- Ximénez - Foglio 52
traduzione di Antonio Giannotti
dall'opera di Scherzer
dall'opera di Brasseur
dall'opera di Recinos
[mí]lagroso en su ser. y era espanto ante todos los SSes. y se desparçío esta notícía, y lo oyeron todos los Sses y los pueblos los portentos de el Rey. y este fue el prínçípío de la grandeza de el quíche quando hízo el Rey cucumatz las señales de su grandeza. y no falto desçendençía suya de híjos, y níetos y no hízo esto porq’ vbíese vn Rey mílagroso síno para sugetar los pueblos. y para dares a conoçer, q’el era solo la cabeza de todos los pueblos y fue la quarta generazíon, de Reyes este Rey cucumatz. y fue tambíen Sor de petate, y casa, esto es de trono. y dexo desçendençía, y entonçes fue en salçado quando tuuo híjos. e hízo muchas cosas, y fue engendrado el Tepepul ztayul. y fue el quínto, y Reyno en la quinta generaçíon. y así mesmo tuuíeron híjos cada vna de las líneas de los SSes.
y a quí se habla de la sexta generacíon q’tuuo dos grandes SSes. elvno sellamaba a quicab. y el otro: cauí zímah. y hízíeron muchas cosas el quícab, y cauízímah. y este otra vez engrandeçío el quiche, porq’ de uerdad era portentoso. y este fue el que díuídío, y repartío los pueblos chícos, y grandes, y los puso a poca dístançía, y esto fue an tíguamente quando eran suyos los a chiqueles, los de chuuíla,
los de Rabinal, los de tzacualpa los de caoqueb, los de zacabaha. los de zaculeuab. los de tutunícapa, los de quezaltenango. los de Guatta. los de momostenango. y estos dejaron a quícab. y hízíeron Guerra. y fueron vençídos, y des parçídos los pueblos del de Rabínal, delos a chíqueles, de zaculeuab, yfueron vençídos todos los pueblos
Folio 52 recto
miracoloso nel suo essere. Ed era spavento davanti a tutti i Signori. E si sparse questa notizia, e la sentirono tutti i Signori ed i popoli i portenti del Re. E questo fu il principio della grandezza del Quiché quando fece il re Cucumatz i segni della sua grandezza. E non mancò la sua discendenza di figli, e nipoti, e non fece questo perché ci fosse un re miracoloso bensì per sottomettere i paesi. E per darsi a conoscere che egli era solo la testa di tutti i paesi e fu la quarta generazione di re, questo re Cucumatz. E fu anche Signore di borsa e casa, questo è di trono. E lasciò discendenza, ed allora fu lodato quando ebbe figli. E fece molte cose, e fu generato il Tepepul-Ztayul. E fu il quinto, e regnò nella quinta generazione. Ed egualmente ebbero figli ognuna delle linee dei Signori.
E qui si parla della sesta generazione che ebbe due grandi Signori. L'uno si chiamava Quicab. E l'altro Cavizimah. E fecero molte cose il Quicab, e Cavizimah. E questo un'altra volta ingrandì il Quiché, perché in realtà era portentoso. E questo fu quello che divise, e distribuì i popoli piccoli, e grandi, e li pose a poca distanza, e questo fu anticamente quando erano suoi i Cachiqueles, quelli di Chuvila, quelli di Rabinal, quelli di Tzacualpa quelli di Coaqueb, quelli di Zacabaha. Quelli di Zaculeuab. Quelli di Tutunicapa, quelli di Quezaltenango. Quelli della Guatta. Quelli di Momostenango. E questi lasciarono Quicab. E fecero guerra. E furono vinti e dispersi i popoli di Rabinal, dei Cachiqueles, di Zaculebab, e furono vinti tutti i popoli
milagroso en su ser, y era espanto ante todos los Señores. Y se desparció esta noticia, y los oyeron todos los Señores y los pueblos los portentos del rey, y este fué el principio de la grandeza del Quiché, cuando hizo el rey Cucumatz las señales de su grandeza, y no faltó descendencia suya de hijos y nietos, y no hizo esto porque hubiese un rey milagroso, sino para sujetar los pueblos, y para darse á conocer que él era solo la cabeza de todos los pueblos. Y fué la cuarta generacion de reyes, este rey Cucumatz, y fué tambien Señor de petate y casa, esto es: de trono, y dejó descendencia; y entonces fué ensalzado cuando tuvo hijos, é hizo muchas cosas y fué engendrado el Tepepul-Ztayul, y fué el quinto; y reinó en la quinta generacion, y así mismo tuvieron hijos cada una de las líneas de los Señores.
Y aquí se habla de la sesta generacion, que tuvo dos grandes Señores; el uno se llamaba Zacquicab y el otro Cavizimah, y hicieron muchas cosas el Zacquicab y el Cavizimah; y esta otra vez engrandeció el Quiché, porque de verdad era portentoso; y este fué el que dividió y repartió los pueblos chicos y grandes, y los pasó á poca distancia, y esto fué antiguamente cuando eran suyos los Cachiqueles, los de Chuila, los de Rabinal, los de Tzacualpa, los de Coaqueb, los de Zacabaha, los de Zacnlebab, los de Tutunicapa, los de Quezaltenango, los de Guatemala, los de Momostenango, y estos dejaron Zacquicab, y hicieron guerra y fueron vencidos y desparcidos los pueblos de Rabinal, de los Cachiqueles, de Zaculebab, y fueron vencidos todos los pueblos.
En vérité l'existence de ce prince merveilleux remplissait d'effroi pour cela même tous les princes devant sa face. Le bruit s'en répandit (de tous les côtés) ; tous les rois des nations entendirent (ce qu'on disait) de l'existence dece prince prodigieux. Et ce fut là l'origine de la grandeur du Quiché, quand le roi Gucumatz opéra ces signes de sa puissance.
Le souvenir de ses petits-tils et de ses fils ne se perdit point dans la mémoire (des peuples) : non pas qu'il eût fait ces choses pour qu'il y eût un roi, opérateur de merveilles, mais afin que sa condition fût un moyen de dominer toutes les nations et pour en faire un moyen de se manifester à elles comme le seul chef des peuples. Ce roi prodigieux, Gucumatz par son nom, fut la quatrième génération royale, et certainement (il se distingua comme) Ahpop et Ahpop-Camha (85).
Il resta d'eux également de la postérité et des descendants qui régnèrent aussi avec majesté et qui engendrèrent alors des fils qui firent aussi beaucoup de choses. Ainsi furent engendrés Tepepul et Iztayul, dont le règne lit la cinquième génération ; rois ils furent (l'un et l'autre) et chacune des générations de ces princes procréa des fils.
CHAPITRE DIXIÈME.
Voici maintenant les noms de la sixième génération royale, des deux grands rois, E-Gag-Quicab, nom du premier roi, et Cavizimah, nom du second (86). Et voici les grandes choses que firent Quicab et Cavizimah, et voici comment s'illustra le Quiché à cause de leur condition réellement merveilleuse.
Voici donc la conquête et la destruction des ravins et des villes des nations petites et grandes, toutes très-rapprochées entre lesquelles (était) la ville (distinguée) naguères comme la patrie des Cakchiquels (87), celle qui est aujourd'hui Chuvila (88), comme aussi dans les montagnes des Rabinaliens (89), celle de Pamaca (90), dans les montagnes de Caokeb (91), celle de Zakabaha (92), comme aussi la ville de ceux de Zakuleu (93), de Chuvi-Migina (94), de Xelahu (95), de Chuva-Tzak (96) ainsi que celle de Tzolohché (97).
Ces (villes) abhorraient Quicab : il leur fit la guerre et véritablement il conquit et ruina les ravins et les villes des Rabinaliens, des Cakchiquels, et de ceux de Zakuleu : il amena et vainquit tous les peuples,
e tutti gli altri Signori si riempivano di timore dinanzi a lui. La notizia della natura prodigiosa del re si divulgò e la udirono tutti i Signori dei paesi. E questo fu il principio della grandezza del Quiché, quando il re Gucumatz diede questi segni del suo potere. Non andò perduta la sua immagine nella memoria dei suoi figli e dei suoi nipoti. E non fece ciò affinchè vi fosse un re prodigioso; lo fece soltanto affinchè vi fosse un mezzo per dominare tutti i popoli, come dimostrazione che uno soltanto era chiamato ad essere il capo dei popoli (59).
Fu la quarta generazione dei re, quella del re prodigioso chiamato Gucumatz, il quale fu pure Ahpop ed Ahpop-Camhá.
Rimasero successori e discendenti che regnarono e dominarono, e che generarono i loro figli e fecero molte cose. Vennero generati Tepepul ed Iztayul, il cui regno costituì la quinta generazione dei re (60), ed allo stesso modo ciascuna delle generazioni di questi Signori ebbe successione.
CAPITOLO DECIMO
Ecco ora i nomi della sesta generazione dei re. Furono due grandi re, Gag-Quicab si chiamava il primo re e l'altro Cavizimah, e fecero grandi cose ed ingrandirono il Quiché, poiché erano certamente di natura prodigiosa.
Ecco la distruzione e la divisione dei campi e delle città delle nazioni vicine, piccole e grandi. Tra esse vi era quella che in tempi antichi fu la patria dei Cakchiquel, l'odierna Chuvilá (61), e di quelli di Rabinal (62), Pamacá (63), la patria di quelli di Caoqué (64), Zaccabahá (65), e le città di quelli di Zaculeu (66), di Chuvi-Miquiná (67), Xelahú (68), Chuvà-Tzac (69) e Tzolohché (70).
Questi [paesi] detestavano Quicab. Egli guerreggiò contro di loro e certamente conquistò e distrusse i campi e le città di quelli di Rabinal, dei Cakchiquel e di quelli di Zaculeu; andò, e vinse tutti i popoli,
y llegaron muy lexos los soldados de quícab. y vna, o dos parçíalída des q’no traían el tríbuto, fueron sojuzgados, cobro los tributes, y los trageron ante el quiche, y cauízímah. y fueron puestos en esclauítud, y estrechura, y flechados. y no tenían ya poder, y así estuuíeron desparçídos, sobre la tíerra, así como el rayo q’ da en la píedra q’la quíebra, y des parçe, y era espanto, q’ luego destruía los pueblos, y ante cloche esta la señal de el pueblo, y agora esta vn zero de píedra q’casi esta trocado, como sí fuera con hacha. y esta alla en la costa, q’se llama petayub. y agora esta patente a todos los q’ por allí pasan, y lo uen. en señal de la fortaleza de quícab. y no lo pudíeron matar, ní vençer, porq’ era valíente, yletríbutaron todos los pueblos. y entonçes díspusíeron todos los SSes el amurallar el pueblo, auíendo venído todos los pueblos, aello.
yluego salíeron a las fronteras vígías q’cuídasen de la Guerra, y fundaron en los zeros semejança de pueblos. por sí acaso bueluen otra uez al pueblo díxeron quando consultaron todos los SSes. ysalíeron a ponerlos en parages q’les fuese como muralla y defensa, y esto sera nuestra fortaleza, y defensa díxeron todos los SSes. y luego salíeron a poner cada vna de las parçíalidades defensores contra los enemígps. y entonçes les auísaron quando fueron a ponerlos en los parages q’habían de habítar de sus montañas, no tengaís míedo, sí
otra vez víenen los enemígos, contra vosotros, q’os quíeren matar, a toda prísa venildo a deçir, y los íremos a matar. les díxo quícab, a ellos los soldados, y capítanes, y entonçes fueron todos los hombres de Guerra, flecheros, yarqueros
Folio 52 verso
ed arrivarono molto lontano i soldati di Quicab. Ed una o due parcialidades che non portavano il tributo, furono soggiogate, riscosse i tributi, e li portarono davanti al Quiché, e Cavizimah. E furono messi in schiavitú, e imprigionati, e trafitti da frecce. E non avevano già potere, e così stettero dispersi, sulla terra, così come il raggio rimane nella pietra, e scompare, ed era spaventoso, perchè dopo distruggeva i popoli, e davanti a Cloche sta il segno del paese, ed ora sta un monte di pietra che quasi sta cambiato, come se fosse con ascia. E sta là nella costa, che si chiama Petayub. Ed ora è evidente a tutti quelli che per lì passano, e lo vedono, in segno della forza di Quicab. E non lo poterono ammazzare, né vincere, perché era valoroso, e gli tributarono tutti i popoli. Ed allora disposero tutti i Signori di murare il paese, essendo venuti tutti i paesi a ciò.
E dopo uscirono alle vedette di frontiera che facessero attenzione alla guerra, e fondarono sui monti somiglianza di paesi. Forse per caso ritornano un'altra volta al paese dissero quando consultarono tutti i Signori. Ed uscirono a metterli in paraggi che fosse loro come muraglia e difesa, e questo sarà la nostra fortezza, e difesa dissero tutti i Signori. E dopo uscirono a mettere ognuna delle parcialidades difensori contro i nemici. Ed allora li avvisarono quando furono a metterli nei paraggi che dovevano abitare delle sue montagne, non abbiate paura, se un'altra volta vengono i nemici, contro di voi, che vi vogliono ammazzare, a tutta fretta venite a dircelo, e li andremo a ammazzare. Disse loro Quicab, a essi i soldati, e capitani, ed allora furono tutti gli uomini di guerra, frombolieri ed arcieri.
Y llegaron muy léjos los soldados de Zacquicab, y una ó dos parcialidades que no traian el tributo, fueron sojuzgadas, cobró los tributos, y los trajeron ante el Zacquicab y Cavizimah, y fueron puestos en esclavitud y estrechura, y flechados, y no tenian ya poder, y así estuvieron desparcidos sobre la tierra, así como el rayo queda en la piedra que la quiebra y desparce. Y era espanto que luego destruia los pueblos, y ante Colché está la señal del pueblo, y ahora está un cerro de piedra que casi está destrozado, como si fuera conhacha, y está allá en la costa, que se llama Petayub, y ahora está patente á todos los que por allí pasan y lo ven, en señal de la fortaleza Quicab, y no lo pudieron matar ni vencer porque era valiente, y le tributaron todos los pueblos; y entonces dispusieron todos los Señores el amurallar el pueblo, habiendo venido todos los pueblos á ello.
Y luego salieron á las fronteras vigías que cuidasen de la guerra, y fundaron en los cerros semejanza de pueblos, por sí acaso vuelven otra vez al pueblo, dijeron, cuando consultaron todos los Señores, y salieron á ponerlos en parajes que les fuese como muralla y defensa. Y esta será nuestra fortaleza y defensa, dijeron todos los Señores, y luego salieron á poner cada una de las parcialidades defensores contra los enemigos, y entonces les avisaron cuando fueron á ponerlos en los parajes que habian de habitar de sus montañas: No tengais miedo, si otra vez vienen los enemigos contra vosotros, que os quieren matar, á toda priesa venidlo á decir, y los iremos á matar, les dijo Quicab á los soldados y capitanes, y entonces fueron todos los hombres de guerra flecheros y arqueros, (8)
et au loin Quicab étendit ses armes. Une ou deux nations n'ayant pas apporté le tribut de toutes leurs possessions, il entra de force dans leurs villes, pour qu'elles apportassent leurs tributs à la face de Quicab et de Cavizimah ;
Elles entrèrent en servitude ; elles furent tourmentées et (leurs citoyens) attachés à des arbres et percés de flèches ; il n'y eut plus pour elles ni gloire ni honneur. Telle fut la ruine de ces villes, sitôt détruites à la face de la terre ; comme la foudre qui frappe et brise la pierre, ainsi par la terreur aussitôt il écrasait les nations (98).
Devant Colché, comme signal d'une ville (ruinée) par lui, existe aujourd'hui une montagne de rocher, et peu s'en faut qu'elle ne soit taillée comme s'il l'eût tranchée de sa hache ; elle est là sur la côte nommée de Petatayub (99), où elle est encore visible aujourd'hui, que lout le monde la voit en passant, comme le signe de la vaillance de Quicab.
On ne put ni le truer ni le vaincre : véritablement c'était un héros et toutes les nations lui apportaient leur tribut. Alors tous les princes ayant pris conseil, s'en allèrent fortifier les contours des ravins et des villes, ayant emporté dès lors les villes de toutes les nations (100).
Après quoi on fit sortir les sentinelles, chargées d'observer l'ennemi (loin de la capitale), et l'on créa les nouvelles tribus qui devaient (comme des colonies) occuper à demeure les pays conquis (101). Pour le cas où le peuple retournerait occuper la ville, dirent tous les princes en se réunissant en conseil.
Alors ils sortirent aux lieux qui leur avaient été signalés : Ce seront là comme nos retranchements et comme nos tribus, ce seront comme nos murailles et nos châteaux ; que ce soit là notre force et notre bravoure, dirent tous les seigneurs, lorsqu'ils s'acheminèrent au poste signalé à chacun pour sa tribu et y combattre ses ennemis (102).
Et lorsqu'ils furent avertis ainsi (de ce qu'ils avaient à faire), ils se mirent en chemin, pour prendre possession des pays des nations (vaincues) qui leur étaient signalés et s'en allèrent pour cela à ces pays : Ne vous effrayez point s'il y a encore des ennemis et qu'ils viennent à vous pour vous tuer : en toute hâte venez me le dire, j'irai et les ferai mourir, leur dit aussi Quicab, quand tous les chefs furent congédiés avec le Galel et l'Ahtzic-Vinak (103).
Alors partirent avec armes et bagages les chefs-de-lances et les chefs-de-frondes, ainsi qu'on les appelait :
ed i soldati di Quicab portarono lontano le sue armi. Una tribù o due non recarono il tributo, ed allora egli piombò su tutte le città ed esse dovettero portare il tributo dinanzi a Quicab e Cavizimah.
Li fecero schiavi, vennero feriti e colpiti con le frecce contro gli alberi e non ebbero più gloria, né ebbero potenza. Così avvenne la distruzione delle città che in un attimo furono spianate sino alle fondamenta (71). Simile al fulmine che colpisce e spezza la roccia, così egli in un istante riempì di terrore tutti i popoli sconfitti.
Di fronte a Colché, come segno di una città da lui [distrutta], vi è ora un mucchio di pietre, che pare siano state tagliate con una lama di scure. Sta là sulla costa detta di Petatayub (72), e lo può vedere chiaramente oggi la gente che passa, come prova della prodezza di Quicab.
Non poterono ucciderlo né vincerlo, perché era in verità un uomo prode e tutti i popoli gli rendevano tributo.
E tutti i Signori, tenuto consiglio, andarono a fortificare i dirupi e le città, dopo aver conquistato le città di tutte le tribù. Quindi le vedette partirono per osservare il nemico e fondarono delle specie di villaggi nei luoghi occupati: - Nel caso che le tribù ritornino ad occupare la città, - dissero, quando si riunirono in consiglio tutti i Signori.
Quindi partirono per i loro avamposti. - Questi saranno per noi fortini e villaggi, nostre mura e nostre difese; qui daremo prova del nostro coraggio e del nostro ardimento, - dissero tutti i Signori quando si diressero verso il posto assegnato ad ogni fratria per combattere contro i nemici.
E, ricevuti gli ordini, si avviarono verso i posti stabiliti nel paese delle tribù. - Andate là, poiché sono ormai terra vostra! Non abbiate timore se vi saranno ancora nemici che verranno contro di voi per uccidervi; correte subito a fare rapporto ed io andrò a sterminarli! - disse loro Quicab quando li congedò tutti, alla presenza del Galel e dell'Ahtzic Vinac (73).
Partirono allora gli arcieri ed i frombolieri, così chiamati.