nuestro ser acordado por
elhombre formado, yedificado. y por el hombre
nuestro pobre, y así se díga, mostrad vuestro
nombre hun ahpu vuch, hun ahpu vtíu dos
vezes madre, dos vezes Padre, grandes, gran –
de pízote, el de los chalchíguítes, el de el
toríron, el de la tabla, o trono, el de el toltecat
abuela de el sol, abuela de la luna, así seaís
dichos por nuestros formados, y críaturas.
echad suertes con maíses, y con tzítes y sea
solo hecho, sí saldra, sí labraremos, y lo
tallaremos su voca y su cara de palo se les
fue dicho alos adívínos. y luego su echa –
dura de las suertes, su se
r saludado loq’
sortearon con el maís y el tzíte. a sol, a
formadura dixeron vnabieja y un viejo
a ellos. y el viejo era el de las suertes de
el tzité, y se llamaba xpíyacoc, y la vieja
adivina de el sol, y de la formadura, se
llamaba chíracan xmucane. y esta
vieja adivina de el sol y dixeron qo
empezaron a adivinar el sol solo se
junten y se avnen decid nuestra nu –
eua, nuestro oydo hablá, parlád, si es
conveniente sea labrado el palo por los
formadores, y sí es este ek q’se ha de sus –
tentar, y alímentar, qo se siembre, y acba –
re, dí maís, tu tzíte, tu sol, tu forma—
dura llamad, y segued le dixo al maís,
y al tzíte, al sol, y ála formadura. y tu
corazon de el zielo tened verguenza, no afrenteís
a tepeu, y cucumatz. y entonzes respon

diendo el q,íte y el maís dixeron la verdad
haceldo así q’así estara bíen, y hablara el pa
lo enlabrandolo. y luego fue hecha la íma
gen de el hombre depalo, y hablo como hombre.
y este fue el hombre q’hizieron, y se
multiplicaron, tuvieron, hijos, e hijas, empero
salieron tontos sin corazon, sin enten –
dimiento; y así no seacordaron mas desu crí –
ador; sino q’en vano estubieron, y andu –
uieron sobre la tierra, y así no se acorda –

fine Folio 4 recto
ron más de el corazon de el zíelo, y así díeron
de hozicos, empero esto fue solo probar, aparar –
los, y hazer los gente. hablaban, empero esta –
ba seca su cara, estaban abromados, y pesa
dos, en pies y manos. no tenían sangre, ní su –
dor, ní gordura, estavan secas, y palídas
sus maxillas. estaban sus pies amarillos, y
secos, y las manos, y amarilla su carne, y así
no se acordaron mas de su críador, y haze –
dor, el q’los avía crído; y estos eran ya mu –
chos, yse mul típlícaron sobre la tíerra.



Questo è il principio delle antiche storie qui nel Quiché.
Qui scriveremo ed incominceremo le antiche storie, il loro principio, ed inizio di tutto quello che fu fatto nella Nazione del Quiché, il paese degli indios Quiché; e da qui prenderemo il suo essere dichiarato e manifestato, ed il suo essere raccontato, il forte occultamento e la rivelazione da parte del formatore e creatore, madre e Padre che così si chiamano; Hun-ahpu-vuch, Hun-ahpu-vtiu, Zaquinima tzÿz tepeu. Cucumatz. Vguxcho. Vguxpalo, (nomi o attributi che significano: un tiratore opossum, un tiratore coyote, bianco pisote. Signore, forte biscia. Cuore della laguna. Cuore del mare.) quello dalla verde scodella, quello dalla verde chicchera sono chiamati. E contemporaneamente è detto e parlato di quella nonna e nonno che si chiamavano Xpiyacoc, e Xmucane. Nomi propri. Protettori, e scopritori due volte nonna e due volte nonno sono detti nelle storie quiché. Che comunicarono. Tutto ciò che fecero dopo nello stato della chiarezza e nella parola di chiarezza. Questo scriveremo già nella legge di Dio, nella cristianità, lo tireremo fuori, perché non c'è oramai libro comune, originale dove vederlo. Dell'altra parte del mare è venuto dove si è visto, che è detto il suo essere insegnata la nostra oscurità con la visione della chiara vita. Anticamente c'era il libro originale che si scrisse anticamente; ma è nascosto a chi lo guarda, ed a chi lo pensa. Grande è la sua venuta, ed il suo essere insegnato. Che si era appena formato tutto il cielo, e la terra, il suo essere quadrato, il suo essere ripartito in quattro parti, il suo essere segnato, il suo essere delimitato i confini con bastoni, il suo essere messo a misura, con corde, ed il suo essere allungata la corda nel cielo, e nella terra che è detto di quattro angoli, e di quattro lati dal formatore, e creatore. Sua Madre e suo Padre. Della vita. E della creazione. Che dà respirazione, e affanno, partoriti e sorvegliati, della pace chiarezza dei figli, pensatore ed intenditore di ogni bellezza che ci sono nel cielo, terra, lagune e mare.
Questo è il suo essere detto quando era in sospeso, in calma, in silenzio, senza muoversi, senza cosa se non vuoto il cielo.

E questa è la prima parola e discorso; ancora non c'erano uomini, animali, uccelli, pesci, granchio, albero, pietra, buca, burrone, erba, né monti; solamente c’era il cielo. Non si manifestava la faccia della terra; solamente c’era il mare calmo, e tutto il cielo; ancora non c'era cosa alcuna unita, né suonava niente, né cosa alcuna si muoveva, né cosa alcuna che facesse, male. E cosa che facesse
cotz. Questo è rumore, nel cielo. Né c'era cosa che esistesse, né che fosse ferma in piedi; solo l'acqua calma, solo il mare tranquillo, solo essa calma, né c’era alcuna cosa che esistesse; soltanto c’era il silenzio, e calma, nell'oscurità, e la notte; solo c’era il creatore e formatore, Signore. Biscia forte; le madri e Padri. Stavano nell'acqua, in una chiarezza aperta ed erano coperti con piume verdi, per quel motivo si chiama Qucumatz, grandi saggi, e di grandi pensamenti il suo essere. E così per quel motivo c’è il cielo, e c'è anche il suo cuore del cielo, e questo è il suo nome che si dice a quell'idolo.
Ed allora venne qui la sua parola, venne coi Signori. Tepeu e Qucumatz qui in oscurità, nella notte, e parlò con Tepeu e Qucumatz. E dissero, che consultarono, e che pensarono, si unirono, fecero consiglio, che si dichiararono, e pensarono gli uni e gli altri. Ed allora apparvero le creature, che consultarono la nascita e creazione degli alberi, cespugli, e la nascita della vita, e della creazione, nell'oscurità, e tenebre, dal cuore del cielo, che si chiama Huracan, (questo è un nome proprio). Il primo si chiama Caculha-huracan (nome proprio che dice: raggio di una gamba) il secondo: Chipa-caculha (nome proprio che significa il più piccolo dei fulmini) ed il terzo Raxa-caculha. (nome proprio che dice: verde fulmine) con ciò sono tre quelli del cuore del cielo che vennero con Tepeu e Qucumatz, allora si consultò la vita e la creazione; poiché come albeggerà
(o: si seminerà - vds. nota 8), e chiarirà, chi sarà fatto alimentatore, e sostentatore, date il vostro accordo. Questa acqua esca, si faccia da parte affinché si produca la terra, e sia la sua giuntura, e così albeggi (o: si semini – vds. nota 8), e si schiarisca il cielo, e la terra, e così non vi sarà imbarazzo per le creature, e per i nostri esseri, che furono creati gli uomini creature, e formate, e dissero che si formò la terra per essi; da solo dirlo si fece la terra, e vi fu il suo essere formato. Terra dissero, e dopo all’istante fu fatto, così come la foschia, e come nuvola il suo essere formato, nell’attimo che si mise come granchio sull'acqua il monte fu fatto. Solo per miracolo, e meraviglia fu fatto, ed in un istante contemporaneamente si formò il suo produrre cipressi, e pini sulla sua superficie. E così si rallegrò Qucumatz, è bene la tua venuta cuore del cielo, tu Uragano, e tu Chipi-caculha, Raxa-caculha, si perfezionerà, la nostra opera, e creature dissero. Primariamente si creò la terra, i monti e pianure, si divisero i cammoni dell'acqua, e camminarono molti ruscelli tra le colline, ed in indicate parti si fermò,e stette l'acqua, ed allora si mostrarono le grandi colline. E così il suo essere. Formata la terra, che si creò da quelli che si chiamano il cuore del cielo, e il cuore della terra, e questa è la cosa prima che discorsero, stando il cielo e la terra dentro l'acqua, e così il suo essere discorso a quello che discorsero, che pensarono, ed il suo essere perfezionato, ed il suo essere fatti per essi.

E dopo rifletterono sugli animali del monte custodi suoi dei monti tutti, le sue creature del monte, il cervo, l'uccello, il leone, la tigre, la biscia, la vipera, il
cantí guardiani dei cespugli. E disse il creatore così solo deve stare in silenzio, o devono stare in sospensione sotto ai pali e cespugli? E solo deve essere bello che abbia che li custodisca; dissero quando si consultarono, e parlarono e dopo furono creati cervi ed uccelli, ed allora distribuirono le loro case ai cervi, e agli uccelli. Tu, cervo nelle strade dell'acqua; e nei burroni dormirai, qui starai, nella paglia, e nelle erbe, nel monte vi moltiplicherete. In quattro piedi camminerai, ed in quattro piedi ti fermerai gli fu detto quando gli fu fissata la sua dimora. Ai grandi, e piccoli uccelli. Voi, voi uccelli sugli alberi, e cespugli farete case, e abitazioni, e lì moltiplicherete, vi scuoterete sui rami degli alberi, e cespugli gli fu detto ai cervi ed uccelli quando fecero le sue opere. Tutti presero le sue camere da letto e le sue abitazioni. E così a essi si dette la terra per casa dal creatore. E già erano terminati tutti i cervi ed uccelli.
Allora fu detto loro un'altra volta dal creatore e formatore a i cervi, e agli uccelli: parlate, gridate, non fate íol, íol. Non gridiate. Parlate ognuno nella sua specie, in ogni differenza, gli fu detto ai cervi ed uccelli, ai leoni, tigri, e bisce dite il nostro nome, lodateci, dite che siamo le vostre madri, ed i vostri Padri. Uragano, Chípí caculha, Raxa caculha, Uguxcah, Uguxuleu, formatori, creatori, madri e Padri; parlate, invocateci, salutateci ad essi fu detto. E non poterono parlare come gli uomini; ma solo urlavano, chiocciarono e gridarono, dicendo, voh, voh. Non apparve la sua parola, solo ognuno gridò, e strillò differentemente e quando i formatori sentirono che non parlarono dissero un'altra volta tra loro, non può accadere che dicano il nostro nome, poiché siamo noi i suoi formatori, e creatori non sta bene dissero tra sé quei formatori. E ad essi fu detto sarete cambiati perché non poteste parlare, e così cambiamo la nostra parola, il vostro cibo foraggio, e la vostra camera da letto, e stanza saranno i burroni, e monti, perché non fu possibile salutarci, non ci invocaste, tuttavia c’è chi ci invochi, faremo un'altra volta chi ci obbedisca, prendete questo destino. La vostra carne sarà masticata ed a quello servirete. Ad essi fu detto quando fu notificato a tutti gli animali piccoli e grandi che ci sono sulla terra. Ed allora vollero un'altra volta provare il suo giorno, e vollero riprovare un'altra volta, e vollero riunire un'altra volta, il suo saluto, e già non si capirono la sua parlata tra se stessi, di nessuna sorte si stabilì, né si potè fare, e così furono oltraggiate e buttate via le loro carni, immolarono, furono mangiati tutti e morti tutti gli animali che ci sono qui sulla terra così provarono un'altra volta altre creature dal creatore, e si provò un'altra volta, già si avvicinò l’alba
(o: la semina - vds, nota 8), ed albeggiando, facciamo il nostro sostentatore, e nutritore nostro. Come saremo invocati, e che si ricordino di noi sulla terra, proviamo già nostri primi esseri, e formatori, e non potè ottenersi che ci lodassero, e ci rasserenassero, e così proviamo il suo essere fatto per ubbidire, sostenuto nostro dissero che fu formato e fatto la terra fango fu fatto il suo corpo, e non sembrò bene, perché si scomponeva, ed era molle, e schiacciato, e sgretolato, e si scomponeva, e si inumidiva, non si muoveva la sua testa perché da una parte stava il suo viso, era cieco, e non guardava per dietro, sebbene parlasse, non aveva intendimento, ma si bagnava nell'acqua, non era forte. E dissero un'altra volta gli artefici e formatori sarà peggiore dopo, e non camminerà, e non si moltiplicherà quando fu fatto, solo dal suo intendimento lo dissero, ed allora lo rovinarono, e tornarono a impastare il lore essere formato, e fabbricato, e dissero come lo faremo un'altra volta che possa lodarci, e invocarci, dissero quando si consultarono un'altra volta lo diremo alla Xpiyacoc, e a Xmucane, e a Hun-ahpu-vuch, e a Hun-ahpu-utíu. Proviamo un'altra volta il nostro giorno, il suo essere formato, dissero gli uni agli altri i formatori e fabbricatori. Ed allora lo dissero a la Xpiyacoc, e a Xmucane. E dopo il suo essere detto quello agli indovini, nonna del giorno, o sole, e della luna che così erano chiamati dagli artefici, e fabbricatori, e questi erano i nomi di Xpiyacoc e Xmucane.

E dissero a quello Huracan, con Tepeu e Gucumatz quando lo dissero a quello del sole, o indovino, il formatore indovino aggiunse, e si unì a quello un'altra volta si faccia il nostro uomo formato, il nostro uomo edificato un'altra volta sostenuto, ed alimentato, che ci invochi, e che si ricordi di noi. Entrate nella consultazione nonna,e nonno nostro Xpiyacoc, e Xmucane, come si potrà fare alba
(o: seminare – vds. nota 8) e schiarire, il nostro essere invocato, il nostro essere adorato, il nostro essere deciso per l'uomo formato, ed edificato. E per il nostro uomo povero (o: mortale – vds. nota 19), e così si dica, mostrate il vostro nome Hun-ahpu-vuch, Hun-ahpu-vtíu, due volte madre, due volte Padre, grandi, grande pizote, quello degli smeraldi, quello del toríron, quello della tavola, o trono, quello del toltecat nonna del sole, nonna della luna, così siate detti dai nostri formati, e creature. Gettate la sorte con chicchi di mais e con tzíte e sia solo fatto, così uscirà, così lavoremo, e lo intaglieremo la sua bocca ed il suo viso di legno a essi fu detto dagli indovini. E dopo la loro fattura della sorte, il suo essere salutato quello che sorteggiarono col mais ed il tzíte. Al sole, alla formazione dissero una vecchia ed un vecchio a loro. Ed il vecchio era quello della sorte del tzíte, e si chiamava Xpiyacoc, e la vecchia indovina del sole, e della formazione, si chiamava Chiracan-xmucane. E questa vecchia indovina del sole e dissero quando incominciarono a indovinare il sole solo si uniscano e sia detta la nostra notizia, il nostro udito parlate, parlate, se è conveniente sia lavorato il legno dai formatori, e se è questo quello che deve sostenere, ed alimentare, che si semini e si termini, tu mais, tu tzíte, tu sole, tu essere formato chiamate, e proseguite disse al mais, ed al tzíte, al sole e all’essere formato. E tu cuore del cielo abbi vergogna, non offenderete Tepeu e Cucumatz. Ed allora rispondendo il tzíte ed il mais dissero la verità fatelo così che così andrà bene, e parlerà il legno coltivandolo. E dopo fu fatta l'immagine dell'uomo di legno, e parlò come uomo. E questo fu l'uomo che fecero, e si moltiplicarono, ebbero, figli, e figlie, ciononostante uscirono tonti senza cuore, senza intendimento; e così non si ricordarono più del suo creatore; ma in vano stettero, e camminarono sulla terra, e così non si ricordarono più del cuore del cielo, e così fecero il broncio, tuttavia questo fu solo provare, a terminarli, e fare la gente. Parlavano, tuttavia era secco il loro viso, stavano oppressi, e pesanti, in piedi e mani. Non avevano sangue, né sudore, né obesità, erano secchi, e pallide le loro guance. Erano i loro piedi gialli, e secchi, e le mani, e gialla la loro carne, e così non si ricordarono più del loro creatore, ed artefice, quello che li aveva creati; e questi erano già molti, e si moltiplicarono sulla terra.


Este es el principio de las antiguas historias aquí en el Quiché.

Aquí escribiremos y empezaremos las antiguas historias, su principio y comienzo de todo lo que fué hecho en el Pueblo del Quiché, su pueblo de los indios Quichées; y de aquí tomaremos su ser declarado y manifestado, y su ser relatado, la escondedura y aclaradura por el formador y criador, madre y padre, que así se llaman; Hun-ahpu-vuch, Hun-ahpu-uhú, Zaquinimatzyz, Tepeu, Cucumatz, Vguxcho, Vguxpalo, (nombres ó atributos que significan: un tirador tacuasin, un tirador coyote, blanco pizote, Señor, fuerte culebra, corazon de la laguna, corazon del mar, el del verde cagete, el de la verde jicara) son llamados. Y juntamente es dicho y hablado de aquella abuela ó abuelo que se llamaban Xpiyacoc, y Xmucane, nombres propios amparadores y cubridores, dos veces abuela y dos veces abuelo son dichos en las historias quichées, que comunicaron todo con lo que hicieron despues en el estado de la claridad y en la palabra de claridad. Esto escribiremos ya en la ley de Dios en la cristiandad, los sacaremos, porque ya no hay libro comun, original donde verlo. De la otra parte del mar es venido donde se ha visto, que es dicho su ser enseñada nuestra obscuridad con la miradura de la clara vida, antiguamente habia libro original que se escribió antiguamente; sino que está escondido al que lo mira, y al que lo piensa: grande es su venida, y su ser enseñado que se acabó de formar todo el cielo y la tierra, su ser cuadrado, su ser repartido en cuatro partes, su ser señalado, su ser amojonado con estacas, su ser medido á mecates ó cuerdas, y su ser estirada la cuerda en el cielo y en la tierra que es dicho de cuatro esquinas, y cuatro lados por el formador y criador, su madre y su padre de la vida, y de la creacion que da respiracion y resuello paridor y cuidador de la paz, claridad de los hijos, pensador y entendedor de toda hermosura que hay en el cielo, tierra, lagunas y mar.

Este es su Ser dicho cuando estaba suspenso en calma, en silencio, sin moverse, sin cosa sino vacio el cielo.

Y esta es la primera palabra y elocuencia; aun no habia hombres, animales, pájaros, pescado, cangrejo, palo, piedra, hoyo, barranca, paja ni monte, sino solo estaba el cielo; no se manifestaba la faz de la tierra; sino que solo estaba el mar represado, y todo lo del cielo; aun no habia cosa alguna junta, ni sonaba nada, ni cosa alguna se meneaba, ni cosa que hiciera mal, ni cosa que hiciera ,,
cotz”, (esto es ruido en el cielo), ni habia cosa que estuviese parada en pié; solo el agua represada, solo la mar sosegada, solo ella represada, ni cosa alguna habia que estuviese; solo estaba en silencio, y sosiego en la obscuridad, y la noche; solo estaba el criador y formador, Señor, culebra fuerte; las madres y padres estaban en el agua, en una claridad abierta, y estaban cubiertos con plumas verdes, por eso se llama Cucumatz, grandes sabios, y de grandes entendimientos su ser, y así por eso está el cielo, y hay tambien su corazon del cielo, y este es su nombre que se le dice á aquel ídolo.
Y entonces vino aqui su palabra, vino con los Señores Tepeu y Cucumatz, aqui en obscuridad y en la noche, y habló con Tepeu y Cucumatz y dijeron que consultaron, y que pensaron, se juntaron, hicieron consejo, que se declararon, y pensaron unos á otros, y entonces parecieron las criaturas, que consultaron la hechura y creacion de los palos, mecates, y la hechura de la vida y de la creacion en la obscuridad y tinieblas, por el corazon del cielo, que se llama Huracan, (esto es de un pié, nombre propio) el primero se llama Caculha- huracan (nombre propio que dice: rayo de una pierna) el segundo: Chipa-caculha (nombre propio que significa el mar pequeño de los rayos), y el tercero Raxa-caculha (nombre propio que dice: verde rayo) con que son tres aquel su corazon del cielo que vinieron con Tepeu y Cucumatz. Entonces se consultó la vida y la creacion, pues como se sembrará, y aclarará, quien será hecho alimentador y sustentador, dad vuestro voto: esta agua salga, desembarazóse para que se produzca la tierra, y sea su juntura, y así se siembre y aclare el cielo y la tierra, y así no les será embarazo á las criaturas, y nuestras hechuras, que fueren criados los hombres criaturas y formaduras, y dijeron que se formó la tierra por ellos; de solo decirlo se hizo la tierra, y estuvo su ser formado. Tierra! dijeron, y luego al instante fué hecha, así como la neblina y como nube, su ser formado en retazos que se puso cangrejo sobre el agua; el cerro fué hecho solo por milagro y maravilla fué hecho, y en un instante juntamente se formó su producir cipreses y pinabetes en su faz, y así se alegró Cucumatz. Está bien tu venida corazon del cielo, tu Huracan y tu Chipa-caculha, Raxa-caculha, se perfeccionará nuestra obra y criaturas, dijeron. Primeramente se crió la tierra, los montes y llanos, se dividieron los caminos del agua, y anduvieron muchos arroyos entre los cerros, y en señaladas partes se paro y detuvo el agua, y entonces se mostraron los grandes cerros, y así su ser formaba la tierra, que se crió por aquellos que se llaman el corazon del cielo y el corazon de la tierra, y esto es lo primero que discurrieron, estando el cielo y la tierra dentro del agua, y así su ser discurrido aquello que discurrieron, que pensaron, su ser perficionado y su ser hecho por ellos.
Y despues discurrieron los animales del monte, guardianes suyos de los montes todos, sus criaturas del monte: el venado, el pájaro, el leon, el tigre, la culebra, la vivora, el cantí, guardas de los mecates, y dijo el criador, ¿si solo ha de estar en silencio, ó han de estar en suspension debajo de los palos y mecates? y solo ha de estar bueno, el que haya quien los guarde; dijeron que lo consultaron y parlaron, y luego fueron producidos venados y pájaros, y entonces les repartieron sus casas á los venados, y á los pájaros: tú, venado, en los caminos del agua, y en las barrancas dormireis, aquí estarás en la paja y en las yerbas, en el monte te multiplicaréis, en cuatro pies andarás, y en cuatro pies te pararás; les fué dicho que se les afirme su morada, á los grandes y pequeños pájaros. Vosotros pájaros sobre los palos y mecates haréis casas y habitacion, y allí multiplicaréis, os sacudiréis sobre las ramas de los palos y mecates, les fué dicho á los venados y pájaros que hicieron sus obras. Todos tomaron sus dormitorios y sus habitaciones; y así se les dió la tierra por casa, por el criador, y ya estando acabados todos los venados y pájaros.
Entonces se les dijo otra vez por el criador y formador á los venados y á las aves: hablad, gritad, no hagais “
yol, yol”; no griteis, hablad cada uno en su especie en cada diferencia. Se les fue dicho á los venados y pájaros, á los leones, tigres y culebras: decid nuestro nombre, alabadnos, decid que somos vuestras madres y vuestros padres, Huracan, Chipa-caculha, Raxa-caculha, Uguxcah, Uguxleu, formadores, criadores, madres y padres; hablad, invocadnos, saludadnos, se les fué dicho. Y no pudieron hablar como los hombres, sino que chillaron, cacarearon y gritaron, diciendo ,,voh, voh”; no pareció su habla, sino que cada uno gritó y chilló diferentemente; y cuando los formadores oyeron que no hablaron, dijeron otra vez entre sí: no se pudo acabar que dijesen nuestro nombre porque somos nosotros sus formadores y criadores: no está bien, dijeron entre sí aquellos formadores, y se les fué dicho, seréis trocados porque no pudisteis hablar, y así mudamos nuestra palabra: vuestra comida, pasto y vuestro dormitorio y habitacion serán las barrancas y montes, porque no acabasteis de saludarnos, no nos invocasteis. Todavia hay quien nos invoque, haremos otra vez quien nos obedezca, tomad este oficio; vuestra carne será mascada, y de eso serviréis; se les fué dicho, que se les notificó á todos los animales chicos y grandes que hay sobre la tierra. Y entonces quisieron otra vez probar su dia y quisieron reprobar otra vez, y quisieron juntar otra vez su salutacion, y ya no se entendieron su habla entre sí mismos, de ninguna suerte sea justo, ni se pudo hacer, y así fueron ultrajadas y desechadas sus carnes, tributaron, fueron comidos y muertos todos los animales que hay aquí sobre la tierra. Y así probaron otra vez otras criaturas por el criador, y pruébese otra vez, ya se acercó la sembradura, y amanecimiento, hagamos sustentador nuestro y mantenedor nuestro, como seremos invocados, y que se acuerden de nosotros sobre la tierra, ya probamos nuestras primeras hechuras y formaduras, y no se pudo componer que nos alabasen, y nos aclararan, y así probemos su ser hecho ú obedecer sustentado nuestro, dijeron que fué formado y hecho la tierra. Todo fué hecho, su cuerpo, y no pareció bien, sino que se desbarataba y estaba blando y apelmazado, y desmadejado, y se desmoronaba y se humedecía, no se movia su cabeza, sino que en una parte se estaba su cara, era ciego, y no miraba para atrás, aunque hablaba, no tenia entendimiento sino que se revenía en el agua, no era fuerte. Y dijeron otra vez los hacedores y formadores, será peor despues, y no andará y no se multiplicará, que fuere hecho solo de su entendimiento, lo dijeron, y entonces lo desbarataron y lo volvieron á amazar, su formadura y fábrica, y dijeron: ¿como lo haremos otra vez que pueda alabarnos é invocarnos? dijeron que consultaron otra vez, lo diremos á la Xpiyacoc y Xmucane, y á Hun-ahpu-vuch, y á Hun-ahpu-uhú, probemos otra vez nuestro dia. Su ser formado dijeron unos á otros, los formadores y fabricadores, y entonces lo dijeron á la Xpiyacoc, y á Xmucane, y despues su ser dicho aquello á los adivinos, abuela del dia ó sol, y de la luna, que así eran llamados por los hacedores y fabricadores, y estos eran los nombres de Xpiyacoc y Xcumane. Y dijeron aquel Huracan con Tepeu y Cucumatz que le dijeron al del sol ó adivino, al íbrmador adivino alcanzó, y se unió de ello otra vez se haga nuestro hombre formado, y nuestro hombre edificado, otra vez sustentado y alimentado que nos invoque y que se acuerde de nosotros; entrad en la consulta abuela y abuelo nuestro, Xpiyacoc y Xcumane, como se podrá sembrar y aclarar, nuestro ser invocado, nuestro ser adorado, nuestro ser acordado por el hombre formado y edificado, y por el hombre nuestro pobre, y asi se diga, mostrad vuestro nombre Hun-ahpu-vuch, Hun-ahpu-uhú, dos veces madre, dos veces padre, grande pizote, el de los chalchigüites, el del toriron, el de la tabla, otro no, el del toltecat, abuela del sol, abuela de la luna, así seais dichos por nuestros formados y criaturas; echad suertes con maises y con tzités y sea solo hecho, si saldrá, si labraremos y lo tallaremos, su boca y su cara de palo, se les fué dicho á los adivinos. Y luego su echadura de las suertes, su ser saludado lo que sortearon con el mais y el tzité á sol, á formadura, dijeron una vieja y un viejo á ellos, y el viejo era el de las suertes del tzité, y se llamaba Xpiyacoc, y la vieja adivina del sol y de la formadura, se llamaba Chiracan-xmucane, y dijeron que empezaron á adivinar el sol solo se junten y se unen, decid nuestra nueva, nuestro oido, hablad, parlad, si es conveniente sea labrado el palo por los formadores y si es este el que se ha de sustentar y alimentar, que se siembre y aclare, di tú mais, tú tzité, tú sol, tú formadura, llamad y seguid, le dijo al mais y al tzité, al sol y á la formadura, y tú corazon del cielo tened vergüenza, no afrenteis á Tepeu y á Cucumatz, y entonces respondiendo el tzité y el mais dijeron la verdad: hacedlo así que así estará bien, y hablará el palo en labrándolo, y luego fué hecha la imagen del hombre de palo, y habló como hombre. Y esto fué el hombre que hicieron, y se multiplicaron, tuvieron hijos é hijas; empero, salieron tontos, sin corazon, sin entendimiento, y así no se acordaron mas de su criador, sino que en vano estuvieron y anduvieron sobre la tierra, y así no se acordaron mas del corazon del cielo, y así dijeron de hocicos, empero esto fué solo probar, á pararlos y hacer la gente, hablaban, empero estaba seca su cara, estaban abromados y pesados en pies y manos, no tenian sangre, ni sudor, ni gordura, estaban secas y palidas sus mejillas, estaban sus pies amarillos y secas las manos , y amarilla su carne, y así no se acordaron mas de su criador y hacedor, el que los habia criado; y estos eran ya muchos y se multiplicaron sobre la tierra.


PREMIÈRE PARTIE.


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PRÉAMBULE.


Voici l'origine de l'ancienne histoire (du pays); ici appelé Quiché.
Ici nous écrirons et nous commencerons l'histoire d'autrefois, le principe et l'origine de tout ce qui s'est fait dans la cité du Quiche, dans les tribus de la nation quichée :
Voici donc que nous amènerons la manifestation, la découverte et l'éclatement de ce qui était dans l'obscurité, l'œuvre de son aurore par la volonté du Créateur et du Formateur, de Celui qui engendre, de Celui qui donne l'être, et don t les noms sont : Un Tireur de Sarbacane au Sarigue (1), Un Tireur de Sarbacane au Chacal (2), le Grand (3 ) Blanc Piqueur (d'épines), le Dominateur, le Serpent couvert de plumes (4)\ le Cœur des Lacs, le Cœur de la Mer, le Maître du Planisphère verdoyant, le Maître de la Surface azurée (5).
C'est ainsi qu'on nomme, qu'où chante et qu'on célèbre ensemble ceux (qui sont) la Grand'mère et l'Aïeul, dont le nom est Xpiyacoc, Xmucané (6); Conservateur et Protectrice; deux fois grand'mère, deux fois aïeul; ainsi qu'il est dit dans les histoires quichées : de qui on racontait tout avec ce qu'ils firent ensuite pour la prospérité et la civilisation (7).
Voilà ce que nous écrirons depuis (qu'on a promulgué) la parole de
Dieu (8), et en dedans du Christianisme; nous le reproduirons, parce qu'on ne voit plus ce Livre national, où l'on voyait clairement qu'on était venu de l'autre côté (9) de la mer, (c'est-à-dire) « le récit de notre existence dans le pays de l'ombre (10) et comment nous vimes la lumière et la vie, » ainsi qu'il est appelé (11).

CHAPITRE PREMIER


C'est le premier livre, écrit anciennement; mais sa vue est cachée à celui qui voit et qui pense. Admirable est son apparition et le récit (qu'il fait) du temps auquel acheva de se former tout (ce qui est) au ciel et sur la terre, la quadrature et la quadrangulation de leurs signes, la mesure de leurs angles, leur alignement, et l'établissement des parallèles au ciel et sur la terre, aux quatre extrémités, aux quatre points cardinaux, comme il fut du par le Créateur et le Formateur, la Mère, le Père de la vie, de l'existence, celui par qui fout agit et respire, père et vivificateur de la paix des peuples, de ses vassaux civilisés, celui dont la sagesse a médité l'excellence de tout ce qui existe au ciel, sur la terre, dans les lacs et la mer.
Voici le récit comme quoi tout était en suspens, tout était calme et silencieux; tout était immobile, tout était paisible, et vide était l'immensité des cieux.
Voilà donc la première parole et le premier discours. Il n'y avait pas encore (1) un seul homme, pas un animal; pas d'oiseaux, de poissons, d'écrevisses, de bois, de pierre, de fondrières, de ravins, d'herbe ou de bocages : seulement le ciel existait.
La face de la terre ne se manifestait pas encore : seule la mer paisible était et tout l'espace des cieux.
Il n'y avait encore rien qui fit corps, rien qui se cramponnât à autre chose : rien qui se balançât, qui fit (le moindre) frôlement, qui fit (entendre) un son dans le ciel.
Il n'y avait rien qui existât debout; (il n'y avait) que, l'eau paisible, que la mer calme et seule dans ses bornes ; car il n'y avait rien qui existât.
Ce n'était que l'immobilité et le silence dans les ténèbres, dans la nuit. Seuls aussi le Créateur, le Formateur, le Dominateur, le Serpent couvert de plumes, Ceux qui engendrent, Ceux qui donnent l'être, sont sur l'eau comme une lumière grandissante :
Ils sont enveloppés de vert et d'azur; voilà pourquoi lour nom est
Gucumatz (2) : des plus grands sages est leur être. Voilà comment le ciel existe, comment existe également le Cœur du ciel; tel est le nom de Dieu; c'est ainsi qu'il s'appelle.
C'est alors que sa parole vint ici avec le Dominateur et le Gucumatz, dans les ténèbres et dans la nuit (3), et qu'elle parla avec le Dominateur, le Gucumatz :
Et ils parlèrent : alors ils se consultèrent et méditèrent : ils se comprirent; ils joignirent leurs paroles et leurs avis.
Alors il fit jour pendant qu'ils se consultaient : et au moment de l'aurore, l'homme se manifesta, tandis qu'ils tenaient conseil sur la production et la croissance des bois et des lianes, sur la nature de la vie et de l'humanité, (opérées) dans les ténèbres et dans la nuit, par celui qui est le Cœur du ciel, dont le nom est Hurakan (4).
L'Eclair est le premier (signe) de Hurakan; le second est le sillonnement de l'Eclair; le troisième est la Foudre qui frappe; et ces trois sont du Cœur du ciel (5).
Alors ils vinrent avec le Dominateur, le Gucumatz : alors on tint conseil sur la vie civilisée; comment se feraient les semailles, comment so ferait la lumière (6); qui serait le soutien et le nourricier (des dieux) (7).
Qu'il soit ainsi fait. Remplissez-vous (8), (fut-il dit). Que cette eau se relire et cesse d'embarrasser, afin que la terre ici existe, qu'elle se raffermisse et présente sa surface, afin qu'elle s'ensemence et que le jour luise au ciel et sur la terre ; car (nous ne recevrons) ni gloire ni honneur de tout ce que nous avons créé et formé, jusqu'à ce que existe la créature humaine, la créature douée de raison.
C'est ainsi qu'ils parlèrent, tandis que la terre se formait par eux.
C'est ainsi véritablement qu'eut lieu la création comme quoi la terre exista : Terre, dirent-ils; et à l'instant elle se forma (9).
Comme un brouillard ou un nuage (eut lieu) sa formation dans son état matériel, lorsque semblables à des homards apparurent sur l'eau les montagnes ; et en un instant les grandes montagnes furent (10).
Seulement, par une puissance et un pouvoir merveilleux (11), on put faire ce qui s'était résolu (sur l'existence) des monts et des vallées, instantanément avec la création des bois de cyprès et de pins (qui apparurent) à leur surface (12),
Et ainsi Gucumatz, fut rempli d'allégresse : Tu es le bienvenu, (s'écria-t-il), ô Cœur du ciel, ô Hurakan, ô Sillonnement de l'Eclair, ô Foudre qui frappe !
Ce que nous avons créé et formé, aura son achèvement, répondirent-ils.
Et d'abord se formèrent la terre, les monts et les plaines : le cours des eaux fut divisé; les ruisseaux s'en allèrent serpentant entre toutes les montagnes ; c'est dans cet ordre que les eaux existèreni, lorsque les grandes montagnes se furent dévoilées.
Ainsi fut la création de la terre, lorsqu'elle fut formée par ceux qui sont le Coeur du ciel et le Cœur de la terre; ca(?) ainsi se nomment ceux qui les premiers la fécondèrent, le ciel et la terre encore inertes étant suspendus au milieu do l'eau.
Telle fut sa fécondation, lorsqu'ils la fécondèrent, tandis que son achèvement et sa composition se méditaient par eux.

CHAPITRE DEUXIEME.


Ensuite ils donnèrent la fécondité aux animaux de la montagne, qui sont les gardiens de toutes les forêts; des êtres qui peuplent les monts, des cerfs, des oiseaux, des lions, des tigres, des serpents, de la vipère et du qanti, gardiens des lianes (13).
Alors parla celui qui engendre, celui qui donne l'être (14) : Est-ce donc pour (rester) silencieux, est-ce pour (demeurer) sans mouvement, qu'il y a l'ombre des bois et des lianes? Après quoi il est bon qu'il y ait des êtres pour les garder.
C'est ainsi qu'ils parlèrent, pendant qu'ils excitaient la fécondation, qu'ils s'en entretenaient; et aussitôt existèrent les cerfs, et les oiseaux. Alors donc ils distribuèrent aux cerfs et aux oiseaux leurs demeures (15).
Toi, cerf, au bord des ruisseaux, dans les ravins lu dormiras ; c'est ici que tu resteras entre les broussailles et le fourrage ; dans les bois vous vous multiplierez, sur quatre pieds vous irez, sur quatre pieds vous vivrez. Ainsi fut fait comme il leur fut dit.
Alors furent (réparties) également les demeures des oiseaux grands et petits : Vous autres oiseaux, vous vous logerez en haut des bois, en haut des lianes; vous y ferez vos nids, vous vous y multiplierez ; vous vous développerez sur les branches des arbres, sur les rameaux des lianes.
Ainsi fut dit aux cerfs et aux oiseaux, tandis qu'ils faisaient ce qu'ils devaient faire, et tous prirent leurs demeures ou leurs tanières. C'est ainsi qu'aux animaux de la terre Celui qui engendre, Celui qui donne l'être donna leur habitation.
Etant donc tous achevés, cerfs et oiseaux, il leur fut dit également à ces cerfs et à ces oiseaux par l'organe du Créateur et du Formateur, de Celui qui engendre, de Celui qui donne l'être :
Bramez, gazouillez maintenant, puisque la puissance de bramer et de gazouiller (vous est donnée) ; faites entendre votre langage, chacun suivant son espèce, chacun suivant son genre; ainsi leur fut dit aux cerfs, aux oiseaux, aux lions, aux tigres et aux serpents :
Dites donc notre nom, honorez-nous, nous votre mère, nous votre père ; invoquez donc Hurakan , le sillounemenl de l'Eclair, la Foudre qui frappe, le Cœur du ciel, le Cœur de la terre, le Créateur et le Formateur, Celui qui engendre et Celui qui donne l'être; parlez, appelez-nous, et nous saluez; ainsi leur fut dit.
Mais il leur fut impossible de parler ainsi que l'homme; ils ne firent que caqueter, que glousser, que croasser; sans qu'il se manifestât (aucune) forme de langage, chacun dans son espèce murmurant d'une manière différente.
Lorsque le Créateur et le Formateur entendirent qu'ils ne pouvaienl parler, ils se dirent encore une fois les uns aux autres : Ils n'ont pu dire notre nom, quoique nous (soyons) leurs créateurs et leurs formateurs. Cela n'est pas bon, répétèrent entre eux Celui qui engendre et Celui qui donne l'être.
El il leur fut dit (aux animaux) : Voilà que vous serez modifiés, parce qu'il vous a été impossible de parler. Nous avons donc changé notre parole : votre nourriture et votre alimentation, vos tanières et vos habitations vous les aurez; (mais) ce seront les ravines et les bois ; car notre gloire n'est pas parfaite et vous ne (nous) invoquez point.
Il en est encore (des êtres) il y en a sans doute encore qui puissent nous saluer ; nous les rendrons capables d'obéir. Maintenant faites votre devoir; quant à votre chair elle sera broyée sous la dent, ainsi soit-il.
Voilà donc quelle est votre destinée. C'est ainsi qu'on leur parla, et en même temps on leur notifia (ces choses) aux grands et petits animaux qu'il y a sur la face de la terre (16).
Or ils voulurent essayer de nouveau leur fortune; ils voulurent faire une nouvelle tentative, ils voulurent concerter uu nouveau mode d'adoration.
Mais ils n'entendirent point le langage les uns des autres; ils n'aboutirent à rien, et rien ne put.se faire.
Ainsi donc leur chair fut humiliée; et tous les animaux qui sont ici sur la face de la terre furent réduits à être mangés et tués.
C'est ainsi qu'il dut y avoir un nouvel essai de créatures à former par le Créateur et le Formateur, par Celui qui engendre, par Celui qui donne l'être :
Qu'on essaie de nouveau ; déjà s'approche le temps des semailles, voici l'aurore (qui va paraître); faisons ceux (qui doivent être) nos soutiens et nos nourriciers.
Comment (faire) pour que nous soyons invoqués et que nous soyons commémorés à la face de la terre ? Nous avons essayé déjà avec notre première œuvre et créature : il n'a pas été possible que nous fussions salués et honorés par elles. C'est pourquoi essayons de faire des (hommes) obéissants et respectueux qui (soient nos) soutiens et nourriciers.
Ils dirent. Alors la création et la formation (de l'homme curent lieu) ; de terre glaise ils firent sa chair (17);
Ils virent qu'il n'était pas bien ; car il était sans cohésion, sans consistance, sans mouvements, sans force, inepte et aqueux ; il ne remuait point la tête, sa face ne se tournant que d'un seul côté ; sa vue était voilée et il ne pouvait voir par derrière ; il avait été doué du (don du) langage, mais il n'avait pas d'intelligence, et aussitôt il se consuma dans l'eau sans (pouvoir) se tenir debout.
Or le Créateur et le Formateur dirent encore une fois : Plus on y travaille, plus il est incapable d'aller et de se multiplier : qu'il se fasse donc là un être intelligent, dirent-ils.
Alors ils déûrenl et détruisirent encore une fois leur œuvre et leur création. Ils dirent ensuite : Comment ferons-nous pour qu'il puisse éclore des (êtres) qui nous adorent et qui nous invoquent (18) ?
Ils dirent alors, tandis qu'ils se consultaient de nouveau : Disons-leur à Xpiyacoc et à Xmucané, au Tireur de Sarbacane au Sarigue, au Tireur de Sarbacane, au Chacal : Essayez de nouveau de tirer son sort et (de voir le temps de) sa formation. Ainsi se dirent l'un à l'autre le Créateur et le Formateur, et ils leur parlèrent alors à Xpiyacoc et à Xmucané.
Ensuite (eut lien) le discours avec ces devins, l'aïeule du soleil, l'aïeule de la lumière (19), ainsi qu'ils sont appelés par ceux, (qui sont) le Créateur et le Formateur, et ce sont là les noms de Xpiyacoc et de Xmucané.
Et ceux de Hurakan parlaient avec Tepeu et Gucumatz ; alors ils dirent à celui du soleil (20), à celui de la formation, qui (sont) les devins : Il est temps de se concerter de nouveau sur les signes de l'homme que nous avions formé (21), pour (qu'il soit) encore une fois (notre) soutien et (notre) nourricier, afin que nous soyons invoqués et commémorés.
Commence donc à parler (22), ô toi qui engendre et mets au monde, notre grand'mère et notre aïeul, Xpiyacoc, Xmucané ; fais donc que la germination se fasse, que l'aube blanchisse, que nous soyons invoqués, que nous soyons adorés, que nous soyons commémorés par l'homme formé, par l'homme créé, par l'homme dressé (23), par l'homme moulé; fais qu'il en soit ainsi;
Manifestez votre nom, ô Tireur de Sarbacane au Sarigue, ô Tireur de Sarbacane au Chacal, deux fois engendreur, deux fois procréateur, Grand-Sanglier, grand piqueur d'épines, celui de l'émeraude, le bijoutier, le ciseleur, l'architecte (24), celui du planisphère verdoyant, celui de la surface azurée, le maître de la résine (25), le chef de
Toltecat (26), aïeule du soleil, aïeule du jour; car ainsi soyez appelés par nos œuvres et nos créatures;
Faites vos passes surVotre maïs, sur votre
tzité (27), pour (voir) s’il se fera tl s'il arrivera que nous élaborions et sculptions sa bouche et son visage de bois ; ainsi qu il fut dit aux devins ?
Alors (ce fut le moment) de jeter (le sort) et de saluer ce qui composait l'enchantement avec le maïs et le Izité : Soleil et Créature! leur dirent alors une vieille et un vieillard. Or, ce vieillard était le maître du tzilé (28). Xpiyacoc (était) son nom; mais la vieille était la devineresse, la Formatrice, dont le nom (était) Chirakan Xmucaué.
Or ils parlèrent ainsi, au moment où le soleil s'arrêtait (au midi) : Il est temps qu'on se concerte ; parle, que nous entendions, que nous parlions et que nous disions s'il faut que le bois soit charpenté et sculpté par le Formateur et le Créateur ; si ce sera le soutien et le nourricier, au moment où se fera la germination et où le jour blanchira.
O maïs, ô tzité, ô soleil, ô créature, unissez-vous, accouplez-vous l'un sur l'autre (29); ainsi fut dit au maïs el au izité, au soleil et à la créature. Et toi, rougis, ô Cœur du ciel, ne fais pas baisser la bouche et la face de Tepeu, de Gucumatz (30).
Alors ils parlèrent et dirent la vérité : C'est bien ainsi qu'il faut faire vos mannequins, travaillés de bois, qui parlent et raisonnent à leur aise sur la face de la terre.
Ainsi soit-il, répondirent-ils, lorsqu'ils parlèrent. Dans le même instant se fit le mannequin travaillé de bois; les hommes se produisirent, les hommes raisonnèrent, et ce sont les gens qui (habitent) la surface de la terre.
Ils existèrent et se multiplièrent; ils engendrèrent des filles et des fils, mannequins travaillés de bois : mais ils n'avaient ni cœur, ni intelligence, ni de souvenir de leur formateur et de leur créateur; ils menaient une existence inutile et vivaient comme des animaux (31).
Ils ne se souvenaient plus du cœur du ciel, et voilà comment ils déchurent là : ce n'était donc qu'un essai et une tentative d'hommes ; qui parlèrent d'abord, mais dont la face se dessécha ; sans consistance (étaient) leurs pieds et leurs mains ; ils n'avaient ni sang, ni subsistance, ni humidité, ni graisse; des joues desséchées étaient (tout ce qu'offraient) leurs visages ; arides étaient leurs pieds et leurs mains, languissante leur chair (32).
C'est pourquoi ils ne pensaient point (à élever) leurs têtes vers le Formateur et le Créateur, leur père et leur providence (33). Or, ceux-ci furent les premiers hommes qui en grand nombre existèrent ici sur la face de la terre.



PREAMBOLO


Questo è il principio delle antiche storie di questo luogo chiamato Quiché (1). Qui scriveremo ed incominceremo le antiche storie (2), il principio e l'origine di tutto ciò che venne fatto nella città del Quiché, dalle tribù della nazione quiché.
E qui renderemo manifesto e pubblico e narreremo tutto ciò che era occulto, e fu rivelato da
Tzacol, Bitol, Alom, Qaholom, che si chiamano Hunahpu-Vucb, Hunahpú-Utiú, Zaqui-Nimá-Tziís, Tepeu, Gucumatz, u Qux Cho, u Qux Paló, Ah Raxá Lac, Ah Raxá Tzel, così chiamati (3). E [ad un tempo] esporremo e narreremo insieme le storie della Nonna e del Nonno, i cui nomi sono Ixpiyacoc ed Ixmucané (4) difensori e protettori, due volte nonna, due volte nonno, così chiamati nelle storie quiché, quando raccontavano tutto ciò che fecero al principio della vita, al principio della storia (5).
Ciò scriveremo ormai sotto la legge di Dio, il Cristianesimo; lo trarremo in luce perché non si vede più il
Popo Vuh, così chiamato (6), in cui appariva chiaro l'avvento dall'altra parte del mare, il racconto della nostra oscurità, ed appariva chiara la vita (7).
Esisteva il libro originale, scritto in tempi antichi, ma la sua vista è celata al ricercatore ed al pensatore. Vi era tutta la descrizione e la narrazione del modo in cui tutto il cielo e la terra presero forma, come [il cielo] fu formato e diviso in quattro parti, come fu delimitato ed il cielo fu misurato e venne portata la corda per misurare e la si stese nel cielo e sulla terra, ai quattro angoli, ai quattro canti (8), come era stato detto dal Creatore e dal Formatore, la madre ed il padre della vita (9), di tutte le cose create, colui che dà il respiro ed il pensiero, colei che da alla luce i figli, colui che veglia sulla felicità dei popoli, sulla felicità della stirpe umana, il saggio, colui che medita sulla bontà di tutto ciò che esiste nel cielo, sulla terra, nei laghi e nel mare.


PRIMA PARTE

CAPITOLO PRIMO


Questa è la narrazione di come tutto stava sospeso, tutto in calma, in silenzio; tutto immobile, tacito, e vuota era la distesa del cielo.
Questo è il primo racconto, il primo discorso. Non v'era ancora un uomo, né un solo animale, uccelli, pesci, gamberi, alberi, pietre, caverne, dirupi, erbe, boschi: solo il cielo esisteva.
Non appariva la faccia della terra. Vi erano solo il mare in calma ed il cielo in tutta la sua estensione.
Non vi era nulla di costituito, che facesse rumore, né cosa alcuna che si muovesse, si agitasse, o facesse rumore nel cielo.
Non vi era nulla che stesse in piedi; soltanto l'acqua in calma, il mare placido, solo e tranquillo. Non vi era nulla dotato di esistenza.
Solamente vi era immobilità e silenzio nell'oscurità, nella notte. Soltanto il Creatore, il Formatore, Tepeu, Gucumatz, i Progenitori (1), erano nell'acqua circondati di chiarore (2). Erano nascosti sotto piume verdi e azzurre (3), perciò vengono chiamati Gucumatz. Di grandi saggi, di grandi pensatori è la loro natura (4). A questo modo esisteva il cielo ed anche il Cuore del Cielo, ché questo è il nome di Dio e così viene chiamato.
Venne qui allora la parola, giunsero insieme Tepeu e Gucumatz, nell'oscurità, nella notte, e parlarono tra di loro Tepeu e Gucumatz (5). Parlarono, dunque, consultandosi a vicenda e meditando; si misero d'accordo, unirono le loro parole ed il loro pensiero.
Allora risultò chiaro, mentre meditavano, che quando fosse spuntata l'alba avrebbe dovuto apparire l'uomo (6). Allora stabilirono la creazione e la crescita degli alberi e dei cespugli e la nascita della vita e la creazione dell'uomo. Cosi venne stabilito nelle tenebre e nella notte dal Cuore del Cielo, che si chiama
Huracán.
Il primo si chiama
Caculhá Huracán. Il secondo è Chipi-Caculhá. Il terzo è Raxá-Caculhá. E questi tre sono il Cuore del Ciclo (7).
Allora vennero insieme Tepeu e Gucumatz; allora si consultarono sulla vita e sulla luce, come si doveva fare perché
spuntasse l'alba e si facesse giorno (8), chi avrebbe dovuto produrre il cibo ed il sostentamento.
- Si faccia così! Si riempia il vuoto! (9). Si ritiri quest'acqua e sgombri [lo spazio], sorga la terra e si consolidi! - Così dissero. -
Si faccia chiaro, albeggi nel ciclo e sulla terra! Non vi sarà gloria né grandezza nella nostra creazione e formazione finché non esisterà la creatura umana, l'uomo formato -. Così dissero.
Quindi la terra venne da loro creata. Fu così in verità che avvenne la creazione della terra: - Terra! -dissero, e in un attimo fu fatta.
Come la nebbia, come la nube e come un polverone fu la creazione, quando sorsero dall'acqua le montagne (10); e in un attimo le montagne crebbero.
Solamente per un prodigio, soltanto per arte magica si compì la formazione delle montagne e delle valli; e in un attimo scaturirono insieme i boschi di cipressi e di pini sulla superficie.
E così Gucumatz si riempì di gioia, dicendo: -Buona è stata la tua venuta, Cuore del Cielo; tu, Huracán, e tu, Chipi-Caculhá, Raxá-Caculhá!
- La nostra opera, la nostra creazione verrà compiuta, - risposero.
Dapprima si formarono la terra, le montagne e le valli; si divisero i corsi d'acqua, i ruscelli andarono scorrendo liberamente tra le colline, e le acque rimasero separate quando apparvero le alte montagne (11).
Così avvenne la creazione della terra, quando venne formata dal Cuore del Cielo, dal Cuore della Terra, che così sono chiamati coloro che dapprima la fecondarono, quando il ciclo stava sospeso e la terra si trovava sommersa nell'acqua.
Così fu che venne perfezionata l'opera, quando essi la eseguirono dopo aver pensato e meditato sul suo felice compimento.

CAPITOLO SECONDO


Crearono quindi gli animali piccoli della selva, i custodi di tutti i boschi, i geni della montagna (12), i cervi, gli uccelli, leoni, tigri, serpenti, bisce,
cantil [vipere], custodi della macchia.
Ed i Progenitori dissero: - Vi saranno soltanto silenzio ed immobilità sotto gli alberi e tra i cespugli? Conviene che d'ora in poi vi sia qualcuno a custodirli.
Così dissero quando meditarono e poi parlarono. Immediatamente vennero creati i cervi e gli uccelli. Subito distribuirono le loro dimore ai cervi ed agli uccelli. - Tu, cervo, dormirai nelle pianure lungo i fiumi e tra i dirupi. Qui starai tra i rovi, tra le erbe; nel bosco vi moltiplicherete, su quattro piedi camminerete e vi sosterrete -. E tal quale era stato detto, così fu fatto.
Poi assegnarono anche la loro dimora agli uccelli piccoli ed ai volatili più grandi: — Voi, uccelli, abiterete sugli alberi e sui cespugli, là farete i vostri nidi, là vi moltiplicherete, là vi agiterete, sui rami degli alberi e dei cespugli -. Così venne detto ai cervi ed agli uccelli affinché facessero ciò che dovevano fare, e tutti occuparono le proprie dimore ed i propri nidi.
A questa maniera i Progenitori assegnarono le loro abitazioni agli animali della terra.
E, compiuta la creazione di tutti i quadrupedi ed uccelli, venne detto ai quadrupedi ed agli uccelli dal Creatore e dal Formatore e dai Progenitori: - Parlate, gridate, gorgheggiate, chiamate, parlate ciascuno secondo la vostra specie, secondo la varietà di ciascuno -. Così venne detto ai cervi, agli uccelli, ai leoni, tigri e serpenti.
- Dite, dunque, i nostri nomi, lodate noi, vostra madre, vostro padre. Invocate, dunque, Huracán, Chipi-Caculhá, Raxá-Caculhá, il Cuore del Cielo, il Cuore della Terra, il Creatore, il Formatore, i Progenitori; parlate, invocateci, adorateci! - dissero loro.
Ma non si poté ottenere che parlassero come gli uomini; solo strillavano, crocchiavano e gracchiavano; il loro linguaggio era informe, e ciascuno gridava in modo diverso.
Quando il Creatore ed il Formatore videro che non era possibile che parlassero, si dissero tra di loro: - Non siamo riusciti a far loro dire il nostro nome, il nome di noi, loro creatori e formatori. Così non va, - dissero tra di loro i Progenitori.
Quindi venne loro detto: - Sarete mutati poiché non si è riusciti a farvi parlare. Abbiamo cambiato parere: il vostro cibo, il vostro pascolo, la vostra abitazione ed i vostri nidi li avrete, saranno i dirupi ed i boschi, poiché non si è ottenuto che ci adoriate e ci invochiate. Vi è ancora chi ci può adorare, faremo altri [esseri] che siano ubbidienti. Voi, accettate il vostro destino: le vostre carni verranno sminuzzate. Così sarà. Questa sarà la vostra sorte -. Così dissero quando fecero conoscere la loro volontà agli animali piccoli e grandi che sono sulla faccia della terra,
Poi vollero di nuovo tentare (13); vollero fare un altro tentativo e provare di nuovo a farsi adorare.
Ma non poterono comprendere il loro linguaggio neppure loro, non riuscirono a nulla e nulla poterono fare. Per questa ragione ne vennero immolate le carni e furono condannati a venir mangiati ed uccisi, gli animali che esistono sulla faccia della terra.
E così fu necessario un nuovo tentativo da parte del Creatore, del Formatore e dei Progenitori, per creare e formare l'uomo.
- Proviamo di nuovo! Sono ormai vicine l'alba e l'aurora (14); facciamo colui che ci sostenterà e ci nutrirà! Come faremo per venir invocati, per venir ricordati sulla terra? Abbiamo già provato con le nostre prime opere, le nostre prime creature; ma non riuscimmo a farci lodare e venerare da esse (15). Ed allora proviamo a fare degli esseri obbedienti, rispettosi, che ci sostentino e ci nutrano -. Così dissero.
Allora avvenne la creazione e la formazione. Di terra, di limo fecero la carne [dell'uomo]. Ma videro che non andava bene, perché si disfaceva, era molle, non aveva movimento, non aveva forza, cadeva giù, era fradicio, non muoveva la testa, la faccia gli andava tutta da una parte, aveva la vista velata (16), non poteva vedere all'indietro. Al principio parlava, ma non aveva intelletto. Si inumidì rapidamente nell'acqua e non poté reggersi.
E dissero il Creatore ed il Formatore (17): - Ben si vede che non potrebbe camminare né moltiplicarsi. Consultiamoci su ciò, - dissero.
Allora buttarono all'aria e disfecero la loro opera e la loro creazione. E subito dissero: - Come faremo per perfezionare i nostri adoratori, i nostri invocatori, perché riescano bene?
Così dissero quando di nuovo si consultarono: - Diciamo a Ixpiyacoc, Ixmucané, Hunahpú-Vuch, Hunahpú-Utiú: « Tentate di nuovo! Provate a fare la creazione! » - Così dissero tra di loro il Creatore ed il Formatore quando parlarono a Ixpiyacoc ed Ixmucané.
Subito parlarono a quegli indovini, la nonna del giorno, la nonna dell'alba (18), che così venivano chiamati dal Creatore e dal Formatore ed i cui nomi erano Ixpiyacoc ed Ixmucané.
E Huracàn, Tepeu e Gucumatz quando parlarono al divinatore, al formatore, che sono gli indovini, dissero: - Bisogna riunirsi e trovare i mezzi per far sì che l'uomo che formeremo, l'uomo che stiamo per creare ci sostenga e ci nutra, ci invochi e si ricordi di noi.
- Entrate dunque in consultazione, nonna, nonno, nostra nonna, nostro nonno, Ixpiyacoc, Ixmucané, fate che spunti il giorno, che albeggi, che veniamo invocati, che veniamo adorati, che veniamo ricordati dall'uomo creato, dall'uomo formato, dall'uomo mortale (19), fate che così sia.
- Palesate la vostra natura, Hunahpú-Vuch, Hunahpú-Utiú, due volte madre, due volte padre (20), Nim-Ac (21), Nimá-Tziís (22), il Signore dello smeraldo, l'orefice, lo scultore, l'incisore, il Signore dei bei piatti, il Signore della verde zucca, il maestro della resina, il maestro Toltecat (23), la nonna del sole, la nonna dell'alba, che così verrete chiamati dalle nostre opere e dalle nostre creature.
- Interrogate la sorte con i vostri chicchi di mais e di
tzité (24). Così si faccia e si saprà e risulterà (25) se scolpiremo o intaglieremo la loro bocca ed i loro occhi in legno -. Così venne detto agli indovini.
Poi seguì la divinazione, si interrogò la sorte col mais e col
tzité. - Sorte! Creatura! (26) - dissero allora una vecchia ed un vecchio. E questo vecchio era quello che interrogava la sorte col tzité, ed era chiamato Ixpiyacoc (27). E la vecchia era l'indovina, la formatrice, che si chiamava Chiracan Ixmucané (28).
Ed incominciando la divinazione dissero così: - Unitevi, accoppiatevi! Parlate, affinché vi udiamo, dite, dichiarate se conviene che si riunisca il legno e che venga scolpito dal Creatore e dal Formatore, e se questo [l'uomo di legno] è quello che ci dovrà sostentare e nutrire quando spunterà il giorno, quando albeggerà.
- Tu, mais; tu,
tzité; tu, sorte; tu, creatura: unitevi, accoppiatevi! - dissero al mais, al tzité, alla sorte, alla creatura. Vieni a sacrificare qui, Cuore del Ciclo; non punire Tepeu e Gucumatz! (29).
Allora parlarono e dissero il vero: - Riusciranno bene i vostri fantocci fatti di legno; parleranno e converseranno sulla faccia della terra.
- Così sia! - risposero, quando parlarono.
Ed in un attimo vennero scolpiti nel legno i fantocci. Assomigliavano all'uomo, parlavano come l'uomo e popolarono la superficie della terra.
Esistettero e si moltiplicarono; ebbero figlie, ebbero figli, i fantocci di legno; ma non avevano anima, né intelletto, non si ricordavano del loro Creatore, del loro Formatore; si muovevano senza meta e camminavano carponi.
Non si ricordavano più del Cuore del Cielo e per questo caddero in disgrazia. Fu soltanto una prova, un tentativo di fare uomini. Al principio parlavano, ma la loro faccia era rigida; i loro piedi e le loro mani non avevano vigore; non avevano sangue, né sostanza (30), né umidità, né grassezza; le loro guance erano secche, secchi i loro piedi e le loro mani, e gialle le loro carni.
Perciò non pensavano più al Creatore né al Formatore, a coloro che davano loro la vita ed avevano cura di loro (31).
Questi furono i primi uomini che in gran numero esistettero sulla faccia della terra.


y despues fueron acabados, y destruídos, y
muertos, todos estos hombres de palo.-
fue embiado consultado por el corazon de
el cíelo, y se hizo vn gran díluuío q’víno so –
bre ellos; de palo de corcho era la carne de
los hombres, y de esa material fueron he–
chos, y labrados, por el criador y las muge –
res fueron hechas de corazon de espadaña
y esa fue la voluntad de el críador, hazerlos
de esa material, empero no hizieron memo –
ría, ni agradezieron al criador q’los crío
el averlos críado; y asífueron muertos y a
negados. vino gran resína, y pez de el
zielo. y un paxaro llamado: xecotcovach, ví –
no y les saco los ojos, y víno otro q’se llamaba
camalotz y les corto las cabezas, y víno oto a –
nimal llamado cotzbalam, y les comío sus car –
nes, y el q’se llama tucumbalam, q’les quebro
los huesos, y los nervíos, y los hízeron harína
y esto fue en castigo y escarmiento porq’no
hízíeron grazías delante de su Pe. y Me, y
Sor el corazon de el zíelo, q’se llama hara –
can, y por ellos se obscuresío la haz de
la tierra, y empezo vna llovízna denoche
ydedía. y víno todo genero de animals chi –
cos y grandes, y los palos, y las píedras, y les –
dieron en rostro, y afrentaron, y todos habla –
ron, las píedras, comales, platos –
fine Folio 4 verso
caxetes, ollas, perros, y tínajas. todos quan –
tos ubo les afrentaron, y les dixeron, muy mal
nos tratastes, nos mordiste, y así os mordere
mos agora, dixeron los perros, y las gallínas.
y las piedras de moler dixeron. fuímos muy
atormentadas por vosotros todos, todos los días
ala tarde ala mañana; siempre hazíendo
holí, holí, huquí, huquí. (esto es el sonído de
la piedra, y el chíflido q’hazen almoler,) y
este fue nuestro trabaxo en vuestras caras, y
fueraís bíenquístos, y pues no lo fuistes, ago –
ra probareís nuestras fuerzas, moleremos
vuestras carnes, y haremos harína vuestros
cuerpos. esto les díxeron las píedras de mo –
ler. y los perros díxeron qo hablaron: porq’no –
nos dabaís nuestra comida, sino q’solo estaba –
mos mírandoos, y nos corríaís, y nos arrojabaís,
y siempre estaba prevenido un palo para dar –
nos qo comíaís, y así nos tratabaís porq’ no ha –
blabamos, quízas no ubíeraís muerto agora
porq’ no mírasteís por vosotros? así nos perdí –
mos, agora probareís nuestros dientes, q’es –
tan en nuestra voca, os comeremos. díxeron
los perros. q’ lesdieron en rostro. y los coma –
les, y las ollas los hablaron en esta forma:
dolor, y pena nos dísteís. nuestras vocas, y
nuestros rostros tíznados, siempre estaba –
mos cociendo sobre el fuego, nos quemas –
teís, y no sentimos el dolor, probareís ago –
ra, y os quemaremos dixeron las ollas
todas dandoles en rostro.y las piedras
q’eran tenamastes con furia venga el
fuego, nuestras cabezas puestas pa
. la olla
nos hízísteís, y causasteís dolor. y anda–
ban corriendo, desatinados, y queriendo
subirse sobre las casas, y se les caía la ca –
sa, y venían abaxo. y querían subir so –
bre los palos, y los arroxaban los palos.

fine Folio 5 recto
y queriendo meterse en los hoyos, y se les
zerraban. y así fueron destruídos, y aníquí –
lados, y afrentados todos, y así fue dicho se –
ñal de esta gente son los monos q’agora
andan por los montes. y por eso quedaron
por señal porq’ solo fueron de palo hechos
por el críador. y el mono por eso separeze
al nombre porq’ es señal de otro genero
de hombres hechos de palo.

Y entonzes avía poca calrídad sobre
la haz de la tíerra, y aun no auía sol. y en
tonzes vno llamado vvcub caquix. (esto es
siete guacamayas) se ensoberbzía. auía
entonzes cielo y tierra, pero estaba turbía
la luz de el sol, y la luna. y este vvcub caquíx,
dezía: solo aquella poca gente q’ seanego fu –
eron como brujos. yo agora sere grande
sobre todas las críaturas, yo soy su sol, yo soy
su blancura, yo sere su luna. es grande
mí clarídad, y soy por quíen hande andar
los hombres, y pararse. porq’mís ojos son
de plata solo resplandeze con las piedras
preziosas, y son piedras verdes como el zíe –
lo. mís narízes resplandezen delexos co –
mo la luna. y es de plata mi trono, y qo salgo
se aclara la tierra; y así yo soy el sol, y soy luna
por la clarídad de los vasallos q’ tender, por –
q’ mí vista alcanza muy lexos: esto dixo
el dicho vvcub caquíx pero no era sol el
tal vvcub caquíx; sino q’le ensoberbecía
sus ríquezas, y su plata; y solo alcanzaba
su vista a aquel lugar donde estaba, y
fine Folio 5 verso
no alcanzaba su vista a todo el mundo. yaun
todavía no se auía vísto la cara al sol, a la
luna, ní alas estrellas, ní auía aclarado. y a
sí seponía el vvcub caquix por sol, y por luna
pero no se auía manífestado la claridad de
el sol, y la luna. silo deseo lagrandeza, y
sobrepujar, y esto fue qo se hízo el díluvío por
la destrucción de los hombres de palo; y ora
trataremos qo murío el vvcub caquix, qo fue
venzido, y qo fue hecho el hombre por el
criador.

Esta es, o fue la causa, de la destruccíon de
vvcubcaquix por los dos muchachos, hun
ahpu, así se llamaba el vno (vn tirador) y
el otro llamado. xbalanque (diminutivo de
tigre, y venado) estos tambíen eran díoses
y por eso les parezío mal, aquella soberbía
porq’ la hizo ante el corazon de el zielo. y
dixeron los dos muchachos, no sera bíen q’es –
to pase adelante porq’ no vívíran los hom –
bres aquí en la tierra; y así probaremos a
tirarle con la cerbatana, qo coma, le tírare
mos, y le meteremos una enfermedad, y
entonzes se a cabará sus ríquezas, sus pi –
edras preciosas, y sus chalchíguítes, q’es con
lo q’se engrandeze, y así lo haran todos los
hombres. no porq’ tenga ríquezas se ha de
hazer grande dixeron los dos muchachos.
y cada uno con su zervatana al hombro. y
aqueste vvcubcaquíx tenía dos hijos, el
prímero se llamaba zípacna, y el segun
do se llamaba cab racan. y su madre de
ellos se llamaba chímalmat q’era la
muger de vvcubcaquíx y aqueste su
híjo zípacna, su pasto, y comida eran
los grandes montes y esto ademas en vna
noche amanezío hecho elzerro llamado hun
ahpu pecul yaxcanul macamob huliznab
porq’ en vna noche zípacna hazía vn
fine Folio 6 recto
monte, y su hermano cabrracan (esto es
de dos pies) meneaba, y hazía temblar, los
montes, grandes y chicos, y así tambíen se
ensoberbecíeron estos dos híjos de vvcub –
caquix. y así vvcubcaquix dixo aueísde
saber q’yo soy el sol; y soy el hazedor de
la tierra dixo zípacna; y yo soy díxo cab –
racan el q’ muevo la tíerra, deríbare to –
da la toerra; y así mesmo los hijos de vvcub
caquíx así mesmo se ensoberbezieron, por
la soberbia de su Pe yesto les parecío
muy mal alos dos muchachos, hunahpu
y xbalanque. y auntodauía no se auí –
an hecho nuestros prímeros Pes y Madres
yasí se consultó por los dos muchachos sus –
muertes, de vvcubcaquíx, de zípacna
y cabrracan.


y aquí sesigue el dezir el vodocazo q’los
dos muchachos díeron a vvcub caquíx, y
como cada vno fue destruído por su sober
bía.
Este vvcubcaquíx tená vn palo, o arbol
de nanses porq’ esta era slo sucomída
y todos los días se subía al arbol de nanses
a comer la fruta esto auían vísto hun
ahpu, y xbalanque q’era su comída, y
se pusieron en espía los dos muchachos de
baxo de el arbol escondidos entre las ho –
jas de la íerua, y entonzes llego vvcub
caquíc, y estando ya subido en el arbol
entonzes hun ahpu le tíro vn vodocazo
q’fue derecho y le dío en la quíxada, y dan –
do gritos cayo en el suelo y luego q’ hun
ahpu vío caído a vvcubcaquíx fue a to –
da prísa fue agachado a cogerlo, y en
tonzes vvcub caquíx le cogío el brazo
ahunahpu, y selo arranco, y se
fine Folio 6 verso
learranco el brazo de la punta deel hombro
y entonzes hun ahpu solto a vvcubcaquíx
y así quedaron bien los dos muchachos, por
q’noquedaron venzidos por vvcub caquíx
y fuese a su casa llevando el brazo de hun
ahpu, eíba teníendose las quixadas. q’te
a sucedido a vsted? dixo chimalmat asu
marído vvcubcaquíx. q’hadeser q’dos
demonios me tiraron conzerbatana, y me
desquízíaron las quíxadas, todos los díen
tes se me menean, y meduelen mucho;
pero aquí traigo vnbrazo de vno de
ellos colgaldo al humo sobre el fuego
pa.q’ vengan por el los dos demoníos. dixo
el vvcubcaquix. y entonzes colgo el brazo
dehun ahpu. y entonzes hun ahpu, y xba –
lanque consultaron q’deuían hazer, y
auíendolo consultado lo fueron a dezir a
vn Viejo q’ya estaba con la cabeza blanca
y auna víeja, q’deuerdad ya era muy
vieja, y tanta era la vegez de ambos q’
ya andaban corcobados. el Viejo se lla –
maba: zaquínímac, y la víeja sellamaba
zaquíníma zíz. vn grande pízote blanco.
y les dixeron los dos muchachos al Viejo
y ala víeja acompañadnos pa. ír a traer
nuestro brazo acasa de de vvcub caquíx
nosotros yremos de tras de de vosotros como
q’somos vuestros níetos q’sehan muerto nu –
estro Pe. y Me. y así en preguntándoos de
zíd q’ andamos tras de vosotros; y q’pasaís
de sacar el gusano q’secome las muelas, y
los díentes, y así como a muchachos nos vera
vvcub caquíx, y nosotros te aconsejaremos
esto dixeron los dos muchachos. estabíen
fine Folio 7 recto
dixeron los viejos y entonzes se fueron ala
esquina dela casa de vvcubcaquix, el
qual estaba recostado en su trono, y enton –
zes pasaron los dos víejos, y los dos mucha –
chos jugando detras de ellos, y pasaron
por de baxo la casa de vvcubcaquix. y
estaba gritando de el dolor de la muela
y víendolos vvcubcaquíx alos dos víejos
y alos muchachos les pregunto, de adon
de venís abuelos? nosotros Sor. andamos
buscando nuestro remedío dixeron como
buscaís vuestro remedio? son hijos vues–
tros esos q’os acompañan? no Sor. son nu –
estrosníetos; sino q’ les tenemos lastíma
Sor de lo q’hallamos lesdamos vn pedazo
de tortilla. dixeron los víejos. y en esto
esta el Sor. muy malo de la muela, y q’a
pura fuerza hablaba. yos os suplíco q’
me tengaís lastíma q’es lo q’hazeís? q’es
lo q’curaís? dixo el Sor. Sor lo q’ curamos
nosotros díxeron los víejos, es sa –
car elgusano de los díentes, y muelas
y curamos los ojos, y tambíen curamos
quebraduras de huesos. estabíen, y sí –
así es verdad curadme mis dientes, q’es –
toy sín sosíego y no duermo, y tambíen
me duelen los ojos, porq’ esto tuvo prín –
cipío de q’ dos demoníos me dieron vn
bodocazo, y así no puedocomer; yasí
tenedme míserícordía. porq’ se me me –
nean todos los díentes todos. esta bíen
Sor. gusano es el q’ lehaze daño sacare mos
esos dientes, y le pondremos otros en su lu –
gar. o quízas no sera bueno eso porq’ de esa
suerte soy Sor. y con eso solo como con los dí –
entes. y con mís ojos. y dixeron ellos pondre –
mos otros en lugar de esos, pondremos gu –
eso molído, pero este gueso molído era solo
maíz blanco. estabíen díxo elSor. sacadlos
ayudadlos. y entonzes lesacaron los díen –
fine Folio 7 verso
tes a vvcub caquíx, y solo maís blanco fue lo q’ le
pusieron en lugar dedientes; y estaban relum –
brando los maíses en su voca, y luego se le cayo la
cara, y nunca mas parecío Sor y acabaron de sacar
le todos sus dientes, y le quedo la voca moreteada
y qo lecuraron los ojos a vvcubcaquíx ledeso –
llaron las níñas delos ojos, y le quítaron toda
laplata, y no lo síntío, y sacada quedomírando
pero ya no era grande ní se ensoberbezía.
y esto fue hecho por consejo de hunahpu, y de
xbalanque, y se murío vvcubcaquíx, y enton
ces tomo subrazo hunahpu. ytambíen mu –
río chimalmat, la mugger de vvcubcaquíx
y así seperdío su riqueza de vvcubcaquíx.
y el medico tomo todas las píedras prezío –
sas q’ le ensoberbezíeronY aquí en la tierra.
y el Viejo y la vieja q’lo hízíeron eran díoses
y qo tomaron su brazo lo pusieron en su lu –
gar y se revnío, y q’do bueno. y solo por la
muerte de vvcubcaquíx quisieron hazerlo
así, porq’ les parecío mal su soberbía; y des –
pues se fueron otravez los dos muchachos. y
esto fue hecho así por mandado deel cora –
zon de el zíelo.


E dopo furono finiti, e distrutti, e morti, tutti questi uomini di legno. Fu consultato dal cuore del cielo, e si fece un gran diluvio che venne sopra ciò; di legno di sughero era la carne degli uomini, e di quella materia furono fatti, e lavorati, dal creatore e le donne furono fatte di cuore di giunco e quella fu la volontà del creatore, farle di quella materia, ciononostante non ebbero memoria né ringraziarono il creatore che le creò per averle create; e così furono morti ed annegati. Venne gran resina, e pece dal cielo. Ed un uccello chiamato: Xecotcovach, venne e gli tirò fuori gli occhi, e venne un altro che si chiamava Camalotz e gli tagliò le teste, e venne un altro animale chiamato Cotzbalam, e mangiò loro le sue carni, e quello che si chiama Tucumbalam, che ruppe loro le ossa, ed i nervi, e li fecero farina e questo fu in punizione e monito perché non fecero grazie davanti a loro Padre e Madre, e Signore il cuore del cielo che si chiama Huracan, e per essi si oscurò la faccia della terra, ed incominciò una pioggerella di notte e di giorno. E venne ogni genere di animali piccoli e grandi, ed i bastoni, e le pietre, e le diedero in viso, ed oltraggiarono, e tutti parlarono, le pietre, piatti per cucinare, piatti, contenitori, pentole, cani, e giare. Tutti quanti li oltraggiarono, e gli dissero, molto male ci trattaste, ci mordeste, e così vi morderemo ora, dissero i cani, e le galline. E le pietre da macinare dissero. Fummo molto martoriate da voi tutti, tutti i giorni al pomeriggio alla mattina; sempre facendo holí, holí, huquí, huquí. (questo è il suono della pietra, ed il fischio che fa macinando,) e questo fu il nostro lavoro nei vostri visi, e foste bene amati, e poiché non lo foste, ora proverete le nostre forze, macineremo le vostre carni, e faremo farina i vostri corpi. Questo dissero loro le pietre da macinare. Ed i cani dissero quando parlarono: perché non ci davate il nostro cibo, ma solo stavamo guardandovi, e ci rincorrevate, e ci mandavate via, e sempre era pronto un bastone per darci quando mangiassimo, e così ci trattavate perché non parlavamo, magari non sareste morti ora perché non vi guardaste da voi? Così ci perdemmo, ora proverete i nostri denti, che stanno nella nostra bocca, vi mangeremo. Dissero i cani. Che dissero loro in viso. E i piatti per cucinare, e le pentole parlarono loro in questa forma: dolore, e pena ci deste. Le nostre bocche, ed i nostri visi sporchi, sempre stavamo cuocendo sul fuoco, noi che bruciavamo, e non sentiamo il dolore, proverete ora, e vi bruceremo dissero le pentole tutte colpendoli in viso. E le pietre che formavano il focolare con furia venga il fuoco, le nostre teste sistemate per . la pentola, ci faceste, e ci causaste dolore. E stavano correndo, senza criterio, e volendo salire sulle case, e se gli cadeva la casa, e venivano giù. E volevano salire sugli alberi, e li lanciavano gli alberi. E volendo mettersi nelle caverne, e gli si chiudevano. E così furono distrutti, ed annichiliti, ed oltraggiati tutti, e così fu detto simbolo di questa gente sono le scimmie che ora camminano per i monti. E perciò restarono per simbolo perché solo furono di legno fatti dal creatore. E perciò la scimmia somiglia all'uomo perché è simbolo di un altro genere di uomini fatti di legno.


E allora c'era poca chiarezza sulla faccia della terra, e ancora non c'era sole. E allora uno chiamato Vucub-caquix. (questo è sette pappagallo guacamayo). Si insuperbì. C’era allora, cielo e terra, ma era torbida la luce del sole, e della luna. E questo Vucub-caquix, diceva: solo quella poca gente che si allagò, furono come stregoni. Io ora sarò grande su tutte le creature, io sono il suo sole, io sono la sua bianchezza, io sarò la sua luna. È grande la mia chiarezza, e sono per quelli che devono camminare gli uomini, e fermarsi. Porché i miei occhi sono di argento solo risplendono con le pietre preziose, e sono pietre verdi come il cielo. Le mie narici risplendono da lontano come la luna. E è di argento il mio trono, e quando esco si rischiara la terra; e così io sono sole, e sono luna per la chiarezza dei vassalli che avrò, perché la mia vista raggiunge molto lontano: questo disse il detto Vucub-caquix ma non era sole il tale Vucub-caquix; ma lo insuperbivano le sue ricchezze, e il suo argento; e solo raggiungeva la sua vista quel posto dove stava, e non raggiungeva la sua vista tutto il mondo. E ancora non si era visto il volto del sole, della luna, né delle stelle, né aveva schiarito. E già si chimava Vucub-caquix per sole, e per luna ma non si era manifestata la chiarezza del sole, e della luna. Solo desidera la grandezza, e sovrastare, e questo fu quando si fece il diluvio per la distruzione dagli uomini di legno; ed ora tratteremo quando morì il Vucub-caquix, quando fu vinto, e quando fu fatto l'uomo dal creatore.


Questa è, o fu la causa della distruzione di Vucub-caquix dai due ragazzi, Hun-ahpu, così si chiamava l'uno (un tiratore) e l'altro chiamato Xbalanque (diminutivo di tigre, e cervo) anche questi erano dei e perciò sembrò loro male, quella superbia perché la fece davanti a il cuore del cielo. E dissero i due ragazzi, non sarà bene che questo vada avanti perché non vivranno qui gli uomini nella terra; e così proveremo a tirargli con cerbottana, quando mangi, gli tireremo, e gli metteremo una malattia, ed allora finiranno le sue ricchezze, le sue pietre preziose, ed i suoi smeraldi, perchè è con quelli che si elogia, e così lo faranno tutti gli uomini. Non perché abbia ricchezze si deve fare grande dissero i due ragazzi. Ed ognuno con la sua cerbottana in spalla. E questo Vucub-caquix aveva due figli, il primo si chiamava Zípacna, ed il secondo si chiamava Cabrracan. E la loro madre si chiamava Chímalmat che era la moglie di Vucub-caquix ed a questo suo figlio Zípacna, il suo pasto, e cibo erano i grandi monti, e questo inoltre in una notte albeggiò fece il dosso chiamato Hun Ahpu Pecul Yaxcanul Macamob Huliznab perché in una notte Zípacna fece un monte, e suo fratello Cabrracan (questo è di due piedi) muoveva, e faceva tremare, i monti, grandi e piccoli, e così anche si insuperbirono questi due figli di Vucub-caquix, E così Vucub-caquix disse dovete sapere che io sono il sole; e sono l'artefice della terra disse Zípacna; ed io sono disse Cabrracan quello che muove la terra, devia tutta la terra; e egualmente i figli di Vucub-caquix egualmente si insuperbirono, per la superbia di suo padre e questo sembrò molto cattivo ai due ragazzi, Hun-ahpu e Xbalanque. E sebbene ancora non si erano fatti i nostri primi Padri e Madri e così si consultarono i due ragazzi le loro morti di Vucub-caquix, di Zípacna e Cabrracan.


E qui si segue il dire del tiro di cerbottana che i due ragazzi diedero a Vucub-caquix, e come ciascuno fu distrutto per la sua superbia.
Questo Vucub-caquix tenia un legno, o albero di nance
[nance = byrsonima crassifolia] perché questo solo era il suo cibo e tutti i giorni saliva sull'albero di nance a mangiare la frutta questo avevano visto Hun-ahpu, e Xbalanque che era il suo cibo, e si misero in spia i due ragazzi sotto all'albero nascosti tra le foglie dell'erba, ed allora arrivò Vucub-caquix, ed essendo già salito nell'albero allora Hun-ahpu gli tirò con la cerbottana che fu diretto e gli dette nella mascella, e dando grida cadde nel suolo e dopo che Hun-ahpu vide caduto Vucub-caquix fu a tutta fretta fu chinato a raccoglierlo, ed allora Vucub-caquix gli prese il braccio a Hun-ahpu, e glielo strappò il braccio dalla punta della spalla ed allora Hun-ahpu lasciò libero a Vucub-caquix, e così stettero bene i due ragazzi, perché non rimasero vinti da Vucub-caquix e tornò alla sua casa portando il braccio di Hun-ahpu, é continuava a tenersi le mascelle. Che cosa è successo a Voi ? disse Chimalmat a suo marito Vucub-caquix. Che deve essere che due demoni mi tirarono con cerbottana, e mi scardinarono le mascelle, tutti i denti mi si sono mossi, e mi fanno male molto; ma qui porto un braccio di uno di essi appeso al fumo sul fuoco affinché vengono per lui i due demoni. Disse il Vucub-caquix. Ed allora appese il braccio di Hun-ahpu, ed allora Hun-ahpu. E allora Hun-ahpu, e Xbalanque si consultarono che cosa dovevano fare, e avendo consultato lo furono a dire a un Vecchio che già stava con la testa bianca ed a una vecchia, che in realtà già era molto vecchia, e tanta era la vecchiaia di ambedue che già andavano gobbi. Il vecchio si chiamava: Zaquínímac, e la vecchia si chiamava Zaquíníma-zíz. Un grande pizote bianco.
E dissero i due ragazzi al vecchio e alla vecchia accompagnateci per andare a portare
[prendere] il nostro braccio a casa di Vucub-caquix noi andremo dietro voi come che siamo i vostri nipoti che sono morti nostro padre e madre e così in domandandovi dite che camminiamo dietro a voi; e che passate a tirare fuori il verme che si mangia i molari, ed i denti, e così come ragazzi ci vedrà Vucub-caquix, e noi vi consiglieremo questo dissero i due ragazzi. Sta bene, dissero i vecchi ed allora furono all'angolo della casa di Vucub-caquix, il quale era sdraiato nel suo trono, ed allora passarono i due vecchi, ed i due ragazzi giocando dietro di loro, e passarono sotto per la casa di Vucub-caquix. E stava gridando del dolore del dente, e vedendoli Vucub-caquix i due vecchi ed i ragazzi domandò loro, di dove venite, nonni? Noi Signori continuiamo cercando il nostro rimedio dissero come cercate il vostro rimedio? sono i vostri figli quelli che vi accompagnano? No Signore sono i nostri nipoti; ma di loro abbiamo compassione Signore di quello che troviamo diamo loro un pezzo di tortilla. Dissero i vecchi. Ed in questo sta il Signore molto male del dente, e che a pura forza parlava. E io vi supplico che mi abbiate compassione che cosa è quello che fate) che cosa è quello che curate? disse il Signore. Signore quello che curiamo noi dissero i vecchi è tirare fuori il verme dai denti e molari e curiamo gli occhi, e anche curiamo fratture di ossa. Ebbene, e se così è verità curatemi i miei denti, che sono senza quiete e non dormo, ed anche mi fanno male gli occhi, perché questo ebbe principio da quando due demoni mi diedero un colpo di cerbottana, e così non posso mangiare; e così abbiatemi misericordia. Perché mi mossero tutti i denti tutti. Sta bene Signore verme è quello che gli fa male tireremo fuori quei denti, e gli metteremo altri nel suo posto. O forse non sarà bene quello perché di quel destino sono Signore e con quello solo come coi denti. E coi miei occhi. Ed essi dissero metteremo altri invece di quelli, metteremo osso macinato, ma questo osso macinato era solo mais bianco. Sta bene disse il Signore tirate fuori aiutateli. Ed allora gli tirarono fuori i denti a Vucub-caquix, e solo mais bianco fu quello che gli misero al posto dei denti; e stavano risplendendo i pezzi di mais nella sua bocca, e dopo gli fu caduto il viso, e mai più sembrò Signore e appena termonarono di tirar fuori tutti i suoi denti, e gli rimase la bocca rovinata e quando curarono gli occhi a Vucub-caquix, gli estrassero le pupille degli occhi, e gli tolsero tutto l'argento, e non lo sentì, e portato via rimase guardando ma non era oramai grande né si insuperbiva. E questo fu fatto per consiglio di Hun-ahpu e di Xbalanque, e morì Vucub-caquix, ed allora prese il suo braccio Hun-ahpu. E morì anche Chimalmat, la moglie di Vucub-caquix, e così si perse la sua ricchezza di Vucub-caquix. Ed il medico prese tutte le pietre preziose di cui egli si insuperbì qui nella terra. Ed il vecchio e la vecchia che lo fecero, erano dei e quando presero il suo braccio lo misero nel suo posto e si riunì, e rimase buono. E solo per la morte di Vucub-caquix vollero farlo così, perché a loro sembrò male la sua superbia; e dopo andarono via un'altra volta i due ragazzi. E questo fu fatto così, per mandato del cuore del cielo.

Y despues fueron acabados y destruidos y muertos, todos estos hombres de palo. Fué consultado por el corazon del cielo, y se hizo un gran diluvio que vino sobre ellos; de palo de corcho era la carne de los hombres y de esa materia fueron hechos y labrados por el criador; y las mugeres fueron hechas de corazon de espadaña , y esa fué la voluntad del criador, hacerlas de esa materia. Empero, no hicieron memoria ni agradecieron al criador que les crió, el haberlos criado, y así fueron muertos y anegados; vino gran resina y pez del cielo, y un pájaro llamado: Xecotcovuch, vino y les sacó los ojos; y vino otro que se llamaba Camulotz, y les cortó las cabezas; y vino otro animal llamado Cotzbalam, y les comió sus carnes, y el que se llama Tucumbalam, que les quebró los huesos y los nervios y los hicieron harina; y esto fué en castigo y escarmiento porque no hicieron gracias delante de su madre y padre y Señor: el corazon del cielo que se llama Huracan. Y por ellos se obscureció la faz de la tierra y empezó una llovizna de noche y de dia, y vino todo género de animales chicos y grandes, y los palos y las piedras, y les dieron en rostro, y afrentaron, y todos hablaron, las piedras de moler, comales, platos, cajetes, ollas, perros y tinajas, todos cuantos huvo les afrentaron, y les dijeron: muy mal nos tratastes, nos mordistes, y así os morderemos ahora, dijeron los perros, y las gallinas y las piedras de moler dijeron: fuimos muy atormentados por vosotros todos, todos los dias á la tarde, á la mañana; siempre haciendo ,,holi, holi, huqui, huqui” (esto es el sonido de la piedra y el chiflido que hace al moler), y este fué nuestro trabajo en vuestras caras y fuerais bien quistos y pues no lo fuisteis ahora probareis nuestras fuerzas, moleremos vuestras carnes, y haremos harina vuestros cuerpos. Esto les dijeron las piedras de moler, y los perros dijeron que hablaron, porque no nos dabais nuestra comida, sino que solo estabamos mirandoos, y nos corriais y nos arrojabais, y siempre estaba prevenido un palo para darnos que comiais, y así nos tratabais porque no hablabamos. ¿Quizás no hubierais muerto ahora; porque no mirasteis por vosotros? asi nos perdimos, ahora probaréis nuestros dientes que estan en nuestra boca, os comeremos, dijeron los perros que les dijeron en rostro, y los comales y las ollas les hablaron en esta forma: dolor y pena nos disteis, nuestras bocas y nuestros rostros tisnados, siempre estabamos cociendo sobre el fuego, nos quemasteis y sentimos el dolor; probaréis ahora, y os quemaremos, dijeron las ollas, todas dándoles en rostro, y las piedras que eran tenamastes con furia; venga el fuego, nuestras cabezas puestas para la olla, nos hicisteis, y nos causasteis dolor, y andaban corriendo desatinados, y queriendo subirse sobre las casas, y se les caia la casa, y venian abajo, y querian subir sobre los palos, y los arrojaban los palos, y queriendo meterse en los hoyos, y se les cerraban, y así fueron destruidos y aniquilados y afrentados todos. Y así fué dicho: señal de esta gente son los monos que ahora andan por los montes, y por eso quedaron por señal, porque solo fueron de palo, hechos por el criador, y el mono por eso se parece al hombre porque es señal de otro género de hombres hechos de palo.
Y entonces habia poca claridad sobre la faz de la tierra, y aun no habia sol, y entonces uno llamado Vucub-caquix, (esto es, siete huacamayas) se ensoberbecía. Habia entonces, cielo y tierra, pero estaba turbia la luz del sol y luna, y este Vucub-caquix decía: solo aquella poca gente que se anegó, fueron como brujos, yo ahora seré grande sobre todas las criaturas, yo soy su sol, yo soy su blancura, yo seré su luna, es grande mi claridad, y soy por quien han de andar los hombres y pararse, porque mis ojos son de plata, solo resplandecen como las piedras preciosas, y son piedras
verdes como el cielo (1). mis narices, resplendecen de léjos como la luna, y es de plata mi trono, y cuando salgo se aclara la tierra; y así yo soy sol y soy luna por la claridad de los vasallos que tendré, porque mi vista alcanza muy léjos: esto dijo el dicho Vucub-caquix. Pero no era sol el tal Vucub-caquix, sino que le ensoberbecían sus riquezas y su plata; y solo alcanzaba su vista á aquel lugar donde estaba, y no alcanzaba su vista á todo el mundo, y todavia no se ha- bia visto la cara al sol, á la luna ni á las estrellas, ni habia aclarado; ya se ponía el Vucub-caquix por sol y por luna, pero no se habia manifestado la claridad del sol y de la luna, solo deseó la grandeza y sobrepujar; y esto fué cuando se hizo el diluvio por la destruccion de los hombres de palo; y ahora trataremos cuando murió el Vucub-caquix, cuando fué vencido y cuando fué hecho el hombre por el criador.
Esta es, ó fué la causa de la destruccion de Vucub- caquix por los dos muchachos: Hun-ahpu, así se llamaba el uno (un tirador) y el otro llamado Xbalanque (diminutivo de tigre y venado); estos tambien eran dioses y por eso les pareció mal aquella soberbia, porque la hizo ante el corazon del cielo, y dijeron los dos muchachos: no será bien que esto pase adelante, porque no vivirán los hombres aquí en la tierra, y así probaremos á tirarle con cerbatana, cuando coma; le tiraremos y le meteremos una enfermedad, y entonces se acabarán sus riquezas, sus piedras preciosas, y sus chalchigüites, que es con lo que se engrandece, y así lo harán todos los hombres: no, porque tenga riquezas se ha de hacer grande, dijeron los dos muchachos, y cada uno con su cerbatana al hombro. Y aqueste Vucub-caquix tenía dos hijos, el primero se llamaba Sipacua, y el segundo se llamaba Cabracan, y su madre de ellos, se llamaba Chimalmat, que era la muger de Vucub-caquix y aqueste su hijo Sipacua; su pasto y comida eran los grandes montes, y esto ademas en una noche amaneció hecho el cerro llamado Hun-ahpu-pecul, Yaxcanul-mucamob, Hulisnab, porque en una noche Sipacua hacia un monte, y su hermano Cabracan (esto es de dos pies), meneaba y hacia temblar los montes grandes y chicos, y así tambien se ensoberbecieron estos dos hijos de Vucub-caquix, y así Vucub-caquix dijo: habeis de saber que yo soy el sol; y yo soy el hacedor de la tierra, dijo Sipacua; y yo soy, dijo Cabracan, el que muevo la tierra, derribaré toda la tierra. Y así mismo los hijos de Vucub-caquix así mismo se ensoberbecieron por la soberbia de su padre, y esto les pareció muy mal á los dos muchachos Hun-ahpu y Xbalanque, y aun todavia no se habian hecho nuestros primeros padres y madres, y así se consultó por los dos muchachos sus muertes de Vucub-caquix, de Sipacua y Cabracan.
Y aquí se sigue el decir del bodocazo que los dos muchachos dieron á Vucub caquix, y como cada uno fué destruido por su soberbia.
Este Vucub-caquix tenia un palo ó árbol de nances porque esta era solo su comida, y todos los dias se subía al árbol de nances á comer la fruta; esto habian visto Him-ahpu y Xbalanque que era su comida, y se pusieron en espía los dos muchachos debajo del árbol escondidos entre las hojas de la yerba, y entonces llegó Vucub-caquix, y estando ya subido en el árbol, entonces Hun-ahpu le tiró un bodocazo que f'ué derecho, y le dio en la quijada, y dando gritos cayó en el suelo: y luego que Hun-ahpu vió caido á Vucub-caquix fué á toda prisa, fué agachado á cojerlo, y entonces Vucub-caquix le cojió el brazo á Hun-ahpu, y se lo arrancó el brazo de la punta del hombro, y entonces Hun-ahpu soltó á Vucub caquix, y así quedaron bien los dos muchachos, porque no quedaron vencidos por Vucub-caquix y fuése á su casa llevando el brazo de Hun-ahpu, é iba teniéndose las quijadas. ¿Qué le ha sucedido á Vsted? dijo Chimalmat á su marido Vucub-caquix. ¿Q,ué ha de ser? que dos demonios me tiraron con cerbatana, y me desquiciaron las quijadas, todos los dientes se me menean, y me duelen mucho; pero aquí traigo un brazo de uno de ellos, colgadlo al humo sobre el fuego, para que vengan por él los dos demonios, dijo el Vucub-caquix. Y entonces colgó el brazo de Hun-ahpu, y entonces Hun-ahpu y Xbalanque consultaron qué debian hacer, y habiéndolo consultado, lo fueron á decir á un viejo que ya estaba con la cabeza blanca y á una vieja que de verdad era muy vieja, y tanta era la vejez de ambos, que ya andaban corcobados: el viejo se llamaba Saquinimac, y la vieja se llamaba Saquinima-tzitz (un grande pizote blanco). Y les dijeron los dos muchachos al viejo yála vieja: acompañadnos para ir á traer nuestro brazo á casa de Vucub-caquix; nosotros iremos detras de vosotros, como que somos vuestros nietos, que se han muerto padre y madre, y así en preguntándoos, decid que andamos tras de vosotros, y que pasais sacar el guzano que se come las muelas y los dientes, y así como á muchachos nos verá Vucub-caquix, y nosotros te aconsejaremos; esto dijeron los dos muchachos. Está bien, dijeron los viejos; y entonces fueron á la esquina de la casa de Vucub-caquix, el cual estaba recostado en su trono, y entonces pasaron los dos viejos, y los dos muchachos jugando detras de ellos, y pasaron por debajo la casa de Vucub-caquix, y estaba gritando del dolor de la muela, y viéndolos Vucub-caquix á los dos viejos y á los muchachos les preguntó: ¿de adonde venis, abuelos? Nosotros, Señor, andamos buscando nuestro remedio, dijeron. ¿Cómo buscais vuestro remedio, son hijos vuestros esos que os acompañan ? No, Señor, son nuestros nietos; sino que les tenemos lástima, Señor, de lo que hallamos les damos un pedazo de tortilla, dijeron los viejos. Y en esto está el Señor muy malo de la muela, y que á pura fuerza hablaba: y os suplico que me tengais lástima. ¿Qué es lo que haceis, qué es lo que curais? dijo el Señor. Señor, lo que curamos nosotros, dijeron los viejos, es sacar el guzano de los dientes y muelas, y curamos los ojos, y tambien curamos quebraduras de huesos. Está bien, y si así es verdad, curadme mis dientes, que estoy sin sosiego y no duermo, y tambien me duelen los ojos, porque esto tuvo principio de que dos demonios me dieron un bodocazo, y así no puedo comer; y así tenedme misericordia, porque se me menean todos los dientes todos. Está bien, Señor, guzano es el que le hace daño, sacaremos esos dientes y le pondremos otros en su lugar. ¿O quizas no será tmeno eso? porque de esa suerte soy Señor, y con eso solo como con los dientes y con mis ojos. Y dijeron ellos: pondremos otros en lugar de esos, pondremos hueso molido. Pero este hueso molido era solo maiz blanco. Está bien, dijo el Señor, sacadlos, ayudadlos. Y entonces le sacaron los dientes á Vucub- caquix, y solo maiz blanco fué lo que le pusieron en lugar de dientes, y estaban relumbrando los maizes en su boca, y luego se le cayó la cara, y nunca mas pareció Señor, y acabaron de sacarle todos sus dientes y le quedó la boca moreteada. Y cuando le curaron los ojos á Vucub-caquix, le desollaron las niñas de los ojos, y le quitaron toda la plata, y no lo sintió; y sacada quedó mirando, pero ya no era grande ni se ensoberbecía, y esto fué hecho por consejo de Hun-ahpu y de Xbalanque, y se murió Vucub- caquix, y entonces tomó su brazo Hun-ahpu, y tambien murió Chimalmat, la muger de Vucub-caquix, y así se perdió su riqueza de Vucub-caquix. Y el médico tomó todas las piedras preciosas que le ensoberbecieron aquí en la tierra, y el viejo y la vieja, que lo hicieron, eran dioses, y cuando tomaron su brazo, lo pusieron en su lugar, y se reunió y quedó bueno, y solo por la muerte de Vucub-caquix quisieron hacerlo asi, porque les pareció mal su soberbia; y despues se fueron otra vez los dos muchachos, y esto fué hecho así, por mandado del corazon del cielo.


CHAPITRE TROISIÈME.


Ensuite (arriva) la fin (de ces hommes), leur ruine et leur destruction, de ces mannequins, travaillés de bois, qui furent également mis à mort.
Alors les eaux furent gonflées par la volonté du Cœur du ciel ; et il se fit une grande inondation qui vint au-dessus de la tête de ces mannequins et de ces (êtres) travaillés de bois.
Le
tzité (composa) la chair de l'homme : mais lorsque la femme fut charpentée par le Formateur et le Créateur, le zibak (34) (fut ce qui entra dans) la chair de la femme : c'est là ce qui dut entrer (dans sa construction) par ordre du Formateur et du Créateur.
Mais ils ne pensaient ni ne parlaient devant leur Formateur et leur Créateur, celui qui les avait faits, qui les avait fait naître.
Et ainsi fut leur destruction; ils furent inondés, et une résine épaisse descendit du ciel. (L'oiseau) nommé
Xecotcovach leur vint arracher les yeux de l'orbite, le Carnalotz vint leur trancher la tôte; le Cotzbalam dévora leurs chairs; le Tecumbalam brisa et broya leurs os et leurs cartilages; et leurs corps furent réduits en poudre et dispersés (35), pour le châtiment de leurs personnes (36);
Parce qu'ils n'avaient pas pensé devant leur mère et leur père, celui qui (est) le Cœur du ciel, dont le nom est Hurakan ; à cause d'eux la face de la terre s'obscurcit, et une pluie ténébreuse commenca, pluie de jour, pluie de nuit.
Arrivèrent (alors tous) les animaux grands et petits (et .les hommes se virent) maltraités en face par le bois et la pierre : tout ce qui leur avait servi parla, leurs tourtières, leurs plats, leurs marmites, leurs chiens, leurs poules, tous autant qu'il y en avait, les maltraita en face (37).
Vous avez mal agi avec nous ; vous nous mordiez ; à votre tour vous serez tourmentés, leur dirent leurs chiens et leurs poules.
Et voilà que les
metates (dirent à leur tour (38) : Nous étions tourmentés par vous; quotidiennement, quotidiennement, de nuit comme de jour, toujours, holi, holi, huqui,huqui(39), (disaient) nos surfaces à cause de vous : voilà ce que nous avons supporté pour vous ; maintenant que vous avez cessé d'être des hommes, vous allez sentir nos forces ; nous moudrons et nous réduirons vos chairs en poudre, leur dirent leurs metates.
Et voici ce que leurs chiens, parlant à leur tour, leur dirent : Pourquoi ne nous donniez-vous pas à manger (40)? A peine étions-nous regardés, et vous nous chassiez dehors et vous nous poursuiviez ; l'objet qui vous servait à nous frapper était (toujours) prêt, tandis que vous preniez vos repas.
C'est ainsi que vous nous traitiez ; nous étions incapables de parler. Sans cela nous ne vous aurions pas (donné) la mort maintenant. Comment donc ne raisonniez-vous pas, comment ne pensiez-vous donc pas à vous-mêmes ? C'est nous qui vous détruisons, et maintenant vous éprouverez les dents qu'il y a dans notre gueule ; nous vous dévorerons, leur dirent les chiens, tout en leur déchirant la face.
Et voilà que leurs tourtières et leurs marmites leur parlèrent à leur tour : Mal et dommage vous nous causiez, en enfumant notre bouche et notre surface ; toujours nous exposant au feu, vous nous brûliez, quoique nous ne sentissions rien (41) ;
Vous le sentirez à votre tour et nous vous brûlerons, dirent les marmites, en les insultant tous en face. Ainsi (firent) les pierres qui (servent à former) le foyer, (demandant) que le feu s'allumât avec violence sous leurs têtes étendues dessus, pour le mal qu'ils leur avaient fait.
(Alors on vit les hommes) courir en se poussant, remplis de désespoir : ils voulaient monter sur les maisons, et les maisons, s'écroulant, les faisaient tomber (à terre); ils voulaient monter sur les arbres, et les arbres les secouaient loin d'eux; ils voulaient entrer dans les cavernes, et les cavernes se fermaient devant eux.
Ainsi (s'accomplit) la ruine de ces créatures humaines, gens qui étaient destinés à être détruits et bouleversés; (ainsi) leurs personnes à tous furent livrées à la deslruc- lion et au mépris (42).
Or on dit que leur postérité (se voit dans) ces petits singes(43)qui vivent aujourd'hui dans les bois; cvesj.le signe (44) qui resta (d'eux), parce que de bois seulement leur chair se composa par les soins du Formateur et du Créateur.
C'est pourquoi ce petit singe ressemble à l'hommè, signe qu'il est d’une autre génération d'êtres humains (qui n'étaient) que des mannequins, que (des hommes) travaillés de bois.

CHAPITRE QUATRIÈME.


Or (il n'y avait alors) que peu de clarté sur la face de la terre ; le jour n'était pas encore (45). Mais (il y avait) un homme qui s’enorgueillissait, et son nom (étàit) Vukub-Cakix (46).
Le ciel et la terre existaient ; seulement la face du soleil et de la lune était voilée.
Or (Vukub-Cakix) disait : Véritablement ce qui reste de ces gens qui se sont noyés est extraordinaire, et leur existence est comme celle d'êtres surnaturels (47).
Je serai donc grand encore une fois au-dossus des étres créés. Je suis leur soleil; jo suis leur aurore et je suis leur lune; ainsi soit-il.
Grande est ma splendeur ; je suis celui par qui vont et marchent les hommes:
Car d'argent est le globe de mes yeux, qui sont resplendissants de pierres précieuses, et mes dents brillent dans leur émail comme la face du ciel (48).
Voilà que mes narines reluisent de loin comme la lune, et d'argent est mon trône; la face de la terre se vivifie lorsque je m'avance devant mon trône.
Ainsi donc je suis le soleil, je suis la lune, à cause de la civilisation, de la félicité de mes vassaux (49). Ainsi soit-il, car ma vue s'étend au loin.
(Ainsi) parlait Vukub-Cakix. Mais véritablement ce n'était pas lui Vukub-Cakix qui était le soleil ; seulement il s'enorgueillissait de ses pierreries, de ses richesses (50).
Mais en réalité sa vue terminait où elle tombait et ses yeux ne s'étendaient pas sur le monde entier (51).
Or, on ne voyait pas encore la face du soleil, de la lune ni des étoiles ; il ne faisait pas encore jour.
Ainsi donc Vukub-Cakix se faisait superbe (à l'égal) du soleil et de la lune, la lumière du soleil et de la lune n'ayant pas encore commencé à briller et à se manifester : seulement il désirait s'agrandir et (tout) surpasser.
Or, ce fut en ce temps qu'eut lieu l'inondation à cause des mannequins et des (hommes) faits de bois.
Ainsi donc nous racoulerons maintenant qand mourut Vukub-Cakix, (quand) il fui abattu et en quel temps se fit l'homme par la main du Formateur et du Créateur.

CHAPITRE CINQUIÈME.


Voici l'origine de la défaite et de la destruction de la gloire de Vukub-Cakix par les deux jeunes gens, (dont) lepremiers'appelait
Hunahpu et le second Xbalanqué (52).
Véritablement c'étaient des dieux. A cause du mal qu'ils voyaient en celui qui s'enorgueillissait et qu'il voulait commettre à la face du Cœur du ciel, ils dirent ces mêmes jeunes gens : II n'est pas bon que cela soit, l'homme ne vivant pas encore ici sur la terre (53).
Ainsi donc nous essaierons de tirer de la sarbacane sur sa nourriture, nous y tirerons et nous lui inoculerons une maladie qui mette fin à ses richesses, à ses pierreries, à ses métaux précieux, à ses émeraudes et à ses bijoux dont il s'enorgueillit ; ainsi le fera tout le monde.
Ce n'est pas pour enfler sa gloire que les richesses (existent). Qu'il soit donc ainsi fait, dirent les deux jeunes gens, chacun d'eux avec sa sarbacane à l'épaule.
Or, ce Vukub-Cakix (avait) deux fils; et le premier (était)
Zipacna,- et le. second (était) Cabrakan; Chimalmat (était) le. nom de leur mère, l'épouse de Vukub-Cakix (54).


Or donc, ce Zipacna Bavait pour occupation) de rouler (55) ces grandes montagnes qu'on appelle
Chicak, Hunahpu, Pecul, Yaxcanul, Macamob, Huliznab (56), et (c'est là) le nom des montagnes qui existèrent avec le lever de l'aurore et qui en une nuit furent créées par (la puissance de) ce Zipacna.
De même aussi Cabrakan remuait les montagnes par sa volonté, et les montagnes grandes et petites s'agitaient par lui;
Ainsi donc les fils de Vukub-Cakix s'en faisaient une cause d'orgueil : Attention, c'est moi qui suis le soleil (57), dit Vukub-Cakix. - C'est moi qui ait fait la terre, dit Zipacna. - Et c'est moi qui secoue le ciel, c'est moi qui bouleverse toute la terre, dit Cabrakan.
C'est ainsi que les fils de Vukub-Cakix, c'est ainsi vraiment qu'ils s'arrogeaient la grandeur à la suite de leur père.
C'était donc là le mal que virent les (deux) jeunes gens. Mais en ce temps notre première mère et notre premier père n'étaient pas encore créés (58). C'est ainsi que fut résolue leur mort (celle do Vukub-Cakix et de ses lils), avec leur destruction, par ces jeunes gens.

CHAPITRE SIXIÈME.


Voici donc maintenant le (récit du) coup de sarbacane tiré sur Vukub-Cakix par les deux jeunes gens : nous raconterons leur défaite de chacun en particulier de ces (êtres) qui se faisaient si superbes.
Ce même Vukub-Cakix avait un grand arbre, (de ceux qu'on appelle)
Nanze (59),et c'était là la nourriture de Vukub-Cakix ; lequel venait au nanze et montait chaque jour à la cime de l'arbre, pour voir lés écosses (des fruits) qui avaient été mangés par Hunahpu et Xbalanqué :
De leur côté, donc, épiant Vukub-Cakix au pied de l'arbre, les deux jeunes gens venaient se cacher dans le feuillage, tandis que Vukub-Cakix arrivait pour se jeter sur les nanzes (qui faisaient) sa nourriture.
Ensuite il fut frappé d'un coup de sarbacane de (la main de) Hunhun-Ahpu (60) qui lui tira la balle de la sarbacane dans la joue; il poussa (aussitôt) de grands cris, en venant tomber de la cime de l'arbre à terre.
Hunhun-Ahpu s'empressa donc aprèslui et courut promptement a fin de s'emparer de lui : mais Hunhun-Ahpu se (laissa) saisir d'un bras par Vukub-Cakix qui aussitôt le secoua et le lui arracha avec violence de l'extrémité de l'épaule.
Mais alors Hunhun-Ahpu laissa aller Vukub-Cakix : c'est bien ainsi qu'ils firent, sans pouvoir être vaincus les premiers par Vukub-Cakix.
Ainsi portant le bras de Hunhun-Ahpu,.Vukub-Cakix gagna sa maison, où il arriva soutenant sa mâchoire.
Qu'est-il donc arrivé à Votre Seigneurie (61), demanda alors la Chimalmat, l'épouse de Vukub-Cakix ? - Que serait-ce (autre chose) que ces deux méchants qui m'ont tiré de leur sarbacane et démonté la mâchoire :
C'est de quoi sont ébranlés ma denture et mes dents, qui me font beaucoup souffrir; (son bras que j'ai arraché] d'abord, je viens de l'apporter sur le feu, pour qu'il demeure suspeudu au-dessus du brasier jusqu'à ce qu'ils le viennent en vérité reprendre ces démons; dit Vukub-Cakix, tandis qu'il suspendait le bras de Hunhun-Ahpu.
Ayant tenu conseil Hunhun-Ahpu et Xbalanqué, ils en parlèrent avec un vieillard, et véritablement la chevelure de ce vieillard était toute blanche, ainsi qu'à une vieille femme, et cette vieille était vraiment toute courbée et pliée en deux par la vieillesse.
Le Grand-Sanglier-Blanc était le nom du vieillard; le Grand-Blanc Piqueur d'Epines était le nom de la vieille. Or, les jeunes gens leur dirent à la vieille et au vieillard (62) :
Veuillez nous accompagner pour aller (63) prendre notre bras de chez Vukub-Cakix. Nous irons derrière vous (et vous direz) : Ce sont nos petits-fils (64) que nous accompagnons ; leur mère et leur père sont morts. Ainsi ils nous suivent partout où il nous convient de leur permettre ; car uous faisons (le métier) de tirer les vers des dents, direz-vous.
Ainsi Vukub-Cakix nous regardera comme des enfants et nous serons là pour vous donner nos conseils, dirent les deux.jeunes hommes. - C'est fort bien! répondirent (les deux vieillards).
Ensuite ils se mirent en chemin (vers) l'extrémité où Vukub-Cakix était couché sur le devant de son trône; la vieille et le vieillard passèrent alors, les deux jeunes gens jouant derrière eux, et comme ils passaient au pied de la maison dû roi, (ils entendirent) les cris que poussait Vukub-Cakix à cause de ses dents (65).
Or, dès que Vukub-Cakix aperçut le vieillard et la vieille, ainsi que ceux qui les accompagnaient : D'où venez-vous, mes anciens? leur dit aussitôt le roi. -Nous allons cherchant de quoi nous soutenir, ò mon seigneur! répondirent-ils (66).
Quel est votre moyen de subsistance? Sont-ce vos enfants que vous accompagnez? - Point du tout, mon seigneur : ce sont nos petits-fils ; mais voyez-vous, nous avons pitié d'eux (67), nous partageons et leur donnons la moitié (de notre nourriture), répondirent la vieille et le vieillard.
Or, le roi était à bout, à cause de la souffrance de ses dents, et c'était avec effort qu'il parlait : Je vous en conjure, tout de suite ayez pitié de moi (dit-il). Que faites-vous, quelles choses guérissez-vous? ajouta le roi.
Nous tirons simplement les vers de la mâchoire; nous guérissons (les maux) du globe de l'œil et nous remettons les os, ò mon seigneur, répondirent-ils.
C'est fort bien. Guérissez donc bien vile, je vous en prie, mes dents qui me font vraiment souffrir chaque jour; car je n'ai ni repos ni sommeil à cause de cola et de mes (maux d') yeux ;
Deux démons me tirèrent un coup de sarbacane pour commencer; (ce qui fait que) je ne mange plus : ainsi donc ayez pitié de moi ; car tout remue (dans ma bouche), mes dents et ma mâchoire.
C'est fort bien, mon seigneur. C'est un ver qui vous fait souffrir; il suffit qu'on change (votre mâchoire) en òtant les (mauvaises) dents de Votre Altesse (68). -Sera- ce bien bon d'òter mes dents; car c'est ainsi seulement que je suis roi, et loule ma beauté (vient) de mes dents et du globe de mes yeux.
Nous en mettions aussitôt d'autres en échange, (c'est- à-dire que) des os purs et nets seront mis à leur place (69); or, ces os purs et nets n'étaient autre chose que des grains de maïs blanc.
Fort bien; tirez-les donc et me venez en aide, répondit-il. Alors on enleva les dents de Vukub-Cakix; maison ne lui mit que des grains de maïs blanc en échange, et (l'on vit) aussitôt briller ces grains de maïs dans sa bouche.
Sa splendeur aussitôt tomba, et il cessa de paraître roi. On acheva de lui enlever ses dénts de pierres précieuses, qui brillaient dans sa bouche. Tandis qu'on opérait les yeux de Vukub-Cakix, on écorcha le globe de ses yeux, en achevant de lui ôter ses richesses.
Mais il n'était plus en état de le sentir : il voyait bien encore, mais ce qui faisait son orgueil avait fini par lui être enlevé (entièrement), par le conseil de Hunahpu et deXbalanqué.
Alors mourut Vukub-Cakix, tandis que Hunahpu reprenait son bras, et (ensuite) mourut également Chimal- mat, l'épouse de Vukub-Cakix.
Telle fut la destruction des richesses de Vukub-Cakix ; or ce fut le médecin qui lui prit les émeraudes et les pierres précieuses dont il s'enorgueillissait ici sur la terre.
La vieille et le vieillard qui firent (ces choses) étaient des êtres merveilleux. Or, ayant repris les bras (des deux jeunes gens) ils les replacèrent, et les ayant rattachés, In tout demeura bon.
Uniquement pour (amener) la mort de Vukub-Cakix, ils voulurent agir ainsi ; car il leur paraissait mauvais qu'il s'enorgueillit. Après cela, les deux jeunes gens se mirent en chemin, ayant exécuté (de cette manière) la parole du Cœur du ciel.

CAPITOLO TERZO


Subito i fantocci di legno vennero annientati, distrutti e disfatti, e furono uccisi.
Un'inondazione venne prodotta dal Cuore del Cielo; si formò un grande diluvio, che cadde sulla testa dei fantocci di legno.
Di
tzité fu fatta la carne dell'uomo, ma quando la donna fu fabbricata dal Creatore e dal Formatore, fu fatta di giunco (32) la carne della donna. Queste materie entrarono nella loro composizione per volere del Creatore e del Formatore.
Ma essi non pensavano, non parlavano con il loro Creatore, con il loro Formatore, che li avevano fatti, che li avevano creati. E per questa ragione vennero uccisi, vennero affogati. Una resina abbondante scese dal cielo. Colui che era chiamato
Xecotcovach arrivò e svuotò loro gli occhi; Camalotz venne a tagliar loro la testa; e venne Cotzbalam e divorò loro le carni. Il Tucumbalam (33) giunse anch'egli e spezzò e schiacciò loro le ossa ed i nervi, stritolò e macinò loro le ossa (34).
E ciò fu per punirli per non aver pensato alla loro madre, né al loro padre, il Cuore del Cielo, chiamato Huracán. E per questo motivo si oscurò la faccia della terra ed incominciò una pioggia nera, pioggia di giorno, pioggia di notte.
Arrivarono allora gli animali piccoli, gli animali grandi, ed i bastoni e le pietre colpirono la loro faccia. E si misero tutti a parlare; le loro giare (35), i loro
comal (36), i loro piatti, le loro pentole, i loro cani, le loro macine (37), tutti si levarono e colpirono la loro faccia.
- Molto male ci facevate; ci mangiavate, e noi ora vi morderemo, - dissero i loro cani ed i loro animali da cortile (38).
E le macine: - Eravamo tormentate da voi; ogni giorno, ogni giorno, di notte, all'alba, per tutto il tempo le nostre facce facevano
holi, holi, huki, huki, per colpa vostra (39). Questo era il tributo che vi pagavamo. Ma ora che avete cessato di essere uomini, assaggerete le nostre forze. Macineremo e ridurremo in polvere le vostre carni, - dissero le loro macine.
Ed ecco che i loro cani parlarono e dissero loro: - Perché non ci davate il nostro cibo? Stavamo soltanto a guardare e ci scacciavate subito dal vostro fianco e ci gettavate fuori. Avevate sempre pronto un bastone (40) per picchiarci mentre mangiavate.
- Così ci trattavate. Noi non potevamo parlare. Forse non vi ammazzeremmo adesso; ma perché non riflettevate, perché non pensavate a voi stessi? Adesso noi vi distruggeremo, adesso assaggerete voi i denti che sono nella nostra bocca: vi divoreremo, - dissero i cani, e poi fracassarono loro la faccia (41).
Ed a loro volta i loro piatti, le loro pentole parlarono così: - Dolore e sofferenza ci cagionavate. La nostra bocca e le nostre facce erano sporche di fuliggine, eravamo sempre posti sul fuoco e ci bruciavate come se non sentissimo dolore. Ora proverete voi, vi bruceremo, - dissero le loro pentole, e tutte fracassarono loro la faccia. Le pietre del focolare (42), che erano ammucchiate, si scagliarono direttamente dal fuoco contro le loro teste facendo loro male (43).
Disperati, correvano di qua e di là; tentavano di arrampicarsi sulle case e le case cascavano e li gettavano a terra; tentavano di arrampicarsi sugli alberi e gli alberi li scagliavano lontano; tentavano di entrare nelle caverne e le caverne si chiudevano dinanzi a loro (44).
Così fu la rovina degli uomini che erano stati creati e formati, degli uomini fatti per venir distrutti ed annientati: a tutti furono spaccate la bocca e la faccia.
E dicono che la discendenza di costoro sono le scimmie che esistono ora nei boschi; esse conservano lo stampo di quelli, poiché soltanto di legno fu fatta la loro carne dal Creatore e dal Formatore (45).
E per questa ragione la scimmia assomiglia all'uomo, porta lo stampo di una generazione di uomini creati, di uomini formati, che erano soltanto fantocci ed erano soltanto fatti di legno.

CAPITOLO QUARTO


Vi era allora pochissimo chiarore sulla faccia della terra. Non vi era ancora sole. Vi era però un essere fiero di se stesso che si chiamava Vucub-Caquix (46).
Esistevano già il ciclo e la terra, ma era celata la faccia del sole e della luna.
E diceva [Vucub-Caquix] : - In verità, essi portano chiaramente lo stampo di quegli uomini che morirono affogati e la loro natura è simile a quella di esseri soprannaturali (47).
- Io sarò grande ora su tutti gli esseri creati e formati. Io sono il sole, sono il chiarore, la luna, -esclamò. - Grande è il mio splendore. Grazie a me gli uomini cammineranno e vinceranno. Poiché sono d'argento i miei occhi, fulgenti come pietre preziose, come smeraldi; i miei denti splendono come pietre fini, simili alla faccia del cielo. Il mio naso splende da lontano come la luna, il mio trono è d'argento e la faccia della terra s'illumina quando vado davanti al mio trono.
- E così io sono il sole, io sono la luna, per la stirpe umana (48). Così sarà, poiché la mia vista si spinge molto lontano.
A questo modo parlava Vucub-Caquix. Ma, in realtà, Vucub-Caquix non era il sole; si vanagloriava soltanto delle proprie piume e ricchezze. Ma la sua vista giungeva soltanto all'orizzonte e non spaziava su tutto il mondo.
Ancora non si vedeva la faccia del sole, luna, né delle stelle, ed ancora non era spuntata l'alba. Per questa ragione Vucub-Caquix si pavoneggiava come se fosse lui il sole e la luna, poiché ancora non era apparso né si mostrava il chiarore del sole e della luna. La sua unica ambizione era inalzarsi e dominare. E fu allora che avvenne il diluvio per colpa dei fantocci di legno.
Ora racconteremo come Vucub-Caquix morì e venne sconfitto, e come l'uomo fu fatto dal Creatore e dal Formatore.

CAPITOLO QUINTO


Questo è il principio della sconfitta e della rovina della gloria di Vucub-Caquix provocata dai due ragazzi, il primo dei quali si chiamava
Hunahpú ed il secondo Ixbalanqué. Questi erano veramente dèi (49). Nel vedere il male che faceva il superbo, e che voleva farlo alla presenza del Cuore del Ciclo, i ragazzi si dissero:
- Non è bello che accada ciò, quando l'uomo non vive ancora qui sulla terra. Cosi, proveremo a tirare di cerbottana contro di lui quando sta mangiando; tireremo contro di lui e gli provocheremo una malattia, ed allora saranno finite le sue ricchezze, le sue pietre verdi, i suoi metalli preziosi, i suoi smeraldi, i suoi gioielli di cui va fiero (50). E così faranno tutti gli uomini, perché non devono insuperbirsi per il potere né per la ricchezza.
- Così sarà, - dissero i ragazzi, gettandosi ciascuno la sua cerbottana in spalla.
Orbene, questo Vucub-Caquix aveva due figli: il primo si chiamava
Zipacná, il secondo era Cabracán; e la madre di questi due si chiamava Chimalmat (51), la moglie di Vucub-Caquix.
Zipcaná giocava alla palla con le grandi montagne: il
Chigag (52), Hunahpú (53), Pecul (54), Yaxcanul (55), Macamob (56) e Huliznab. Questi sono i nomi dei monti che esistevano quando spuntò l'alba e che furono creati in una sola notte da Zipacná.
Cabracán smuoveva i monti e faceva tremare le montagne grandi e piccole.
A questa maniera proclamavano il loro orgoglio i figli di Vucub-Caquix: - Udite! Io sono il sole! - diceva Vucub-Caquix. - Io sono colui che fece la terra! - diceva Zipcaná. - Io sono colui che scuote il cielo e commuove tutta la terra! - diceva Cabracán. Così i figli di Vucub-Caquix si contendevano col padre la grandezza. Ed ai ragazzi ciò pareva assai mal fatto.
Ancora non era stata creata la nostra prima madre, né era stato creato il nostro primo padre.
Pertanto venne decisa dai due giovani la loro morte [di Vucub-Caquiz e dei suoi figli] e la loro distruzione.

CAPITOLO SESTO


Racconteremo ora il tiro di cerbottana con cui i due ragazzi colpirono Vucub-Caquix, e la distruzione di ognuno di quelli che erano montati in superbia.
Vucub-Caquix aveva un grande albero di
nance (57), il cui frutto era il cibo di Vucub-Caquix. Costui veniva ogni giorno presso il narice e si arrampicava sulla cima dell'albero. Hunahpú ed Ixbalanqué avevano visto che quello era il suo cibo. E mentre essi si erano posti in agguato di Vucub-Caquix ai piedi dell'albero, nascosti tra le foglie, ecco Vucub-Caquiz giungere dritto al suo pasto di nance.
In quel momento venne ferito da un tiro di cerbottana sparato da Hun-Hunahpú (58), che lo colpì proprio alla mascella e, gridando, cadde direttamente a terra dalla cima dell'albero.
Hun-Hunahpú corse in fretta per impadronirsi di lui, ma Vucub-Caquix strappò il braccio a Hun-Hunahpú e tirandolo lo piegò dalla estremità fino alla spalla. Cosi Vucub-Caquix strappò [il braccio] a Hun-Hunahpú. Fecero certo bene i due ragazzi a non lasciarsi vincere subito da Vucub-Caquix.
Portando il braccio di Hun-Hunahpú, Vucub-Caquix se ne andò a casa sua, dove giunse sostenendosi la mascella.
- Che cosa vi è successo, Signore? - disse Chimalmat, la moglie di Vucub-Caquix.
- Che cosa vuoi che sia se non quei due demoni che mi hanno colpito con una cerbottana e mi hanno sgangherato la mascella? Perciò mi ballano i denti e mi fanno molto male. Ma io ho portato [il suo braccio] per metterlo sopra il fuoco. Resterà attaccato là e appeso sul fuoco, perché verranno certamente a cercarlo, quei demoni -. Così parlò Vucub-Caquix mentre appendeva il braccio di Hun-Hunahpú.
Dopo aver meditato, Hun-Hunahpú ed Ixbalanqué andarono a parlare con un vecchio che aveva i capelli tutti bianchi e con una vecchia, veramente vecchissima ed umile, tutti e due già curvi come persone molto anziane. Il vecchio si chiamava Zaqui-Nim-Ac e la vecchia Zaqui-Nimá-Tziís (59). I ragazzi dissero alla vecchia ed al vecchio:
- Accompagnateci mentre andiamo a prendere il nostro braccio da Vucub-Caquix. Noi vi verremo dietro. « Questi che ci accompagnano sono nostri nipoti; la loro madre ed il loro padre sono già morti; perciò essi ci vengono dietro dappertutto, là dove ci fanno l'elemosina, poiché l'unica cosa che noi sappiamo fare è estrarre il verme dai denti » (60) -. Così direte loro.
- A questo modo, Vucub-Caquix ci vedrà come se fossimo ragazzi e noi saremo anche lì per consigliarvi, - dissero i due giovani.
- Va bene, - risposero i vecchi.
Allora si misero in cammino verso il luogo dove si trovava Vucub-Caquix, sdraiato sul suo trono. La vecchia ed il vecchio camminavano seguiti dai due ragazzi, che andavano loro dietro giocando. Così giunsero sotto la casa del Signore, il quale stava gridando per il male che gli facevano i denti.
Quando Vucub-Caquix vide il vecchio e la vecchia e coloro che li accompagnavano, domandò loro:
- Da dove venite, nonni?
- Andiamo in cerca di qualcosa di cui nutrirci, onorevole Signore, - risposero quelli.
- E qual è il vostro cibo? Non sono figli vostri questi che vi accompagnano?
- Oh, no, Signore! Sono nostri nipoti; ma ne abbiamo compassione e quello che vien dato a noi lo spartiamo con loro, Signore, - risposero la vecchia ed il vecchio.
Frattanto il Signore moriva dal mal di denti e poteva parlare soltanto con grande fatica.
- Io vi prego di tutto cuore di aver compassione di me. Che cosa potete fare? Che cosa sapete curare? -domandò loro il Signore. Ed i vecchi risposero:
- Oh, Signore, noi togliamo soltanto il verme dai denti, curiamo gli occhi e mettiamo a posto le ossa.
- Benissimo. Curatemi i denti, che mi fanno davvero soffrire e per colpa loro e dei miei occhi non trovo requie e non posso dormire. Tutto questo perché due demoni mi hanno tirato una pallottola e perciò non posso mangiare. Abbiate dunque pietà di me, premetemi i denti con le vostre mani.
- Benissimo, Signore. È un verme a farvi soffrire. Basterà cavare questi denti e mettervene altri al loro posto.
- Non voglio che mi caviate i denti, perché solo così sono Signore, e tutto il mio ornamento sono i miei denti ed i miei occhi.
- Noi ve ne metteremo altri al loro posto, fatti di osso macinato -. Ma l'osso macinato non era altro che chicchi di mais bianco.
- Va bene, cavateli, venite a soccorrermi, - replicò.
Allora cavarono i denti a Vucub-Caquix; ed al loro posto gli misero solamente dei chicchi di mais bianco, e questi chicchi di mais gli rilucevano in bocca. Subito le sue fattezze decaddero e non pareva più un Signore. Poi finirono di cavargli i denti che gli rilucevano in bocca come perle. Ed alla fine curarono gli occhi a Vucub-Caquix facendogli schizzar via le pupille e finirono di togliergli tutte le sue ricchezze.
Ma ormai egli non sentiva più nulla. Rimase soltanto a guardare mentre per consiglio di Hunahpú e di Ixbalanqué finivano di spogliarlo delle cose di cui si pavoneggiava.
Così morì Vucub-Caquiz. Quindi Hunahpú ricuperò il suo braccio. E morì anche Chimalmat, la moglie di Vucub-Caquix.
Così andarono perdute le ricchezze di Vucub-Caquix. Il medico si impadronì di tutti gli smeraldi e di tutte de pietre preziose che erano state il suo orgoglio qui sulla terra.
La vecchia ed il vecchio che fecero queste cose erano esseri meravigliosi. E, ricuperato il braccio, lo rimisero a posto ed esso andò bene di nuovo.
Soltanto per ottenere la morte di Vucub-Caquix vollero agire a questo modo, poiché parve loro assai mal fatto che egli si insuperbisse.
E subito i due ragazzi se ne andarono via, avendo così eseguito l'ordine del Cuore del Cielo.


y aquívan las obras de zípacna, el primer
hijo de vvcubcaquíx. yo soy el hazedor de
los montes dize zípacna. y este zípacna
se estaba bañando en vn río qo pasaron los
cuatrocientos muchachos q’llevaban arrastran
do vn palo para pílar de su casa, cuatrozien
tos de montín, y cortaron, un gran palo pa
fine Folio 8 recto
madre de su casa de paxa, y qo vío esto zipac –
na fue donde estaba los cuatrozíentos mucha –
chos, y les pregunto. q’ es lo q’hazeís muchachos?
este palo respondieron q’no lo podemos le –
vantar, levantadlo díxo zípacna, lo lleva –
re yo, adonde ha de ír? de q’ sírve, opara
q’lo aueís cortado? pa. madre de nuestra
casa respondíeron ellos. estabien dixo zí –
pacna, y tírando de el, y lo cargo, y lo lle –
uo hasta lapuerta de la casa de los cua –
trozientos muchachos. y entonzes ellos le
díxeron quedate consotros tíenes Me. o
Pe. no tengo, respondío zípacna. mañana
díxeron los quatrozíentos muchachos bol –
beremos atraer otropalo para pilar de
nuestra casa. enorabuena dígo zípacna.
y entraron ellos enconsejo, los cuatroçíen
tos muchachos, y dixeron, q’haremos con
estemuchacho, matemoslo, porq no es bu –
eno esto q’haze, el solo leuanto el palo.
Lo que haremos sera: haremos vn gran hoyo
y allí lo arrojaremos abajos en el hoyo ledí –
remos anda asacar tierra de aquel hoyo, y
qo el este ínclínado en el hoyo le echare –
mos vnpalo grande, y allí moríra en el ho –
yo. y luego hízíeron vn gran hoyo, muy
hondo, entonzes llamaron azípacna, y le dí –
geron: nosotros somos tus querídos, andad
y cabad otropo en el hoyo porq’ no al can –
zamos. esta bíen dixo el, y baxo al hoyo, ca –
ba bíen le dígeron, hasta q’lo hagas muy
profundo, estabien dixo el. y entonzes
empezo acabar, pero el hoyo q’hizo fue
para líbrarse, porq’supo. q’ lo querían
matar, ycabo vn hoyo de lado, vn brazo
hízo de hoyo, en donde se libro; ya esta
cabado, ya ahondado ledíxeron los
muchachos? aun estoy cabando, yo os –
auísare, y llamare qo ya este cabado, el
fine Folio 8 verso
hoyo dixo alla abaxo zípacna, en el hoyo; em -
pero no cababa el asíento de el hoyo, pa. su entierro;
síno vn hoyo en q’líbrarse. y despues llamo de
alla abaxo zípacna; pero ya estaba escapado
qo llamo. venid tomad la tíerra q’esta cabada
enel asiento de el hoyo, porq’ ya deverdad he
afondado mucho. no oys mí vos, y yo os oygo
el eco, y oygo vuestra voz aunq’estoy en vn ho –
yo de dos bueltas, dixo zípacna en su hoyo, y
allí estaba agachado, y gritaba a menudo.
y entonzes los muchachos arrastraron, el
palo y lo arrojaron con estruendo abaxo
en el hoyo, y dixeron callen todos nadie
hable síno oygamos qo grite, y ellos habla –
ban en secreto, entresí. y entonzes arrojaron
el palo en el hoyo y qo dio una voz cayo al pa –
lo y entonzes se alegraron, y dixeron
oquebueno q’esto q’hemos hecho. ya murío
y sí vbíera vívído nos vbíera hecho mucho
mal porq’ se auía ya metido entrenosotros
los cuatroçientos muchachos. ydixeron
alegrandose; agora lo q’ haremos sera en
estos tres días hazer nuestra chichi, y alos
tresdías beberemos nosotros los cuatrozien
tos muchachos nuestra chichi. mañana
veremos, y pasado mañana veremos, síví –
enen acaso las hormigas en la tierra qo
híeda, y se pudra, y entonzes sesentara
nuestro corazon, y beberemos sín cuídado
dixeron. y zípacna lo oya enhoyo qo
lo hablaron los muchachos. y luego al –
fine Folio 9 recto
segundo día salieron de monton las hormi –
gas, y andaban, y abundaban y llegaron de
baxo d el palo, y muy ap vnas traían pelos
otras traíanvnas dezípacna, y qo lo vieron
los muchachos, dixeron, y aparezío aquel
demonio. Mirad las hormigas víníeron, y
se juntaron ytraen todas pelos, y vñas mí –
rad loq’ hemos hecho. y zípacna estaba
vivo y el se corto las vñas, y los cabellos de
su cabeza, y con la voca se corto las vñas, y se
las daba alas hormigas, y así pensaron
q’auía muerto, los cuatrozientos mucha –
chos. y el terzero día empezo labebida
y se emborracharon todos los muchachos.
y estando todos borrachos los cuatroçien –
tos muchachos, yano sentían. luego fue
derribado el rancho sobre sus cabezas por
zípacna, y todos fueron aporreados, y ní –
vno, ni dos escaparon de los cuatrozientos
muchachos, fueron muertos por el zípac –
na ho de vvcubcaquix. y así fueron
las muertes delos cuatrozíentos mucha –
chos y así se dijo q’estos entraron en lu –
gar de las síete cabríllas en el zielo q’se
llaman, motz. esto es monton, porq’ de mon
ton fueron muertos. y estoquízas sera men
tíra. agora diremos como fue venzído zípac –
na, por a quellos dos muchachos hunahpu,
y xbalanque.

A quí sígue como fue venzído, y muerto
zípacna, y qo otra vez fue venzido por los dos
muchachos, hun ahpu, xbalanque. y esto les
parezío desprezío en su corazon auer muer –
to alos cuatrozientos muchachos q’ fueron
muertos por zípacna. y este solo pescado, y
cangregos buscaba aoríllas de los ríos, y es –
to era lo q’comía todos los días. dedía se pase –
aba qo buscaba su comida, y de noche carga –
fine Folio 9 verso
ba los zeros. entonzes hunahpu, y xbalanque
hízíeron vna ímagen de cangrejo, y devna
ojaq’ se cría en los arboles q’se llaman, ec. hízíeron
las manos grandes de el cangrejo, y las peque –
ñas de otras hojas mas pequeñas llamadas, pa –
hac. ylaconcha, y manos hízíeron de laxa, y la pusíeron
tumbada. y entonzes lo pusieron en vna cueua de
baxodevn gran cerro, q’se llamaba meauan. en
donde fue venzído. y entonzes víníeron los mu –
chachos, yse hízíeron encontradízos conzípacna
en el arroyo. y le preguntaron: donde vas mu –
chacho? y dixo el zípacna: no voy aníngu –
na parte; síno q’ ando buscando mí comída.
y ellos le preguntaron q’es tu comída? solo
pescado y cangrejos, yno he hallado níngu –
no, y desde antíer nocomo, y ya no puedo
sufrir la hambre. y entonzes le díxeron
ellos: vn cangrejo esta alla debaxo de
la barranca, y deverdad es muy grande
y q’bíen q’ lo comíeras? quísímos cogerlo.
y nos mordío, y nos atemorízamos por el. o
si te pareze q’bamos a cogerlo. apíadaos
de mí llevadme alla donde esta dixo zí –
pacna. noqueremos dixeron ellos; sino an
dad, no teperderas, andad río arríba
eíras a dar derecho con el, debaxo de
un grande zero esta sonando y hazíen
do houol, eíras derecha alla díxeron hun –
ahpu, y xbalanque. o pobre de mí, pues no
lo encontrateís por ventura vosotros dixo
zípacna, ea q’ yoíre a enseñaros donde ay mu
chos paxaros, do vayaís a tirar cib ka zerua –
tana, yo solo se donde estan. yavísta de ellos
entro debaxo la laxa. y deveras lopodras
fine Folio 10 recto
coger? no nos hagas bolber de valde porq’ no –
sotros loquisimos coger y no pudimos porq’ estan –
do nosotros echados entrabamos para dentro nos –
modía, y ya por vn trís no lo cogemos y así se
ra bueno q’tu vayas en suseguimiento pa. arri –
ba. esta bíen dixo zípacna, y entonzes le
fueron acompañando, y llegaron debaxo de
la barranca, y el cangrejo estaba echado de
lado ymuy colorada la concha. yallí debaxo
de la barranca estaba el secreto de los mucha –
chos. estabíen díxo zípacna alegrandose
y ya quísíera comerselo por q’ ya estaba mu –
erto dehambre. y probo a entrar echado, y el
cangrejo seíba subiendo. y salíose luego yle
dixeron los muchachos no lo cogiste? no nolo
he cogído poco me falto pa. cogerlo sino q’se
subío para arríba. y así quízas sera bueno q’lu –
ego entre pa. arríba. y luego entro para arrí –
ba y acabo de entrar y no faltando le ya mas
q’las rodillas q’entrar se desmorono el zerro
y se cayo consosíego para abaxo sobre su pe –
cho u nobolbío mas y sehizo píedra el zípacna.
y así fue vencido el zípacna por los mucha –
chos hunahpu y xbalanque. y este quentan
q’antiguamente era el q’hazía los zerros
este hijo mayor devvcubcaquíx. deba –
xo de el zerro. q’se llama meauan fue
venzído. y solo por milagro fue venzído
y agora díremos de el otro de q’se enso –
berbezío

I el terzero q’ seensoberbezío q’era elsegundo
hijo de vvcubcaquíx q’sellamaba cabra –
can (esto es de dos píernas) dezía yosoy el
q’destruigo los zerros. y así mesmo hunahpu, y
xbalanque vensieron al cabrracan. y
fine Folio 10 verso
huracan, chipicaculha, y raxa caculha di
xeron qo hablaron a hunahpu, y xbalanq’
el Segundo hijo de vvcubcaquíx tambíen sea
destruído esto mando, porq’ noesbíen loq’ha
zen sobre la tierra. porq’ se pasan amucha
grandeza y no deue ser así. halagaldo
y llevaldo alla hazía do naze el sol esto
dixo huracan alos dos muchachos. esta
bien dixeron ellos noestabíen esto q’
vemos, por ventura no ventura no esprí –
mero vuestra grandeza tu corazon de
elzíelo no soí prímero? esto dixeron los
muchachos qo respondieron alo q’ les
dixo huracan y estando acltualmente
cabrracan meneandolos montes, a
penas los meneaba un poco dando gol –
pes con los pies en la tíerra luego se des
gajaban los pequeños y grandes mon –
tes. y síendo entonçes encontrado por
los dos muchachos le preguntaron a
donde vas? muchacho? no voy a par –
te alguna díxo el, aquíestoy solo
derribando zerros y así para síempre
estare derríbandolos. y entonzes el
cabrracan le dixo a hun ahpu, y xba –
lanque a que venís, no os conozco ní
se a que es vuestra venída. como os
llamaís? no tenemos nombre dixe –
ron ellos, solosomos tiradores de zerua –
tana, y cazadores de líga por los mon –
tes somos pobres y no tenemos cosa al
guna. andamos porlos montes gran –
des y chicos alla enel nazímíento de
el sol vímos vn grande zero y es muy
fragante su dulzura y es tan alto q’
sesube sobre todos los zerros y así no
hemos podido como es tan alto coger
paxaro alguno, y sí así es verdad
q’tu derríbas los zerros? dixo hun ah –
pu y xbalanque agora nos ayuda –
ras. es verdad eso? dixo cabrracan
aveís visto ese zerro q’ dezís? adonde
esta y lo vere y lo echare abaxo. a
don de lo visteís? alla dixeron ellos
fine Folio 11 recto
esta donde el sol naze. estabíen dixo
cabrracan ea tomad el camino. no no
hadeser así sino q’tehemos de coger
en medio de nosotros vno íra atu ma –
no derecha, y otro a tumano ízquíerda
porq’ llevamos nuestras zeruatanas, y
sí vbiere algun paxaro letira remos
y así íban alegres tirando alos paxa –
ros (y es de advertir q’ qo tiraban no
era de barro el bodoque sino q’solo
con el soplo derribaban los paxaros)
eíba maravíllado el cabrracan. en
tonzes los muchachos sacaron fuego
y pusíeron a asar lospaxaros en el
fuego; y a vn paxaro le vntaron tí –
zate, tíerra blanca le pusíeron. este
le daremos dixeron ellos qo sele ínzí –
te el deseo olíendo sufragranzía.
este nuestro paxaro loha de venzer.
y la tierra levntaron ellos porq’ en
venzíendo lo hade ca er en la tíerra
y en la tíerra ha deser enterrado, sí
(es grande sabío el críador) qo fueren
sacadas aluz las críaturas, esto dixe –
ron ellos los dos muchachos. y entresí dí –
xeron mucho desea en su corazon co –
merlo el cabrracan. y entonzes le
daban bueltas sobre el fuego alpaxa –
ro, y fuese sazonando ya estaba ama –
ríllo y le chorreaba el prínge alospa –
xaros. y el cabrracan estaba deseosísí –
mo de comer los y lavoca se le hazía
agua, y la baba se le caía, y la sa –
liba por la fraganzia q’ de los pa –
jaros salía. y entonzes pídío pregunto
q’comída es esta uuestra q’de verdad es
muy suaue su olor q’siento dadme vnpo –
co. esto dixo y entonzes selefue dada vn
paxaro acabrracan, para su destruccí—
on. y luego seacabo el paxaro. yenton –
zes sefueron y llegaron al nazímíento
de el sol adonde estaba aquel grande
zerro. y ya entonzes el cabrracan esta
baya desmdexado, y no tenía fuerzas en
sus manos y pies, por aquella tierra q’le
fine Folio 11 verso
untaron alpaxaro q’comío y ya copudo
hazer cosa alguna alos montes nipudo
derríbarlos, y entonzes los muchachos le ata
ron las manos atras, y tambíen los pies
en trambos a dos. y luego lo arojaron al
suelo, y lo enterraron. y así fue venzí –
do cabraran por solos hunahpu, y xba –
lanque. no esposible contra las obras de
estos muchachos aquí en la tíerra.
Agora díremos el nazímíento de estos
dos hunahpu, y xbalanque y agora
prímeramente contamos solo el auer
sído venzídos vvcub caquíx, con zípac –
na, y cabrracan aquí sobre la tíerra




E qui vanno le opere di Zípcana il primo figlio di Vucub-caquix. Io sono l'artefice dei monti dice Zípcana. E questo Zípcana si stava lavando in un fiume quando passarono i quattrocento ragazzi che portavano trascinando un palo per pilastro della sua casa, quattrocento in gruppo, e tagliarono, un gran palo per trave maestra della sua casa di paglia, e quando vide questo Zípcana fu dove stavano i quattrocento ragazzi, e domandò loro. Che cosa è quello che fate ragazzi? Questo palo risposero che non possiamo alzare, alzatelo disse Zípcana, lo porterò io, dove deve andare? A che serve, o per che motivo l'avete tagliato? Per trave maestra della nostra casa risposero essi. Sta bene disse Zípcana, e tirandolo, e lo caricò, e lo portò fino alla porta della casa dei quattrocento ragazzi. Ed allora essi gli dissero rimani con noi hai madre o padre. Non ho, rispose Zípcana. Domani, dissero i quattrocento ragazzi torneremo a portare un altro palo per pilastro della nostra casa. In ora buona disse Zípcana. Ed entrarono essi in consiglio, i quattrocento ragazzi, e dissero, che cosa faremo con questo ragazzo, ammazziamolo perché non è buono quello che fa, egli solo alzò il palo. Quello che faremo sarà: faremo un gran buco e lì lo lanceremo sotto nel buco gli diremo vai a tirare fuori terra da quel buco, e quando egli è chinato nel buco, gli getteremo un palo grande, e lì morirà nel buco. E dopo fecero un gran buco, molto profondo, allora chiamarono Zípcana, e gli dissero: noi siamo tuoi amici, vai e scava un altro poco nel buco perché non riusciamo. Sta bene egli disse, e scese al buco, scava bene gli dissero, fino a che lo faccia molto profondo, sta bene egli disse. Ed allora incominciò a scavare; ma il buco che fece fu per liberarsi, perché seppe. Che lo volevano ammazzare, e scavò un buco di lato, un braccio fece di buco, dove si liberò, già è scavato, già rofondo gli dissero i ragazzi? Ancora sto scavando, io vi avviserò, e chiamerò, quando già sia scavato il buco disse là sotto Zípcana nel buco; ciononostante non scavava il fondo del buco, per la sua sepoltura; bensì un buco in cui liberarsi. E dopo chiamò di là sotto Zípcana; ma già era scappato quando chiamò. Venite prendete la terra che è scavata nel fondo del buco, perché già in realtà ho approfondito molto. Non sentite la mia voce, ed io vi sento l'eco, e sento la vostra voce sebbene stia in un buco di due volte, disse Zípcana nel suo buco, e lì era chinato, e gridava spesso. Ed allora i ragazzi trascinarono, il palo e lo lanciarono con fragore sotto nel buco, e dissero stiamo zitti tutti nessuno parli, bensì sentiamo quando gridi, ed essi parlarono in gran segreto, tra sé. Ed allora lanciarono il palo nel buco e quando diede una voce cadde il palo ed allora si rallegrarono, e dissero oh che buono che è quello che abbiamo fatto. Già morì e se avesse vissuto ci avrebbe fatto molto male, perché si era messo già tra di noi i quattrocento ragazzi. E dissero rallegrandosi: ora quello che faremo sarà in questi tre giorni fare la nostra chicha [bibita alcoolica che si ottiene per fermentazione del mais in acqua zuccherata], e ai tre giorni berremo noi i quattrocento ragazzi la nostra chicha. Domani vedremo, e passato domani vedremo, se vengono per caso le formiche nella terra quando puzzi, e marcisca, ed allora si siederà il nostro cuore, e berremo senza attenzione dissero. E Zípcana lo sentiva tutto nel buco quando parlarono i ragazzi. E dopo al secondo giorno uscirono dal mucchio le formiche, e camminavano, ed abbondavano ed arrivarono sotto al palo, e molte a fatica portavano capelli altre portavano unghie di Zípcana, e quando lo videro i ragazzi, dissero, e perì quel demonio. Guardate le formiche vennero, e si riunirono e portano tutte capelli, ed unghie guardate quello che abbiamo fatto. E Zípcana era vivo ed egli si tagliò le unghie, ed i capelli della sua testa, e con la bocca si tagliò le unghie e gliele dava a le formiche, e così pensarono che era morto, i quattrocento ragazzi. Ed al terzo giorno incominciò la bevuta e si ubriacarono i ragazzi. E essendo tutti ubriachi i quattrocento ragazzi, già non sentivano. Dopo fu abbattuta la capanna sulle sue teste da Zípcana, e tutti furono abbattuti, e né uno, né due scapparono dei quattrocento ragazzi, furono uccisi da Zípcana figlio di Vucub-caquix. E così furono le morti dei quattrocento ragazzi e così si disse che questi entrarono invece nelle sette stelle in cielo che si chiamano, motz. Questo è moltitudine, perché di moltitudine furono morti. E questo magari sarà bugia. Ora diremo come fu vinto Zípcana per quelli due ragazzi: Hun-ahpu e Xbalanque.

Qui si proseguesegue come fu vinto, e morto Zípcana, e quando un'altra volta fu vinto dai due ragazzi, Hun-ahpu, Xbalanque. E questo sembrò loro indignazione nel suo cuore per essere morti i quattrocento ragazzi che furono morti da Zípcana. E questo solo pesce, e granchi cercava ai bordi dei fiumi, e questo era quello che mangiava tutti i giorni. Di giorno passeggiava quando cercava il suo cibo, e di notte caricava i monti. Allora Hun-ahpu, e Xbalanque fecero un'immagine di granchio, e di una foglia che si trovava in alberali che si chiamano,
ec. Fecero le mani grandi del granchio e le piccole di altre foglie più piccole chiamate, pahac. E la conchiglia, e mani fecero di pietra, e la misero distesa. Ed allora la misero in una grotta sotto ad un grande monte che si chiamava Meauan. Dove fu vinto. Ed allora vennero i ragazzi, e andarono incontro a Zípcana nel ruscello. E gli domandarono: dove vai ragazzo? e disse Zípcana: non vado a nessuna parte, solo continuo a cercare il mio cibo e essi gli domandarono quale è il tuo cibo? solo pesce e granchi, e non ho trovato nessuno, e da avanti ieri non mangio, e già non posso soffrire la fame. Ed allora gli dissero essi: un granchio sta là sotto al burrone, ed in realtà è molto grande e è bene che lo mangiassi? volemmo prenderlo. E ci morse, e ci spaventiamo per lui. O se vuoi che andiamo a prenderlo. Impietosiscivi di me portatemi là dove sta disse Zípcana. Non vogliamo essi dissero; ma cammina, non ti perderai, cammina vicino al fiume a dare la destra ad esso, sotto ad un grande dmonte sta suonando e facendo houol, e andrai diritto là dissero Hun-ahpu e Xbalanque. Oh povero me, perché non lo trovaste per sorte voi disse Zípcana, e io andrò a indicarvi dove ci sono molti uccelli, dove andiate a tirare con la cerbottana, io solo so dove stanno. E già visto da loro si mise sotto la pietra. E davvero lo potrai prendere? non ci far venire inutilmente perché noi lo volemmo prendere e non potemmo perché quando noi stavamo entravamo dentro ci mordeva, e già per uu pelo non le prendiamo e così sarà bene che tuo vada al suo inseguimento da sopra. Sta bene disse Zípcana, ed allora lo accompagnarono, ed arrivarono sotto al burrone, ed il granchio era disposto di lato e molto colorata la conchiglia. E lì sotto al burrone stava il segreto dei ragazzi. Sta bene disse Zípcana rallegrandosi e già desiderava mangiarselo perché già era morto di fame. E provò a entrare disteso, ed il granchio continuava a salire. E uscito dopo e gli dissero i ragazzi non lo prendesti? No non l'ho preso poco mi mancò per prenderlo ma salì per sopra. E così forse sarà buono che dopo entri per sopra. E dopo entrò per sopra ed era appena entrato e non mancando a lui già più che le ginocchia che entrare si sgretolò il monte e cadde con calma per di sotto sopra il suo petto e non ritornò ma e si fece pietra Zípcana. E così fu vinto Zípcana dai ragazzi Hun-ahpu e Xbalanque. E questo raccontano che anticamente era quello che fece i monti questo figlio maggiore di Vucub-caquix. Sotto al monte. che si chiama Meauan fu vinto. E solo per miracolo fu vinto ed ora diremo dell'altro che si insuperbì.

Ed il terzo che si insuperbì che era il secondo figlio di Vucub-caquix che si chiamava Cabrracan, (questo è di due gambe) diceva io sono quello che distruggo le montagne. Ed egualmente Hun-ahpu, e Xbalanque vinsero Cabrracan. Ed Huracan, Chipi-caculha, e Raxa-caculha dissero quando parlarono a Hun-ahpu e Xbalanque anche il secondo figlio di Vucub-caquix sia distrutto questo comando, perché non è bene quello che fa sulla terra. Perché se posseggono molta grandezza e non deve essere così. Lusingatelo e portatelo là al luogo dove nasce il sole questo disse Huracan a i due ragazzi. Sta bene dissero essi non sta bene questo che vediamo, per felicità non felicità non esprimerà la vostra grandezza tu cuore del cielo, non sono il primo? Questo dissero i ragazzi quando risposero a quello che disse loro Huracan e stando attualmente Cabrracan muovendo i monti, appena li muoveva un pò dando colpi coi piedi nella terra quindi si spaccavano i piccoli e grandi monti. Ed essendo allora incontrato dai due ragazzi gli domandarono dove vai? ragazzo? Non vado da nesuna parte disse egli, qui stò solo abbattendo monti e così per sempre starò abbattendoli. Ed allora Cabrracan gli disse a Hun-ahpu, e Xbalanque perchè venite, non vi conosco, né so a che cosa è la vostra venuta. Come vi chiamate? Non abbiamo nome dissero essi, solo siamo tiratori di cerbottana e cacciatori con pania per i monti siamo poveri e non abbiamo cosa alcuna. Andiamo per i monti grandi e piccoli là e nella nascita del sole vedemmo un grande monte ed è molto fragrante la sua dolcezza ed è tanto alto che sale su tutti i monti e così non abbiamo potuto siccome è tanto alto prendere uccello alcuno, e se così è vero che tu abbatti i monti? disse Hun-ahpu e Xbalanque allora ci aiuterai. È vero quello? disse Cabrracan. Avete visto quel monte che dite? Dove sta e lo vedrò e lo getterò sotto. Dove lo vedeste? Là dissero essi sta dove il sole nasce. Sta bene, disse Cabrracan e prendete il cammino. No non deve essere così ma ti dobbiamo mettere in mezzo a noi uno andrà alla mano destra, ed l’altro alla mano sinistra perché portiamo le nostre cerbottane e se ci fosse qualche uccello gli tireremo e così andavano allegri tirando agli uccelli (ed è da notare che quando tiravano non era di fango il grumo ma solo col soffio abbattevano gli uccelli) e andava meravigliato Cabrracan. Intanto i ragazzi tirarono fuori fuoco e si misero a arrostire gli uccelli nel fuoco; e un uccello lo unsero di gesso, terra bianca gli misero. Questo gli daremo dissero essi quando gli è aumentao il desiderio annusando la sua fragranza. Questo nostro uccello lo deve vincere. E la terra la unsero essi perché vincendolo deve cadere nella terra e nella terra deve essere sepolto, si (è grande saggio il creatore) quando furono estratte alla luce le creature, questo dissero essi i due ragazzi. E tra sé dissero molto desiderò nel suo cuore mangiarlo Cabrracan. Ed allora gli davano giri sul fuoco all'uccello, e fu insaporito già era giallo e lo colava il grasso a gli uccelli. E Cabrracan era molto desideroso di mangiarli e la bocca gli si faceva acqua, e la bava gli ero caduta, e la saliva per la fragranza che dagli uccelli usciva. Ed allora disse domando che cibo è questo vostro che in realtà è molto soave il suo odore che sento datemi un poco. Questo disse ed allora gli fu dato un uccello a Cabrracan, per la sua distruzione. E dopo non ci fu più l'uccello. Ed allora andarono via ed arrivarono alla nascita del sole dove stava quello grande monte. E Cabrracan già allora era disfatto e non aveva forza nelle sue mani e piedi, per quella terra che lo unsero l'uccello che mangiò e già non potè fare cosa alcuna a i monti né potè abbatterli, ed allora i ragazzi gli legarono le mani dietro, ed anche i piedi entrambi i due, e lo gettarono al solo, e lo seppellirono. E così fu vinto Cabracan dai soli Hunahpu, e Xbalanque. Non è possibile contare qui le opere di questi ragazzi nella terra.
Ora diremo la nascita di questi due Hunahpu, e Xbalanque ed ora per prima cosa raccontiamo solo l’essere stato vinto Vucub-caquix, con Zípcana e Cabrracan qui sulla terra.




Y aquí van las obras de Sipacua el primer hijo de Vucub-caquix. Yo soy el hacedor de los montes, dice Sipacua; y este Sipacua se estaba bañando en un rio que pasaron los cuatrocientos muchachos que llevaban arrastrando un palo para pilar de su casa cuatrocientos de monton, y cortaron un gran palo para madre de su casa de paja, y cuando vió esto Sipacua, fué donde estaban los cuatrocientos muchachos, y les preguntó: ¿y qué es lo que haceis, muchachos? Este palo, respondieron, que no lo podemos levantar. ¡Levantadlo! Dijo Sipacua: lo llevaré yo. ¿ Y adonde ha de ir, de qué sirve, ó para qué lo habeis cortado? Para madre de nuestra casa, respondieron ellos. Está bien, dijo Sipacua, y tirando de él, lo cargó, y lo llevó hasta la puerta de la casa de los cuatrocientos muchachos. Y entonces ellos le dijeron: quédate con nosotros; ¿tienes madre ó padre? No tengo, respondió Sipacua. Mañana, dijeron los cuatrocientos muchachos, volveremos á traer otro palo para pilar de nuestra casa. En hora buena, dijo Sipacua. Y entraron ellos en consejo, los cuatrocientos muchachos, y dijeron: ¿qué haremos con este muchacho, matémoslo porque no es bueno esto que hace, él solo levantó el palo: lo qué haremos será: haremos un gran hoyo y allí lo arrojaremos abajo en el hoyo, le diremos: anda á sacar tierra de aquel hoyo, y cuando él está inclinado en el hoyo, le echaremos un palo grande, y allí morirá en el hoyo. Y luego hicieron un gran hoyo muy hondo; entonces llamaron á Sipacua, y le dijeron: nosotros somos tus queridos, andad y cabad otro poco en el hoyo, porque no alcanzamos. Está bien, dijo él, y bajó al hoyo. Cava bien, le dijeron, hasta que lo hagas muy profundo. Está bien, dijo él, y entonces empezó á cavar; pero el hoyo que hizo, fué para librarse, porque supo que lo querían matar, y cavó un hoyo de lado, un brazo hizo de hoyo en donde se libró. ¿Ya está cavado, ya ahondado? le dijeron los muchachos. Aun estoy cavando, yo os avisaré y llamaré, cuando ya esté cavado el hoyo, dijo allá abajo Sipacua en el hoyo; empero, no cavaba el asiento del hoyo para su entierro, sino un hoyo en que librarse. Y despues llamó de allá abajo Sipacua (pero ya estaba escapado cuando llamó) venid, tomad la tierra que está cavada en el asiento del hoyo, porque ya de verdad he ahondado mucho: no ois mi voz, y yo os oigo el eco, y oigo vuestra voz, aunque estoy en un hoyo de dos vueltas, dijo Sipacua en su hoyo, y allí estaba agachado y gritaba á menudo, y entonces los muchachos arrastraron el palo, y lo arrojaron con estruendo abajo en el hoyo, y dijeron: callen todos, nadie hable, sino oigamos cuando grite, y ellos hablaron en secreto entre sí y entonces arrojaron el palo en el hoyo, y cuando dio una voz, cayó el palo, y entonces se alegraron y dijeron: ¡Oh qué buena que es lo que hemos hecho! ya murió, y si hubiera vivido, nos hubiera hecho mucho nial, porque se habia ya metido entre nosotros los cuatrocientos muchachos, y dijeron alegrándose: ahora lo que haremos será, en estos tres dias hacer nuestra chicha, y á los tres dias beberemos nosotros los cuatrocientos muchachos nuestra chicha, mañana veremos, y pasada mañana veremos, si vienen acaso las hormigas en la tierra cuando hieda y se pudra, y entonces se sentará nuestro corazon, y beberemos sin cuidado, dijeron. Y Sipacua lo oia todo en el hoyo, cuando hablaron los muchachos, y luego al segundo dia salieron de monton las hormigas, y andaban y abundaban y llegaron debajo del palo, y unas traian pelos ó traian uñas de Sipacua, y cuando lo vieron los muchachos, dijeron: ya pereció aquel demonio, mirad las hormigas, vinieron y se juntaron y traen todas pelos y uñas; mirad lo que hemos hecho! Y Sipacua estaba vivo, y él se cortó las uñas y los cabellos de su cabeza, y con la boca se cortó las uñas y se las daba á las hormigas; y así pensaron que habia muerto los cuatrocientos muchachos, y al tercero dia empezó la bebida, y se emborracharon los muchachos, y estando todos borrachos los cuatrocientos muchachos, y no sentian, luego fué derribado el rancho sobre sus cabezas por Sipacua, y todos fueron aporreados, y ni uno, ni dos, escaparon de los cuatrocientos muchachos; fueron muertos por el Sipacua hijo de Vucub-caquix; y asi fueron las muertes de los cuatrocientos muchachos, y así se dijo que estos entraron en lugar de las siete cabrillas en cielo que se llaman “motz”, esto es monton, porque de monton fueron muertos. Y esto, quizas, será mentira. Ahora diremos cómo fué vencido Sipacua por aquellos dos muchachos: Hun-ahpu y Xbalanque.
Aquí se sigue cómo fué vencido y muerto Sipacua, y que otra vez fué vencido por los dos muchachos Hun-ahpu y Xbalanque. Y esto les pareció desprecio en su corazon, haber muerto á los cuatrocientos muchachos que fueron muertos por Sipacua, y este solo pescado y cangrejos buscaba á orillas de los rios, y esto era lo que comia todos los dias; de dia se paseaba cuando buscaba su comida, y de noche cargaba los cerros. Entonces Hun-ahpu y Xbalanque hicieron una imagen de cangrejo y de una hoja, que se cria en los arboles, que se llaman
ec, hicieron las manos grandes del cangrejo y las pequeñas de otras hojas mas pequeñas llamadas pahac, y la concha y manos hicieron de laja, y la pusieron, y entonces la pusieron en una cueva, debajo de un gran cerro que se llamaba Meaban, en donde fué vencido. Y entonces vinieron los muchachos y se hicieron encontradizos con Sipacua en el arroyo, y le preguntaron: ¿dónde vas muchacho? Y dijo el Sipacua: no voy á ninguna parte; sino que ando buscando mi comida; y ellos le preguntaron, ¿qué es tu comida? Solo pescado y cangrejos, y no he hallado ninguno, y desde antier no como, y ya no puedo sufrir la hambre. Y entonces, le dijeron ellos: un cangrejo está allá debajo de la barranca, y de verdad es muy grande, y; qué bien que lo comieras! quisimos cojerlo, y nos mordió y nos atemorizamos por él; ó si te parece ¿que vamos á cojerlo? Apiadaos de mí, llevadme allá donde está, dijo Sipacua. No queremos, dijeron ellos: sino andad, no te perderás, andad rio arriba, é irás á dar derecho con él, debajo de un grande cerro está sonando, y haciendo “hovol” é irás derecho allá dijeron Hun-ahpu y Xbalanque. ¡Óh pobre de mí! pues no le encontrasteis por ventura vosotros, dijo Sipacua, yo iré á enseñaros donde hay muchos pájaros, vayais á tirar con la cerbatana, yo solo sé donde están, y á vista de ellos entró debajo la laja. ¿Y de veras lo podrás cojer? no nos hagas volver debalde, porque nosotros lo quisimos cojer y no pudimos, porque estando nosotros echados, entrabamos para adentro, nos mordía, y ya por un tris, no lo cojemos, y asi será bueno que tu vayas en su seguimiento para arriba. Está bien, dijo Sipacua. Y entonces le fueron acompañando, y llegaron debajo de la barranca, y el cangrejo estaba echado de lado, y muy colorada la concha, y allí debajo de la barranca estaba el secreto de los muchachos. Está bien, dijo Sipacua alegrándose, y ya quiziera comerselo, porque ya estaba muerto de hambre; y probó á entrar echado, y el cangrejo iba subiendo, y salióse luego; y le dijeron los muchachos: ¿no lo cogiste? No lo he cogido, poco me faltó para cojerlo, sino que se subió para arriba, y así quizas será bueno que luego entre para arriba. Y luego entró para arriba, y acabó de entrar, y no faltándole ya mas que las rodillas que entrar, se desmoronó el cerro, y se cayó con sosiego para abajo sobre su pecho, y no volvió mas, y se hizo piedra el Sipacua, y así fué vencido el Sipacua, por los muchachos Hun-ahpu y Xbalanque, y esto cuentan que antiguamente era el que hacia los cerros, este hijo mayor de Vucub-caquix. Debajo del cerro que se llama Meaban, fué vencido, y solo por milagro fué vencido; y ahora diremos del otro que se ensoberbeció.
Y el tercero que se ensoberbeció, que era el segundo hijo de Vucub-caquix, que se llamaba Cabracan (esto es dos piernas) decia: yo soy el que destruyo los cerros. Y asi mismo Hun-ahpu y Xbalanque decian que vencieron al Cabracan Y Huracan, Chipa-caculha y Raxa-caculha dijeron que hablaron á Hun-ahpu y Xbalanque, que el segundo hijo de Vucub-caquix tambien sea destruido: esto mandé porque no es bien lo que hace sobre la tierra, porque se pasa á mucha grandeza, y no debe ser así: alagadlo, y llevadlo allá hácia donde nace el sol. Esto dijo Huracan á los dos muchachos. Está bien, dijeron ellos, ¿no está bien esto que vemos, por ventura? No ventura, ¿no es primero vuestra grandeza, tú corazon del cielo, no soy primero? Esto dijeron los muchachos, que respondieron á lo que les dijo Huracan, y estando actualmente Cabracan meneando los montes, apenas los meneaba un poco, dando golpes con los pies en la tierra: luego se desgajaban los pequeños y grandes montes, y siendo entonces encontrado por los dos muchachos le preguntaron: ¿adonde vas, muchacho? No voy á parte alguna, dijo él, aquí estoy solo derribando cerros, y así para siempre estaré derribándolos. Y entonces el Cabracan le dijo á Hun-ahpu y Xbalanque: ¿á qué venis, no os conozco, ni sé á qué es vuestra venida; cómo os llamais? No tenemos nombre, dijeron ellos, solo somos tiradores de cerbatana, y cazadores de liga por los montes, somos pobres y no tenemos cosa alguna, andamos por los montes grandes y chicos; allá en el nacimiento del sol vimos un grande cerro, y es muy fragante su dulzura, y es tan alto, que se sube sobre todos los cerros, y así no hemos podido, como es tan alto, cojer pájaro alguno; y si así es verdad que tú derribas los cerros, dijo Hun-ahpu y Xbalanque, ahora nos ayudarás. Es verdad eso, dijo Cabracan. ¿Habeis visto ese cerro que decis? ¿ Adonde está? y lo veré, y lo echaré abajo, ¿adonde lo visteis? Allá, dijeron ellos, está, donde el sol nace. Está bien, dijo Cabracan, ea, tomad el camino, no ha de ser así sino que tenemos de cojer en medio de nosotros; uno irá á la mano derecha, y otro á la mano izquierda, porque llevamos nuestras cerbatanas, y si hubiere algun pájaro, le tiraremos, y así iban alegres tirando á los pájaros (y es de advertir que cuando tiraban, no era de barro el bodoque, sino que solo con el soplo derribaban los pájaros) é iba maravillado el Cabracan; entonces los muchachos sacaron fuego, y se pusieron á asar los pájaros en el fuego; y á un pájaro le untaron “tizate,” tierra blanca le pusieron. Este le daremos, dijeron ellos, cuando se le insiste el deséo, oliendo su fragancia: este nuestro pájaro le ha de vencer, y la tierra le untaron ellos, porque en venciéndolo, ha de caer en la tierra, y en la tierra ha de ser enterrado, (es grande sabio el criador) cuando fueron sacadas á luz las criaturas; esto dijeron ellos los dos muchachos; y entre sí dijeron: mucho deseó en su corazon comerlo el Cabracan; y entonces le daban vueltas sobre el fuego al pájaro, y fuése sazonando; ya estaba amarillo, y le chorreaba el pringue á los pájaros, y les salia el olor muy fragante, y el Cabracan estaba deseosisimo de comerlos, y la boca se le hacia agua, y la baba se le caia y la saliva por la fragancia, que de los pájaros salía. Y entonces preguntó: ¿qué comida es esta vuestra? que de verdad es muy suave su olor que siento, dadme un poco. Esto dijo, y entonces se le fué dado un pájaro á Cabracan para su destruccion, y luego se acabó el pájaro, y entonces se fueron y llegaron al nacimiento del sol, adonde estaba aquel grande cerro, y ya entonces el Cabracan estaba ya desmadejado, y no tenía fuerza en sus manos y pies por aquella tierra que le untaron al pájaro que comió, y ya no pudo hacer cosa alguna á los montes, ni pudo derribarlos, y entonces los muchachos le ataron las manos atras, y tambien los pies, entrambos á dos, y luego lo arrojaron al suelo, y lo enterraron, y así fue vencido Cabracan por solos Hunahpu y Xbalanque. No es posible contar las obras de estos muchachos aqui en la tierra.




CHAPITRE SEPTIÈME


Voici ensuite les faits de Zipacna, le premier engendré de Vukub-Cakix : Je suis le créateur des montagnes, disait Zipacna.
Or, voici que Zipacna se baignait au bord de la rivière, quand vinrent à passer quatre cents jeunes gens, traînant un arbre pour pilier de leur maison ; quatre cents ensemble cheminant, après avoir coupé un grand arbre pour (servir de) poutre mère à leur maison.
Alors Zipacna s'en allant arriva où étaient les quatre cents jeunes gens (et leur dit) : Que faites-vous, ô enfants? - Seulement cet arbre que nous ne pouvons soulever pour le charger sur nos épaules. - Je le porterai (répondit-il). Où (faut-il) qu'il aille? Quel service désirez- vous?
Seulement la poutre principale de notre maison (que nous vous prions de porter). -C'est fort bien, répondit- il. Alors il l'enleva avec force, le chargea sur ses épaules et le porta à l'entrée de la maison des quatre cents jeunes gens.
Eh bien, donc, reste avec nous, jeune homme. As-tu mère et père? - Je ne les ai plus, répondit-il. - Or ca, (reprirent-ils), nous vous reprendrons encore une fois demain pour signaler un autre arbre pour pilier de notre maison.- C'est bien, dit de nouveau (Zipacna).
Ensuite les quatre cents jeunes gens tinrent conseil : Voilà ce jeune homme (dirent-ils), comment ferons-nous pour que nous puissions le tuer ; car il n'est pas bon qu'il fasse ces choses, ayant à lui seul soulevé cet arbre.
Creusons une grande fosse et nous le jetterons en le faisant tomber dans la fosse : Va prendre et lirer de la terre du trou, lui dirons-nous ; et une fois incliné et descendu dans la fosse, nous y lancerons un grand arbre et il mourra promptement là dans la fosse.
Ainsi parlèrent les quatre cents jeunes gens, et ils creusèrent une fosse bien profonde (70) ; ensuite ils appelèrent Zipacna : Nous te chérissons (véritablement) ; va donc et creuse davantage la terre, que nous n'en pouvons plus, lui fut-il dit.
C'est fort bien, répondit-il. Ensuite il descendit dans la fosse : et l'appelant tandis qu'il creusait la terre : Es-tu descendu déjà bien profondément (71)? lui dit-on. - Oui, répondit-il (72), pendant qu'il commençait à creuser la fosse ; mais la fosse qu'il creusait (était) pour se sauver.
Il savait qu'on voulait le tuer tandis qu'il creuserait cette fosse, et de côte il creusa une seconde fosse pour se sauver.
Est-ce bientôt fini? lui fut-il dit d'en haut par les quatre cents jeunes gens.-Je suis encore occupé à creuser, mais je vous appellerai d'en bas, quand ce sera fini de creuser, leur répondit Zipacna du fond de la fosse.
Mais il né creusait nullement le fond de la fosse (qu'on lui destinait) pour tombeau ; sinon qu'il creusait le trou où il voulait se sauver. Après quoi Zipacna appela, ne criant toutefois que lorsqu'il se vit à l'abri dans l'autre trou.
Venez chercher et emporter la terre avec les débris de la fosse que j'ai creusée : car vraiment je suis arrivé bien bas. N'entendez-vous donc pas mon cri? Mais voici votre voix, et le son en est répercuté comme un, comme deux échos, j'entends où vous êtes ;
Disait Zipacna de la fosse où il s'était abrité, et il (continuait) à crier du fond de la fosse.
Et voilà que le grand arbre (qu'ils avaient amené pour leur maison) fut emporté violemment par les jeunes gens, et ils lancèrent ensuite le bois en le faisant-tomber vivement dans-la fosse.
Que personne ne parle ; attendons seulement qu'il crie et qu'il meure, se dirent-ils les uns aux autres, en parlant en secret et se contentant de se couvrir la bouche et de se regarder mutuellement, tandis qu'ils faisaient tomber le bois.
Or, voilà que Zipacna parla alors, en poussant un cri ; mais il ne fit entendre sa voix qu'une seule fois, tandis que le bois tombait au fond.
Oh ! combien nous avons réussi dans ce que nous lui avons fait ! il est bien mort : si par malheur il avait continué le travail qu'il avait commencé, ce serait fait (de nous) : il s'était introduit le premier avec nous, parmi nous-mêmes, nous autres les quatre cents jeunes gens.
C'est ainsi qu'ils dirent, se réjouissant davantage : Ce qu'il y a à faire maintenant,c'est notre vin (73) pendant trois jours et à passer trois jours de plus à boire à la fondation de nos maisons, nous autres, les quatre cents jeunes gens.
Ils dirent : Or, demain nous verrons ; après demain nous verrons encore si par hasard les fourmis sont venues dans la terre (attirées) par l'odeur, pour enlever cette charogne ; ensuite notre cœur se reposera, tandis que nous boirons notre vin, ajoutèrent-ils.
Or Zipacna entendait là dans la fosse ce que disaient les jeunes gens. Puis au deuxième jour, les fourmis arrivèrent tout à coup, allant et venant en masse, pour se réunir sous l'arbre ;
Les unes portaient des cheveux et les autres des ongles de Zipacna. En voyant ces choses, les jeunes gens (dirent) : A-t-il fini, ce misérable? Voyez-vous que les fourmis se montrent et qu'elles arrivent en masse, les unes portant des cheveux, et les autres sont (chargées) de ses.ongles ; Voilà ce que nous avons fait. .
Voilà ce qu'ils se disaient les uns aux autres. Mais Zipacna était bien vivant ; il s'était coupé (lui-même) les cheveux de la tête et s'était scié les ongles avec ses dents (74), pour les. donner aux fourmis.
Et ainsi les quatre cents jeunes gens pensèrent qu'il était mort. Ensuite au troisième jour commenca leur festin, et tous les jeunes gens s'enivrèrent.
Et les quatre cents jeunes gens étant tous ivres, il ne leur restait plus de sentiment : et alors leur cabane fut renversée sur leurs têtes par Zipacna ; et ils finirent par être tous détruits.
Ni un ni deux ne se sauva d'entre ces quatre cents jeunes gens, tués qu'ils furent par Zipacna, le fils de Vukub-Cakix.
Or telle fut la mort des quatre cents jeunes gens, de qui l'on dit également qu'ils entrèrent dans le groupe d'étoiles qu'on appelle le Groupe (les Pléiades) à cause d'eux (75), quoique ceci puisse être une fiction.
Nous raconterons ici également la défaite de Zipcana par les deux jeunes gens, Hunahpu et Xbalanqué.


CHAPITRE HUITIÈME.


Voici à son tour la défaite et la mort de Zipacna,- quand il fut vaincu à son tour par les deux jeunes gens, Hunahpu et Xbalanqué.
Ce qui blessa le cœur de ces jeunes gens, (c'est que) les quatre cents jeunes gens (dont nous avons parlé plus haut) eussent été tués par Zipacna.
De poisson et d'éèrevisses seulement il s'alimentait au bord des rivières, et c'était sa seule nourriture de chaque jour : de jour il se promenait, en cherchant sa nourriture, de nuit il chargeait les montagnes sur ses épaules.
Ensuite Hunahpu et Xbalanqué fabriquèrent une fausse écrevisse d'une grande dimension (76) et ils lui mirent une tête d'
ek (77) : or l'ek se recueille dans les bois où il y en a partout.
De cela se firent les grandes pattes de l'écrevisse et de
pahac les petites pattes (78) : ils lui. mirent une carapace de pierre, ce qui acheva la face postérieure de l’écrevisse.
Ensuite ils introduisirent cette (espèce de) tortue au fond d'une grotte, au pied d'une grande montagne, et Meavan est le nom de la montagne, (dans l'espoir) d'être les vainqueurs (de Zipacna).
Puis les jeunes gens allèrent à la rencontre de Zipacna au bord de la rivière : Où donc vas-tu, jeune homme ? dirent-ils à Zipacna. -Je ne vais nulle part, c'est seulement ma nourriture que je cherche, ô jeunes gens, répondit Zipacna.

Quelle est ta nourriture? - Seulement du poisson et des écrevisses ; mais il n'y en a point ici que j'aie pu trouver ; (voici) le deuxième jour que j'ai laissé de manger et je n'en puis plus de faim, leur dit Zipacna à Hunahpu et à Xbalanqué.
Il y a là-bas une écrevisse au fond de la ravine (dirent- ils alors) ; véritablement c'est une grande écrevisse, et ce serait un fameux morceau pour ton dîner. Seulement elle nous a mordus (quand) nous voulions la prendre et nous nous en sommes effrayés. Pour rien nous n'irions la prendre maintenant, dirent Hunahpu et Xbalanqué.
Ayez pitié de moi, venez me montrer (par où il faut que j'aille), jeunes gens, dit Zipacna. - Pour rien au monde nous ne le voudrions. Vas-y seulement ; il n'y a pas où pouvoir se perdre ; suis le bord de la rivière et tu arriveras au pied d'une grande montagne qui résonne au fond do la ravine ; vas-y (sûr) d'y arriver, répondirent Hunahpu et Xbalanqué.
Hélas ! que je suis malheureux ! Où donc se trouve-t- elle, ô jeunes gens? Venez me la montrer ; il y a beaucoup d'oiseaux que vous pouvez aller tirer à coups de sarbacanes, et moi je sais où ils sont, reprit Zipacna.
Son humilité trouva grâce devant les jeunes gens : La sauras-tu prendre (reprirent-ils), si nous retournons ainsi à cause de toi (79) : car il est bien certain que nous n'avons plus essayé, (parce qu'elle cherchait) aussitôt à nous mordre, quand nous entrions en nous baissant (où elle était). Alors nous nous prîmes de peur, en entrant ainsi rasant la terre, et il s'en est fallu de peu que nous ne l'ayons saisie. Il est donc bon que tu y entres loi-même en te baissant, lui dirent-ils.
Tout va bien, répondit Zipacna, en s'avancant de compagnie avec eux : puis en arrivant Zipacna descendit au fond de la ravine, où l'écrevisse était couchée de côté, présentant une superficie fort rouge : or, (c'était) au fond de la ravine (qu'ils avaient caché) leur enchantement.
Tout va bien (répondit) Zipacna avec allégresse. Je voudrais, qu'elle se trouvât déjà, dans ma bouche. Car véritablement il se mourait de faim : or il voulait tenter de se mettre à plat ventre, pour lâcher d'entrer, l'écrevisse s'étant mise en marche en montant.
Alors il se relira : Ne l'as-tu pas encore prise ? demandèrent (les jeunes gens). - Pas encore ;-sinon qu'elle s'est mise à monter, pour peu je la saisissais. Mais peut- être serait-il bon que j'entrasse, répondit-il.
Ensuite il se mit à entrer de nouveau à plat ventre ; or il achevait d'entrer et il ne montrait plus que l'extrémité de ses jambes, (quand) la grande montagne, minée par en bas, achevant de se détacher vint couvrir sa poitrine : il ne retourna plus et Zipacna 'fut changé en pierre.
Telle fut à son tour la défaite de Zipacna par les jeunes gens Hunahpu et Xbalanqué. C'est lui, dit l'antique tradition, qui faisait les montagnes (et qui était) l'aîné des fils de Vukub-Cakix.
Au pied de la montagne, appelée
Meavan (80), il fut vaincu, et seulement d'une manière surnaturelle fut vaincu le second de ceux qui s'enorgueillissaient. (Il en reste) un encore dont nous allons raconter l'histoire.

CHAPITRE NEUVIÈME.


Or le troisième de ceux qui s'enorgueillissaient, était le second fils de Vukub-Cakix, appelé Cabrakan : C'est moi qui détruis les montagnes, disait-il.
De même aussi Hunahpu et Xbalanqué vainquirent Cabrakan. Alors Hurakan, le Sillonnement de l'Eclair cl la Foudre qui frappe dirent à Hunahpu et à Xbalanqué, leur parlant ainsi
Que le second fils de Vukub-Cakix à son tour soit humilié ; telle est notre volonté : car ce n'est pas bien ce qu'ils font sur la terre, d'exalter leur gloire, à ce degré de grandeur et de puissance ; qu'il n'en soit donc plus ainsi.
Attirez-le avec douceur par là vers l'orient, dit encore Hurakan aux deux jeunes gens.
Fort bien, puissant seigneur, répondirent-ils. Ce .n'est pas bien ce que nous voyons. N'est-ce pas Vous qui êtes, n'est-ce pas Vous qui êtes la Paix, Vous le Cœur du Ciel, ajoutèrent les jeunes gens, en écoutant la parole de Hurakan !
Or, Cabrakan était en ce moment occupé à remuer les montagnes ; pour si peu qu'il battait des pieds sur la terre, aussitôt se déchiraient les grandes montagnes, les petites montagnes à cause de lui.
C'est alors qu'il fut rencontré par les jeunes gens : Où vas-tu, jeune homme? lui dirent-ils à Cabrakan. - Je ne vais nulle part : seulement je suis ici bouleversant les montagnes ; car je suis celui qui les abat, en quoi je suis continuellement occupé (81), dit-il pour sa réponse.
Puis Cabrakan leur dit à son tour à Hunalipu el à Xbalanque : Quel est (le motif de) votre venue? Je ne connais pas ce visage. Comment vous nommez-vous? dit Cabrakan.
NouÉ n'avons point de nom, seulement nous chassons avec la sarbacane ; nous attrapons (les oiseaux) au glu (82) dans les montagnes ; nous sommes orphelins, (n'ayant) rien à nous, ô jeune homme.
Seulement nous parcourons les montagnes grandes et petites, ô jeune homme. Mais nous avons vu une grande montagne, et où elle est on voit de grands précipices ; véritablement elle s'élève à une grande hauteur, et elle est si haute qu'elle surpasse les cimes de toutes les montagnes.
Nous n'avons ainsi pu prendre ni un ni deux oiseaux devant elle, ô jeune homme. Mais s'il est vrai que toi tu renverses toutes les montagnes, ô jeune homme, dirent Hunahpu el Xbalanque à Cabrakan?
Vraiment avez-vous vu la montagne que vous dites? Où est-elle? Je la verrai et je la jetterai par terre ; où l'avez-vous vue? Par là-bas elle est au soleil levant, répondirent Hunahpu et Xbalanque.
C'est bien. Montrez-nous le chemin, leur dit-il aux deux jeunes gens. - Non point : il faut que nous te prenions entre nous et qu'il y en ait un de nous à ta gauche et un autre à ta droite, parce que nous avons nos sarbacanes ; s'il y a des oiseaux, nous les tirerons, répondirent-ils.
Ils (allaient).joyeux, essayant leurs sarbacanes. Or, en tirant de leurs sarbacanes, ils ne (se servaient) point de balles de terre dans le tuyau, seulement ils soufflaient (pour abattre) les oiseaux, en usant de leurs sarbacanes(83).
Or Cabrakan était émerveillé. Alors les jeunes gens battirent du feu et mirent rôtir leurs oiseaux devant le feu : mais ils frottèrent l'un des oiseaux avec du
tizate (84) et lui mirent de la poussière blanche à l'entour.
Voici celui que nous lui donnerons pour exciter son appétit par le fumet qui en sortira. Cet oiseau doit ôtre sa défaite. De même que la terre enveloppera tout autour cet oiseau par nos soins, sur la terre nous l'abattrons de la même manière et dans la terre nous l'ensevelirons.
Il est'grand, il est sage (dépenser à) former la créature, au moment où vont paraître les semailles et où le jour va se montrer, dirent les jeunes gens (85).
Comme c'est (une chose) extrêmement (naturelle) au cœur de l'homme de désirer de manger et de broyer sous la dent, ainsi le cœur de Cabrakan convoite (cet oiseau que nous avons préparé), se disaient entre eux Hunahpu et Xbalanqué.
Pendant ce temps ils faisaient rôtir l'oiseau qui se cuisait et prenait couleur en tournant, le jus de l'oiseau ruisselant de toutes parts avec sa graisse qui exhalait le fumet le plus appétissant.
Et voilà que Cabrakan éprouvait le plus vif désir d'en manger, au point que l'eau lui en venait à la bouche, qu'il en bâillait et que la salive et la bave lui découlaient à cause de l'odeur appétissante de l'oiseau.
Alors il demanda : Quel est donc ce mets que vous avez là? Vraiment (rien n'est si) savoureux (que) le fumet que je sens. Donnez-m'en donc une petite part, ajouta-t-il.
On lui donna alors un oiseau à Cabrakan, ce qui devait être sa ruine. Ensuite qu'il eut fini l'oiseau, ils se mirent en chemin de nouveau, se dirigeant du côté où le soleil se lève, au lieu où était la grande montagne.
Et voilà que Cabrakan, déjà chancelant des pieds et des mains, n'avait plus de force, à cause de la terre dont on avait frotté l'oiseau qu'il avait mangé : il était également incapable de rien faire avec les montagnes et il ne pouvait plus les renverser. ,
Ayant ensuite été lié par les jeunes gens, ses mains (furent) attachées derrière son dos et gardées par les jeunes gens : lui ayant ensuite lié le col et les jambes ensemble, ils retendirent par terre et l'y enterrèrent.
Telle fut la défaite de Cabrakan (exécutée) réellement par les seuls Hunahpu et Xbalanqué : mais on ne saurait compter tout ce qu'ils flrent ici sur la terre.
Mais voici que nous raconterons également la naissance de Hunahpu et de Xbalanqué : car nous avons raconté premièrement la défaite de Vukub-Cakix, avec celle de Zipacna et de Cabrakan, ici sur la terre.




CAPITOLO SETTIMO

Ecco ora la storia di Zipcaná, il primo figlio di Vucub-Caquix.
- Io sono il creatore delle montagne, - diceva Zipcaná.
Questo Zipcaná stava facendo il bagno sulla sponda di un fiume quando passarono quattrocento ragazzi (61), che trascinavano un albero per farne un sostegno per la loro casa. I quattrocento camminavano dopo aver tagliato un grande albero perché servisse da trave maestra della loro casa.
Arrivò allora Zipcaná e, dirigendosi verso il luogo in cui erano i quattrocento ragazzi, disse loro:
- Che cosa state facendo, ragazzi?
- È solo questo tronco, - risposero, - che non possiamo sollevare e portare sulle spalle.
- Lo porterò io. Dove va? Che cosa ve ne fate?
- La trave maestra della nostra casa.
- Bene, - rispose, e sollevatelo se lo mise sulle spalle e lo portò verso l'entrata della casa dei quattrocento ragazzi.
- Ora resta con noi, ragazzo, - gli dissero. - Hai madre o padre?
- Non li ho, — rispose.
- Allora domani ti utilizzeremo per preparare un altro tronco di sostegno per la nostra casa.
- Bene, — rispose.
I quattrocento ragazzi discorsero poi tra loro e dissero:
- Come faremo per ammazzare questo ragazzo? Perché non sta bene ciò che ha fatto sollevando da solo il tronco. Facciamo una grande buca e spingiamolo in modo da farcelo cadere dentro. « Scendi ad estrarre e portarci terra dalla buca », gli diremo, e quando si sarà chinato per scendere nello scavo gli lasceremo cadere addosso il tronco e laggiù nella buca morirà.
Così dissero i quattrocento ragazzi e quindi aprirono una buca grande, profondissima. Poi chiamarono Zipcaná.
- Noi ti vogliamo molto bene. Su, vieni a scavare la terra perché noi non ce la facciamo più, - gli dissero.
- Bene, - rispose. Subito discese nella buca. E chiamandolo mentre stava scavando la terra, essi gli dissero: - Sei sceso già molto in fondo?
- Sì, — rispose mentre incominciava ad approfondire la buca, ma la buca che stava facendo era per sfuggire il pericolo. Egli sapeva che lo volevano ammazzare; perciò, scavando la buca, fece, da una parte, un secondo scavo per mettersi in salvo.
- Fin dove vai? — gridarono verso il fondo i quattrocento ragazzi.
- Sto ancora scavando; io vi chiamerò lassù quando sarà finito lo scavo, - disse Zipcaná dal fondo della buca. Ma invece di stare scavandosi la fossa, stava aprendo un'altra buca per salvarsi.
Alla fine Zipcaná li chiamò; ma quando chiamò si era già messo in salvo dentro alla buca.
- Venite a togliere e portarvi via la terra che ho cavato e che è in fondo alla buca, - disse, — perché l'ho fatta davvero molto profonda. Non sentite la mia chiamata? Tuttavia le vostre grida, le vostre parole, si ripetono come un'eco una e due volte, e così sento bene dove siete -. Questo diceva Zipcaná dalla buca dove stava nascosto, gridando dal fondo.
Allora i ragazzi gettarono con violenza il loro grande tronco, che cadde subito con frastuono in fondo alla buca.
- Nessuno parli! Aspettiamo finché sentiremo le sue grida quando morirà, - dissero tra di loro, parlando in segreto e coprendosi ciascuno la faccia, mentre il legno cadeva con strepito. [Zipcaná] parlò allora lanciando un grido, ma chiamò una volta sola quando il tronco cadde nel fondo.
- Come ci è ben riuscito quanto abbiamo fatto! Ormai è morto, - dissero i giovani. - Se per disgrazia avesse continuato ciò che aveva incominciato a fare, saremmo perduti, perché si era già intromesso tra di noi, i quattrocento ragazzi.
E tutti contenti dissero: - Ora fabbricheremo la nostra
chicha (62) durante questi tre giorni. Trascorsi questi tre giorni, berremo alla costruzione della nostra casa, noi, i quattrocento ragazzi -. Poi dissero: - Domani guarderemo e dopodomani anche guarderemo se verran fuori dalla terra le formiche quando egli puzzerà e si putrefarà. Allora si tranquillerà il nostro cuore e berremo la nostra chicha, - dissero.
Zipacnà ascoltava dalla buca tutto ciò che dicevano i ragazzi. E poi, il secondo giorno, arrivarono le formiche a mucchi, andando e venendo e radunandosi sotto il tronco. Alcune portavano in bocca i capelli ed altre le unghie di Zipacnà.
Quando i ragazzi videro ciò, dissero: - Ormai è morto quel demonio! Guardate come si sono riunite le formiche, come sono arrivate a mucchi, portando alcune i capelli ed altre le unghie. Guardate quel che abbiamo fatto! - Così parlavano tra loro.
Ma Zipacnà era ben vivo. Si era tagliati i capelli dalla testa e si era rosicchiate le unghie coi denti per darli alle formiche.
E così i quattrocento ragazzi credettero che fosse morto, ed il terzo giorno diedero inizio all'orgia e si ubriacarono, tutti i ragazzi. Ed essendo ebbri i quattrocento ragazzi, non sentivano più nulla. Subito Zipacnà fece cadere la casa sulla loro testa e li ammazzò tutti quanti.
Neppur uno, né due, si salvarono, di tutti i quattrocento ragazzi; furono uccisi da Zipacnà, il figlio di Vucub-Caquix,
Così avvenne la morte dei quattrocento ragazzi, e si racconta che essi entrarono nel gruppo di stelle che da loro prende nome
Motz (63), sebbene questa forse sia una fandonia.

CAPITOLO OTTAVO

Racconteremo ora come Zipacnà venne sconfitto dai due ragazzi Hunahpu ed Ixbalanqué.
Segue ora la sconfitta ed uccisione di Zipacnà, quando venne vinto dai due ragazzi Hunahpu ed Ixbalanqué.
Il cuore dei due giovani era pieno di rancore perché i quattrocento ragazzi erano stati uccisi da Zipacnà. E costui cercava soltanto pesci e granchi sulla riva dei fiumi, che questo era il suo cibo giornaliero. Durante il giorno passeggiava cercando il suo cibo e di notte si caricava i monti sulle spalle.
Allora Hunahpu ed Ixbalanqué fabbricarono una figura ad imitazione di un grandissimo granchio, e le diedero questo aspetto con una foglia di
ec (64), di quello che si trova nei boschi.
Così fabbricarono la parte inferiore del granchio; di
pahac (65) gli fecero le zampe e gli misero un guscio di pietra, che coprì la schiena del granchio. Poi misero questa [specie di] tartaruga ai piedi di un grande picco chiamato Meauán (66), dove l'avrebbero vinto [Zipacnà].
Poi i ragazzi andarono in cerca di Zipacnà, sulla riva di un fiume.
- Dove vai, ragazzo? - domandarono a Zipacnà.
- Non vado in nessun posto, vado solo in cerca del mio cibo, ragazzi, — rispose Zipacnà.
- E qual è il tuo cibo?
- Pesce e granchi, ma qui non ve ne sono e non ne ho trovato neppur uno; dall'altro ieri non ho mangiato e non mi reggo più dalla fame, - disse Zipacnà a Hunahpu ed Ixbalanqué.
- Laggiù in fondo al burrone c'è un granchio, un granchio grande davvero; magari tu potessi mangiartelo! Solo che ci ha morsi quando abbiamo cercato di afferrarlo e perciò ci fa paura. Per nulla al mondo andremmo a prenderlo, - dissero Hunahpú ed Ixba-lanqué.
- Abbiate pietà di me! Venite a mostrarmelo, ragazzi, - disse Zipcaná.
- Non vogliamo. Va' tu da solo, che non ti perderai. Segui la riva del fiume ed arriverai ai piedi di un grande picco; è laggiù che fa chiasso, in fondo al burrone. Devi soltanto arrivare laggiù, - gli dissero Hunahpu ed Ix-balanqué.
- Ahi, misero me! Non lo potete dunque trovare voi, ragazzi? Venite a mostrarmelo. Vi sono molti uccelli su cui potete tirare di cerbottana, ed io so dove si trovano, - disse Zipcaná.
La sua mitezza convinse i ragazzi. E questi gli dissero :
- Ma davvero lo potrai prendere? Perché solo per amor tuo ritorniamo; noi non cercheremo più di prenderlo perché ci ha già morsi quando stavamo avvicinandoci carponi. Dopo abbiamo avuto paura di avvicinarci strisciando, ma poco è mancato che lo prendessimo. È meglio dunque che tu ti avvicini strisciando, -gli dissero.
- Sta bene, - disse Zipcaná, ed allora se ne andò in loro compagnia. Arrivarono in fondo al burrone, e laggiù, disteso sul fianco, stava il granchio, mostrando la sua crosta rossa. E laggiù anche, in fondo al burrone, stava il tranello (67) dei ragazzi.
- Che bello! — disse allora Zipcaná, tutto contento. - Vorrei averlo già in bocca! - Infatti stava davvero morendo di fame. Provò a mettersi bocconi, provò ad entrare, ma il granchio stava salendo. Venne subito fuori ed i ragazzi gli domandarono:
- Non l'hai preso?
- No, - rispose, - perché è andato in su e mi è mancato poco per afferrarlo. Ma forse sarebbe meglio che io entrassi dall'alto, - aggiunse. E quindi entrò di nuovo dall'alto, ma quando era già entrato quasi completamente e gli si vedeva solo la punta dei piedi (68), la grande montagna crollò e gli cadde lentamente sul petto.
Zipcaná mai più fece ritorno e venne convertito in pietra.
Così dai ragazzi Hunahpu ed Ixbalanqué venne vinto Zipcaná; colui che, secondo l'antica tradizione, faceva le montagne, il figlio primogenito di Vucub-Caquix.
Ai piedi del picco chiamato Meauán venne vinto. Solo grazie ad un prodigio venne vinto il secondo dei superbi. Ne restava un altro, la cui storia racconteremo ora.

CAPITOLO NONO

II terzo dei superbi era il secondo figlio di Vucub-Caquix, che si chiamava Cabracán.
- Io abbatto le montagne! - diceva.
Ma Hunahpu ed Ixbalanqué vinsero anche Cabracán. Huracán, Chipi-Caculhá e Raxa-Caculhá parlarono e dissero a Hunahpu ed Ixbalanqué:
- Sia vinto anche il secondo figlio di Vucub-Caquix. Questa è la nostra volontà. Poiché non è bello ciò che fa sulla terra, esaltando la propria gloria, la propria grandezza ed il proprio potere, e non deve essere così. Conducetelo con lusinghe là dove nasce il sole, -disse Huracán ai due giovani.
- Benissimo, onorevole Signore, - risposero costoro, - poiché non è giusto ciò che vediamo. Forse che non esisti tu, tu che sei la pace, tu, Cuore del Cielo? -dissero i ragazzi mentre ascoltavano l'ordine di Huracán.
Frattanto Cabracán si dedicava a scuotere le montagne. Al più piccolo colpo dei suoi piedi sulla terra, si aprivano le montagne grandi e piccole. Così lo trovarono i ragazzi, i quali domandarono a Cabracán:
- Dove vai, ragazzo?
- In nessun posto, - rispose. - Me ne sto qui a smuovere le montagne e continuerò ad abbatterle per sempre (69), - disse in risposta.
Poi Cabracán domandò a Hunahpú ed Ixbalanqué:
- Che cosa venite a fare qui? Non conosco i vostri visi. Come vi chiamate? - disse Cabracán.
- Non abbiamo nome, - risposero quelli. - Non siamo che tiratori di cerbottana e cacciatori con la pania sui monti. Siamo poveri e non abbiamo nulla che ci appartenga, ragazzo. Vaghiamo solamente per i monti piccoli e grandi, ragazzo. Ed abbiamo appunto visto una grande montagna, laggiù dove si imporpora il ciclo (70). Si spinge davvero molto in alto e domina la cima di tutti i picchi. Così non abbiamo potuto prendere né uno né due uccelli lassù, ragazzo. Ma è vero, ragazzo, che tu puoi abbattere tutte le montagne? - dissero Hunahpú ed Ixbalanqué a Cabracán.
- Davvero avete visto questa montagna che dite? Dov'è? Appena la vedrò la tirerò giù. Dove l'avete vista?
- È da quelle parti laggiù, dove nasce il sole, - dissero Hunahpú ed Ixbalanqué.
- Oh no! - risposero questi. - Dobbiamo condurti in mezzo a noi: uno andrà alla tua sinistra e l'altro alla tua destra, perché abbiamo le nostre cerbottane e se vi saranno uccelli tireremo contro di loro -. E così se ne andavano gai, provando le loro cerbottane; ma quando tiravano non usavano le pallottole di terracotta nel tubo delle loro cerbottane, ma abbattevano gli uccelli solo col soffio, quando tiravano contro di loro, cosa di cui Cabracán si stupiva molto.
Poi i ragazzi allestirono un fuoco e misero ad arrostire gli uccelli sul fuoco, ma uno degli uccelli lo spalmarono di gesso (71), lo coprirono di una terra bianca.
- Gli daremo questo, - dissero, - perché gli si aguzzi l'appetito con l'odore che emana. Questo nostro uccello sarà la sua rovina. Come la terra copre questo uccello per opera nostra, così lo faremo stramazzare per terra ed in terra lo seppelliremo.
- Grande sarà la saggezza di un essere creato, di un essere formato, quando albeggerà, quando spunterà il giorno, - dissero i ragazzi (72).
- Siccome il desiderio di mangiare un boccone è naturale nell'uomo, il cuore di Cabracán è ansioso, -dicevano tra loro Hunahpú ed Ixbalanqué.
Mentre stavano arrostendo gli uccelli, questi andavano dorandosi nel cuocersi, e dal grasso e dal sugo che ne colavano si diffondeva il più appetitoso odore. Cabracán aveva una gran voglia di mangiarseli; gli veniva l'acquolina in bocca, sbadigliava, e la bava e la saliva gli gocciolavano a sentire l'odore eccitante degli uccelli.
Poi domandò loro: - Che cos'è questo vostro cibo? È veramente piacevole l'odore che sento. Datemene un pezzettino, — disse loro.
Diedero allora un uccello a Cabracán, l'uccello che doveva essere la sua rovina. Ed appena ebbe finito di mangiarlo, si misero in cammino verso l'Oriente, e giunsero dov'era la grande montagna. Ma allora a Cabracán si erano ormai afflosciate le gambe e le mani, non aveva più forze, a causa della terra con cui avevano spalmato l'uccello che si era mangiato, e non potè più far nulla alle montagne, né gli fu possibile di atterrarle.
Allora i ragazzi lo immobilizzarono. Gli legarono le braccia dietro la schiena e gli legarono anche il collo ed i piedi insieme. Poi lo scaraventarono per terra, e in quello stesso punto lo sotterrarono.
A questo modo venne vinto Cabracán, soltanto per opera di Hunahpú ed Ixbalanqué. Non sarebbe possibile enumerare tutte le cose che costoro fecero qui sulla terra.
Ora racconteremo la nascita di Hunahpú e di Ixbalanqué, avendo prima riferito la distruzione di Vucub-Caquix insieme con quella di Zipcaná e quella di Cabracán qui sulla terra.





Sito Internet di Antonio Giannotti - agg. nr. 71 del 4 Febbraio 2010 | postmaster@antoniogiannotti.it

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